Somos más grandes que la muerte
El video de Randy Pausch un mes antes de morir, es una lección sobre la vida.
Mi agradecimiento personal por abrirme los ojos y hacerme grande.
Todos convivimos con el dolor. Desgraciadamente hay dolores inevitables, situaciones dolorosas imposibles de modificar. Sólo si entendemos el dolor como una oportunidad o un camino, podremos encontrarle un sentido. Un sufrimiento extremo, como saber que un diagnostico nos aleja de la vida para acercarnos a la muerte, no puede ser una lección inútil, deberíamos saber interpretarla como una lección ante el destino que nos toca vivir.
El dolor hay que afrontarlo, sentirlo, y recorrerlo.
El dolor nos obliga a buscar lo esencial de nosotros mismos. Tal vez el dolor sea una ocasión maravillosa para no distraernos de la verdadera y autentica utilidad de la vida. Aceptar una situación complicada como la muerte, puede dignificarnos y hacer que nos sintamos más grandes incluso que el propio dolor, si somos capaces de evitar en lo posible el inmenso sufrimiento, transformando nuestra manera de interpretarlo y de pensar en él.
Tenemos que dar forma a nuestro dolor, dialogar con él y encontrarle un sentido. Somos más grandes que nuestras enfermedades, conflictos, o afecciones. Así, cuando nos responsabilizamos ante el dolor y tomamos las riendas, nuestra actitud puede cambiar la dimensión de las cosas hasta convertirlas en tan solo un camino a recorrer.
Decía el escritor Carlos Fuentes, que la muerte espera al más valiente y al más rico, al más cobarde y al más pobre y los iguala no ante la conciencia de morir, sino en la ignorancia de la muerte. Sabemos que vendrá, pero no sabemos lo que es.
Cambiemos nuestros conceptos, no huyamos de la muerte ni de la enfermedad, retémoslas en el camino.