"Sisu", la receta finlandesa para los momentos difíciles

Resulta difícil traducir todo lo que significa la palabra finlandesa "Sisu". Podría pensarse para nombrar la voluntad, la determinación, la perseverancia y la resiliencia, pero no es sólo eso.
"Sisu", la receta finlandesa para los momentos difíciles
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 07 junio, 2017

Para el pueblo finlandés, “sisu” tiene un significado místico, casi mágico. Más que una palabra es una inyección de energía y coraje que queda impregnado en su propio legado cultural. “Sisu” es fuerza de voluntad, es determinación, perseverancia y es ante todo resiliencia. Es casi como la espina dorsal de un pueblo que tiene en esta palabra el mejor remedio ante las adversidades.

Algo que siempre resulta vivificante y enriquecedor es sumergirnos en culturas diferentes a las nuestras para aprender, para reflexionar en diversos términos que a fin de cuentas, comparten raíces comunes que a todos nos son familiares. Sisu, (pronunciado see’-soo) da forma a esa actitud resiliente que tanto nos suena, que tanto nos inspira y que intentamos aplicar en nuestro día a día.

“El mundo rompe a todos, y después, algunos son fuertes en los lugares rotos”

-Ernest Hemingway-

El origen de esta palabra es para los finlandeses algo muy especial. Tanto es así, que a día de hoy podemos encontrar en este país coches de la  marca Sisu, vehículos blindados, el rompehielos MS Sisu, e incluso una marca de caramelos de sabor intenso para aclarar la tos. Asimismo, cabe destacar que en la Antártida hay un monte con este mismo nombre tras que Veikka Gustafsson, un alpinista finlandés, lo coronara en los años 90.

Sisu es una mochila que llevar en el propio corazón para echar mano de esas agallas que tan a menudo nos hacen falta para encarar las dificultades cotidianas. No es por tanto una estrategia puntual, no es un parche ni una medicina genérica para un instante desesperado. Los finlandeses asumen esta actitud como una filosofía de vida, como un tendón psíquico que ejercitar a diario.

Sisu, una palabra intraducible con un pasado muy concreto

El 30 de noviembre de 1939 la Unión Soviética declara la guerra a Finlandia, justo tres meses después de que se iniciara la Segunda Guerra Mundial. Este conflicto es uno de los más admirados y estudiados en los libros de historia: duró a penas 105 días y supuso para los rusos un auténtico desastre militar.

La llamada “Guerra de Invierno” era, a primera vista, una auténtica batalla perdida para los finlandeses, contaban con muy pocos soldados (la mayoría ni tan solo tenían con uniforme) en comparación con los 2,5 millones de soldados de los que disponía el ejército rojo.

Al batallón de hombres se le añadía sin duda la maquinaria de combate rusa, con sus poderosos tanques y sofisticados aviones. Todo parecía presagiar que Finlandia sería en breve tierra quemada y conquistada, pero con lo que no contaban los soviéticos era con el aguerrido carácter finalandés. Fue entonces cuando surgió una palabra entre los soldados finlandeses que les servía como clave motivacional y a su vez, como invocación a su espíritu guerrero. La palabra mágica era “sisu”.

Ese termino les servía para alimentar el coraje y la no rendición. Para evadir el miedo, alimentar la determinación, escampar la inseguridad y sacar fuerzas cuando, aparentemente, todo está perdido. Los libros de historia comentan que si los soviéticos cayeron fue por el duro invierno y por los espesos bosques donde eran incapaces de orientarse.

Tal vez fuera así, pero los analistas saben que algo muy especial ocurrió en esa guerra: los soldados y la población se aliaron de forma estratégica, crearon pequeños grupos de ataque que sembraron un pánico atroz entre las filas rusas. Fue entonces cuando emergió lo que se ha llamado “el espíritu de invierno finlandés”o “Sisu”.

Los 5 componentes de Sisu

Esta actitud que demuestran los finlandeses vertebra 5 áreas maravillosas que vale la pena analizar en detalle. El músculo psicológico, motivacional y de crecimiento personal que conforman en conjunto, perfilan sin duda una estrategia en la que deberíamos invertir tiempo y voluntad en nuestro día a día para desarrollarla.

Te proponemos tomar nota sobre ellas:

Adecuada gestión del estrés

Todo instante complejo demanda de nosotros estar atentos y perceptivos a todo lo que nos envuelve. Para poder sacar al exterior todos nuestros recursos personales ante una dificultad, un reto o un desafío, es necesario que gestionemos de forma adecuada el estrés.

Por otro lado, no podemos olvidar que aunque el estrés es ese mecanismo que nos ayuda a centrar todos nos esfuerzos ante una situación difícil, debe estar siempre bajo control y a nuestro favor.

Perseverancia

La perseverancia es un valor excepcional: nos infunde la habilidad de ser reflexivos, creativos y determinantes. Es también poder aplacar los pensamientos rumiantes o desgastantes para focalizar toda nuestra energía en aquello que es importante, en aquello que nos puede beneficiar.

“La vida no es cuestión de tener buenas cartas, sino de jugar bien con una mano pobre”

-Robert Louis Stevenson-

Honestidad

Sisu no es un término que nos inyecte fuerza y valor de forma arbitraria, Sisu nos empuja a actuar siempre en sintonía con nuestros valores y esencias, a ser íntegros con nuestras raíces, honestos con nuestros principios y necesidades. Estamos por tanto ante una actitud donde se nos invita a poner en práctica una auténtica calidad humana.

Resiliencia

Cuando los soldados finlandeses vencieron a los soldados rusos, no se enorgullecieron solo por la victoria, por haber vencido a un enemigo tan fiero, tan poderoso. Aquellos 105 días les sirvieron para adquirir una serie de aprendizajes que quedaron impresos en la palabra “sisu”, esa que a su vez, trasmitieron a las siguientes generaciones.

Aquella guerra fue una lección auténtica de resiliencia: porque no basta con tener agallas para salir triunfantes de una situación crítica, no basta tampoco con sobrevivir a la misma, lo que cuenta por encima de todo es salir reforzado de ella y ser depositario de unos conocimientos vitales excepcionales.

La fijación de unos ideales y unas metas

Tener un proyecto de vida, definirnos por unos ideales, tener metas en el horizonte y firmes ilusiones en el corazón, conforman sin duda a la persona con espíritu “sisu”. De ahí, que cada vez que acontezcan esos momentos complicados que gustan de ponernos a prueba, nada será tan acertado como ajustar nuestra brújula interior para orientarnos hacia ese norte donde se hallan nuestras fortalezas, valores y valientes identidades.

Para concluir, tal y como hemos podido intuir, “sisu” es casi una proclama a la vida, es la apreciación de esas dimensiones psicológicas que hacen de nosotros personas mucho más aptas ante cualquier reto, y seres más fuertes y dignos que entienden algo tan básico como que la felicidad, no es algo que llega o se desvanece, es algo que hay que conquistar, algo por lo que debemos luchar a diario.


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