Sesgo retrospectivo: ¿en qué consiste?
Los sesgos cognitivos hacen que nuestra percepción e interpretación de la realidad se desvíen, y convierten nuestros juicios o interpretaciones de la misma en inexactos o ilógicos. Uno de ellos es el sesgo retrospectivo, que implica pensar que podíamos haber evitado ciertos eventos una vez ya han pasado.
La característica fundamental de este sesgo, que nos permitirá entenderlo mejor, es justamente el momento en el que aparece: después de un evento, y nunca antes.
Así, aparece cuando han pasado determinadas cosas y pensamos: «Ostras, ¡sabía que ocurriría!», o «¡Lo podía haber evitado!». Sin embargo, esa percepción de predictibilidad y evitabilidad está sesgada, es falsa y está desproporcionadamente aumentada. ¿Por qué? Porque antes del evento jamás hubiéramos pensado que podríamos haberlo evitado (o si lo hubiéramos pensado, nunca hubiera sido en un grado tan elevado).
¿Qué son los sesgos cognitivos?
Aunque creamos que nuestra interpretación de la realidad es exacta o fiable, en muchas ocasiones, esto no es así. Y esto es porque existen los llamados sesgos cognitivos, un tipo de fenómeno psicológico que nos lleva a realizar interpretaciones ilógicas o inexactas de la realidad. Se trata, en cierto modo, de una desviación mental que nos aleja de la realidad «objetiva».
De esta forma, los sesgos cognitivos pueden definirse como errores que manifestamos las personas a la hora de interpretar la realidad. Aparecen de forma inconsciente, automática y sistemática. Se trata de percepciones erróneas que tenemos de las cosas, que nos hacen emitir juicios falsos o inexactos. Un de estos sesgos es el sesgo retrospectivo, que conoceremos a lo largo del artículo.
¿Útiles para el marketing o la publicidad?
Por lo tanto, los sesgos cognitivos nos llevan a cometer errores, y pueden incluso influenciar nuestros recuerdos, nuestros pensamientos y creencias, nuestra percepción y nuestros juicios. Estos sesgos pueden llegar a ser beneficios en ámbitos como el marketing, la publicidad o la estrategia empresarial.
Así, si estos sectores conocen dichos sesgos en los seres humanos, pueden aprovecharse de ellos para «manipular» a las personas y hacerles creer lo que ellos desean. De hecho, por esta razón cada vez se potencian más estrategias y estudios propios del neuromarketing, por ejemplo, porque conocer la mente humana permite potenciar las ventas.
Sesgo retrospectivo: ¿en qué consiste y cómo funciona?
El sesgo retrospectivo, también conocido como prejuicio de retrospectiva, se trata de un sesgo cognitivo. Se define como aquella sobreestimación de la previsibilidad de que algo ocurra después de que haya ocurrido. Es decir, implica ver las cosas más claras o evidentes una vez ya han sucedido. En otras palabras: tiene que ver con la creencia de que algo resultaba muy evidente o muy fácil de prevenir una vez ya ha pasado.
Algunos ejemplos para que entendamos mejor el sesgo retrospectivo son: «Ostras, esto se venía a venir» (una vez ya ha pasado), o «sabía que pasaría». Pero son pensamientos que no tenemos antes de que pase el evento o suceso, y justamente por eso estamos hablando de un sesgo, porque solo aparece después de la situación, y nos hace creer que «lo podíamos haber previsto» (cuando en realidad no es así).
Podemos resumir el sesgo retrospectivo en una frase hecha: ¡A toro pasado es fácil de ver! A través de este sesgo, las personas tenemos la falsa creencia de que ciertos resultados, a menudo de situaciones críticas, son más previsibles de lo que en realidad eran.
Origen del sesgo retrospectivo
El sesgo retrospectivo, o prejuicio retrospectivo, es un término propio de la psicología cognitiva. La psicología cognitiva es aquella área de la psicología encargada del estudio de la cognición, es decir, de los procesos mentales implicados en el conocimiento (atención, memoria…).
La primera investigación que se llevó a cabo de forma sistemática, con el sesgo retrospectivo, fue en el año 1975. La desarrolló el investigador Baruch Fischhoff. A través de su investigación y de estudios posteriores, se llegó a la conclusión de que este sesgo es más complejo que otros (y tiene niveles más profundos que otros).
Elementos del sesgo retrospectivo
Aunque inicialmente Fischhoff lo definió como un todo indivisible, más adelante se supo que era un fenómeno que se podía desglosar en subelementos. Uno de ellos es la sobreestimación de la previsibilidad real de un evento, ya descrita anteriormente. Otro, la posibilidad de que este sesgo pueda falsificar el recuerdo correcto de las estimaciones hechas antes del evento.
Es decir, puede llegar a modificar el recuerdo que teníamos antes de la aparición o desarrollo del evento. Estos dos elementos descritos pueden aparecer de forma simultánea y reforzar el sesgo retrospectivo.
Finalmente, encontramos como otro de sus componentes una sensación de inevitabilidad posterior al evento (creer que no podíamos evitarlo, cuando ya ha ocurrido). De forma resumida, encontramos que el sesgo retrospectivo está conformado por los siguientes elementos:
- Un aumento de la sensación de inevitabilidad posterior al evento (creer que no se podía evitar).
- Mayor impresión de previsibilidad posterior al evento (creer que se podía prevenir)
- Distorsiones en la memoria.
¿Un sesgo contradictorio?
Si nos fijamos, dos de estos elementos resultan paradójicos: por un lado, la creencia de que el evento no se podía evitar (inevitabilidad), y por el otro, la creencia de que se podía prevenir. Esto puede ocurrir, ya que el sesgo retrospectivo se trata de un sesgo paradójico, y tal y como sugieren Blank et al. (2008) en uno de sus estudios, sus procesos de creación son inconscientes.
Esto explicaría por qué a veces, después de que ocurra un evento, lo percibamos, de forma simultánea, como más inevitable pero también como menos predecible que antes de que tuviera lugar. Y es que los sesgos cognitivos son muchas veces difíciles de identificar y entender, precisamente por este tipo de «contradicciones».
Nuestra mente no es perfecta: conócela
Y tú, ¿has experimentado alguna vez el sesgo retrospectivo? Si te pones a pensar, seguro que en tu día a día, alguna vez, lo has vivido. Nuestra percepción e interpretación de la realidad, como hemos visto, no es perfecta, y mucho menos exacta.
Este es el origen de muchos errores cuando tomamos decisiones, cuando emitimos juicios o cuando sacamos conclusiones. Aunque nos desviemos de las soluciones lógicas o válidas muchas veces, conocer este tipo de sesgos cognitivos nos puede ayudar a aumentar nuestra eficacia a la hora de sacar conclusiones o de decidir, en múltiples aspectos y áreas de nuestra vida.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Blank, H., Nestler, S., Von Collani, G. & Fischer, V. (2008). How many hindsight biases are there? Cognition, 106(3): 1408-1440.
- Vásquez, A., Ruiz, P. y Apud, I. (2016). Introducción a la Historia y a los Métodos en Psicología Cognitiva. En Vásquez Echevarría, A. (Ed.), Manual de Introducción a la Psicología Cognitiva. Montevideo: UdelaR.