Sistema límbico: ¿qué es y cómo funciona?
Nuestro cerebro es una de los elementos más maravillosas de nuestro cuerpo. Tanto es así que, aunque se ha estudiado durante años, todavía queda mucho por descubrir sobre su funcionamiento. A pesar de ello, sabemos que dentro de él tenemos diversos sistemas cruciales en el funcionamiento de nuestra conducta.
Uno de estos es el sistema límbico, que juega un papel fundamental en la regulación de nuestras emociones y las respuestas asociadas a ellas. Aunque se lo conoce también como el «cerebro emocional», esta perspectiva resulta simplista para muchos científicos. Conozcamos más sobre esta compleja estructura.
¿Qué es?
El sistema límbico, tal y como lo conocemos en la actualidad, fue conceptualizado por el neurocientífico Paul MacLean. Él amplió la idea original de James Papez en 1939, el circuito de Papez.
El término «sistema límbico» proviene del latín «limbus» que significa ‘borde’ o ‘frontera’, haciendo referencia a su ubicación cerca del límite entre otras áreas cerebrales.
MacLean añadió más estructuras a este sistema para reconocer la igual importancia del desarrollo de la corteza cerebral y el cerebro emocional en nuestra evolución.
El sistema límbico es un conjunto de estructuras cerebrales (cuyos límites son difusos) interconectadas entre sí que cumple diversas funciones asociadas al procesamiento de las emociones, la motivación, la toma de decisiones y la memoria.
Principales estructuras del sistema límbico y sus funciones
El sistema límbico está compuesto por multitud de áreas cerebrales interrelacionadas. Esto hace que sea complejo determinar con precisión qué elementos lo forman y el trabajo concreto de cada una de ellas. Sin embargo, se han delimitado ciertas regiones a través de los estudios de neuroimagen. Veamos.
Hipotálamo
Situado en la base del encéfalo, bajo del tálamo. Se trata de una estructura cerebral pequeña, pero compuesta por muchos núcleos y fibras esenciales para nuestra supervivencia, pues se encarga de coordinar nuestro sistema nervioso autónomo con el endocrino.
Además, organiza las conductas más importantes ligadas a la supervivencia de la especie: como la lucha, la alimentación y la huida.
Dentro del hipotálamo se encuentran los cuerpos mamilares, que se ocupan de la recepción de los impulsos procedentes de la amígdala y del hipocampo, y del reenvío de estos impulsos hacia el tálamo. Esto los convierte en una valiosa vía de recepción y transmisión de la información.
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Hipocampo
El hipocampo está ubicado en el lóbulo temporal y tiene una forma similar al del caballito de mar, de ahí su nombre. Como señala un artículo de StatPearls, «es una elevación convexa de tejido de materia gris dentro de la circunvolución parahipocampal dentro del asta temporal inferior del ventrículo lateral».
Es crucial para nuestra identidad, puesto que, tal como indica una investigación publicada en Neurología, es un área esencial para el buen funcionamiento de nuestra memoria episódica, que nos permite recordar sucesos que hemos vivido en el pasado. Por tanto, configura en parte nuestra personalidad moldeada basándose en las experiencias.
En cuanto al sistema límbico, el hipocampo cumple un rol fundamental en la memoria emocional. Cada experiencia que hemos vivido de forma intensa es procesada por esta región cerebral, que en conjunto con el hipotálamo, nos permite no solo recordar los acontecimientos, sino también las emociones que experimentamos al vivirlos.
Amígdala
La amígdala está situada en el ventrículo lateral del lóbulo temporal. Está compuesta por tres núcleos principales: núcleos basolaterales, núcleo central y núcleos corticomediales.
Su principal función es la de integrar las emociones básicas con respuestas fisiológicas y conductuales, incluyendo la inhibición de conductas. Participa así en el conocido secuestro de la amígdala , que hace referencia a la reacción emocional que ocurre en situaciones de estrés o amenaza, priorizando el instinto de supervivencia.
Fórnix
Es un haz de axones en forma de arco que conecta el hipocampo con otras regiones encefálicas, como los cuerpos mamilares. La principal función del fórnix radica en la transmisión de información entre las estructuras centrales del sistema límbico, lo que lo convierte en un elemento clave para la integración y regulación de emociones, memoria y comportamiento.
Corteza orbitofrontal
Se encuentra en el lóbulo prefrontal. El funcionamiento de la corteza orbitofrontal está relacionado con el sistema límbico es controlar o detener los impulsos emocionales provenientes del mismo. Por ende, desempeña un papel crucial en las conductas sociales y la toma de decisiones racionales.
Otras estructuras asociadas
Como hemos dicho con anterioridad, no todos los científicos están de acuerdo en la composición del sistema límbico debido a su complejidad. En este sentido, un estudio publicado en la revista Científica Multidisciplinar considera la relevancia de otras regiones:
- Área septal: interviene para relacionar la memoria, motivación, la emoción y el estado de alerta, modulando las sensaciones placenteras y los estados de activación externos.
- Bulbo olfativo: se localiza bajo la parte anterior de cada uno de los hemisferios y es responsable de recibir y procesar los olores.
- Giro cingulado: se encuentra en ambos hemisferios cerebrales y forma parte de la corteza límbica. Trabaja a la par del giro parahipocampal, el cual está involucrado en la regulación de las sensaciones de tranquilidad o ansiedad.
Algo más que el «cerebro emocional»
Está claro que una de las principales funciones del sistema límbico es la regulación emocional, ya que interviene en diversos procesos relacionados con las emociones.
Sin embargo, la visión de este sistema como el «cerebro emocional» puede resultar bastante reduccionista, por lo que sigue siendo objeto de debate en la comunidad científica.
Diferentes investigaciones sobre la correlación funcional del sistema límbico con otros procesos han revelado una amplia gama de procesos en las que cobra especial importancia. Por ejemplo, está involucrado en funciones metabólicas, vegetativas, reproductivas y de supervivencia.
Una estructura vital para nuestra salud
Enfermedades como el Alzheimer, el síndrome de Korsakoff y la depresión están asociadas a la lesión o mal funcionamiento de algunas estructuras del sistema límbico. A su vez, los trastornos de ansiedad se vinculan a anomalías a la hora de regular la actividad de la amígdala.
Estas alteraciones, entre muchas otras, nos informan de la importancia del sistema límbico en los diferentes aspectos de nuestra conducta, desde la memoria hasta funciones tan básicas como el hambre. Por ello, es una estructura cuyo funcionamiento es de los más significativos dentro de nuestro cerebro.
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