Señales de dominio y agresividad en el lenguaje no verbal
Son muchas las personas que evidencian señales de dominio y agresividad en el lenguaje no verbal. Así, si bien es cierto que, por término medio, son los hombres los que demuestran este rasgo con mayor frecuencia, también puede aparecer en mujeres. Elevada mímica, determinadas posturas y tonos de voz… La violencia a menudo se inscribe hasta en los detalles más nimios.
Por otro lado, los expertos en comunicación señalan que es muy importante saber controlar este aspecto. En política, por ejemplo, es común que muchas de estas figuras públicas quieran mostrar señales de poder, de resolución y de seguridad en sus actos públicos. Sin embargo, es muy fácil sobrepasar esa delgada línea entre la seguridad personal y la de agresividad.
No todas las personas que vemos y con las que nos relacionamos nos generan confianza. En ocasiones, no basta con que sus palabras sean amables o su mensaje positivo. El lenguaje no verbal tiene poder y en ocasiones marca la diferencia entre la cercanía y el desagrado, entre la complicidad y el miedo.
¿Cuáles son las señales de dominio y agresividad en el lenguaje no verbal?
La personalidad dominadora y agresiva se vale en mayor parte de la comunicación no verbal para ejercer el control sobre los demás. Es decir, es cierto que un insulto duele, que el autoritarismo usa un lenguaje sancionador, directivo y amenazante. Sin embargo, los gestos, los movimientos, las posturas y hasta los silencios también imponen y tienen un efecto.
Asimismo, las señales de dominio y agresividad en el lenguaje no verbal son un campo de gran interés en la actualidad. Un ejemplo, la Universidad de Iowa llevó a cabo un estudio en el 2018 para validar un inventario. El objetivo era comprender qué señales no verbales pueden hacer intuir a los agentes de policía de que una persona va a reaccionar de manera violenta.
Es decir, uno puede mostrarse agresivo, pero no llegar a cruzar el límite de la violencia física. Esta última solía aparecer cuando surgían señales fisiológicas como la sudoración, el enrojecimiento facial y el aumento de la frecuencia cardíaca.
Sea como sea, hay algo evidente, el lenguaje corporal agresivo siempre nos pone en alerta. Hay gestos que revelan un tipo muy particular de personalidad y es importante reconocerla.
La mirada que proyecta desprecio y superioridad
Las miradas son algo más que el reflejo del alma, son un libro abierto revelando personalidades. De este modo, uno de los signos de las señales de dominio y agresividad en el lenguaje no verbal está sin duda en esa persona que no esquiva las miradas, sino que las sostiene de manera amenazante.
En esos ojos siempre se contienen tres emociones: enfado, desprecio y orgullo. El orgullo de quien se siente superior a ti.
Las personas agresivas siempre hacen uso del contacto físico
Agarrar el brazo o tocarlo. Poner el dedo en nuestros labios para que guardemos silencio. Cogernos o tocar uno de nuestros hombros… Las personas dominadoras no dudan en cruzar esta frontera para vulnerar el respeto físico y tocarnos.
Lo hacen de manera súbita y hasta paternalista, como el que nos sujeta por el brazo para decirnos frases en apariencia inocuas como «tienes que confiar en mí, hazme caso cuando te digo que esto no te conviene…».
Invaden tu espacio personal
Hemos visto que la personalidad agresiva y dominante no duda en sujetarnos o tocarnos. Por tanto, no nos extrañará que sean esos perfiles ávidos a la hora de invadir nuestros espacios personales. Ejemplo de ello es que no respeten la distancia interpersonal cuando se dirijan a nosotros.
Son expertos en romper esa burbuja, ese campo a nuestro alrededor desde el que nos sentimos cómodos y seguros al hablar o relacionarnos con alguien. Esa cercanía no permitida, esa intromisión descarada, ya es de por sí una amenaza y una situación altamente violenta.
Señales de dominio y agresividad en el lenguaje no verbal: la postura
A la hora de leer las señales de dominio y agresividad en el lenguaje no verbal la posiciones que adoptan son muy reveladoras. Siempre evidencian posiciones más abiertas, logrando así, ocupar más espacios.
Cuando hablan se acompañan de movimientos de gran expresividad con manos y brazos. Los separan de manera muy llamativa del cuerpo. Asimismo, es común que cuando se sientan, crucen las piernas de forma más abierta o que las separen ocupando así más espacio en el sofá o la silla. Es lo que conocemos como manspreading.
Tono y volumen en la voz
Hay un libro muy interesante donde se nos describen todas las señales de dominio y agresividad en el lenguaje no verbal. Body Politics: Power, Sex and Nonverbal Communication es un trabajo escrito por Nancy Henley en los años 80 que sigue siendo muy útil en este tema .
Así, en lo referente al tono y el volumen, es común que pensemos que la persona dominadora es de las que eleva la voz, de las que grita y se impone también mediante este canal. Sin embargo, es común que use otra táctica. En estos casos, suelen valerse de su tonalidad para despreciar al otro y ridiculizarlo.
De ahí que apliquen un tono de voz irónico, burlesco, con matices despectivos, acompañado siempre por una gestualidad en la misma línea, de altanería, con sonrisas piadosas… Toda esa amalgama de afiladas dinámicas agresivas siempre tienen un impacto y hacen mella en nosotros.
Esto nos demuestra que a menudo, el lenguaje no verbal en ocasiones más efecto que aquello que se dice y se expresa con palabras.
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- Henley, N. (1986). Body politics: Power, sex and nonverbal communication. Prentice-Hall.
- Ludlow R. y Panton F. (1997) La esencia de la comunicación. México Ed. Prentice Hall Hispanoamericana, S.A.
- Sweet DM, Burzette RG. Development of the Nonverbal Cues of Interpersonal Violence Inventory: Law Enforcement Officers’ Perceptions of Nonverbal Behavior and Violence. Criminal Justice and Behavior. 2018;45(4):519-540. doi:10.1177/0093854817753019