Sonambulismo: cuando el cuerpo actúa mientras dormimos
El sonambulismo es un fenómeno relativamente frecuente, especialmente en niños. Se le define como un trastorno del sueño en el cual una persona deambula mientras está dormida. O, dicho en otras palabras, sonámbulo es quien se levanta de la cama y presenta actividad motriz durante el sueño sin consciencia ni control de dicha actividad.
Muchos conocen el sonambulismo porque se le ha caricaturizado en tiras cómicas y películas, donde se muestra a personas que caminan dormidas, con los brazos extendidos hacia adelante. También se ha popularizado el mito de que despertar a un sonámbulo es peligroso. En la realidad no es así, pero como se trata de un comportamiento enigmático ha dado lugar varias leyendas y ficciones.
“La felicidad para mi consiste en gozar de buena salud, en dormir sin miedo y despertarme sin angustia”.
-Françoise Sagan-
El sonambulismo no es una enfermedad , ni una deficiencia, ni una rareza incomprensible. Aunque la ciencia no ha logrado explicarlo del todo, sí se sabe que este comportamiento no entraña un peligro en sí mismo. ¿De qué se trata entonces? ¿Por qué algunas personas lo presentan y otras no? ¿Hay alguna forma de tratarlo? Estos son los interrogantes que abordaremos enseguida.
Las manifestaciones del sonambulismo
Como se dijo anteriormente, el sonambulismo tiene dos rasgos característicos:
- Se presenta cuando una persona está dormida.
- Implica una actividad motriz.
En esta última afirmación es donde se presentan más equívocos: no todos los sonámbulos caminan dormidos. Para aclarar este punto, veamos algunas de las principales manifestaciones del sonambulismo:
- Incorporarte y sentarte en la cama.
- Hacer una mímica, mientras estás dormido. Por ejemplo, que te pones los zapatos, o que te vistes.
- Levantarte de la cama con los ojos abiertos y “mirar” hacia diversos puntos, sin ser consciente de lo que estás viendo.
- Hablar, diciendo palabras que tienen poco sentido.
- Caminar dormido, deambulando sin rumbo definido, o realizando una actividad automática como abrir la puerta de la nevera.
En la mayoría de los casos, el sonámbulo solamente se sienta en la cama. Son más raros los episodios en los que se levanta y mucho más escasos aquellos en los que sale de su casa o realiza acciones más complejas. El sonámbulo casi nunca recuerda nada de lo que ha ocurrido.
Las causas del sonambulismo
¿De dónde viene este enigmático comportamiento? La ciencia todavía no tiene una respuesta definitiva, pero sí han surgido varias posibles explicaciones, algunas de ellas realmente fascinantes. Prácticamente todas las hipótesis relacionan el sonambulismo con episodios de angustia.
Es importante señalar que el sonambulismo se presenta con mayor frecuencia en niños menores de 15 años. Por eso, una de las primeras hipótesis apuntó a definirlo como una manifestación del proceso de maduración del sistema nervioso central. Por eso muchos niños sonámbulos dejan de serlo cuando crecen, de forma completamente espontánea.
Sin embargo, una investigación reciente, desarrollada por la Universidad de Stanford, llegó a unas conclusiones diferentes. Los expertos observaron algunos comportamientos animales, como el de las fregatas, que vuelan dormidas. Dedujeron entonces que el sonambulismo provenía de una región arcaica del cerebro. Al profundizar, establecieron una conexión entre el estado de alerta y los episodios de sonambulismo.
Indicaron que durante el sueño el cerebro mantiene uno de sus hemisferios en “estado de alerta”. Es un mecanismo básico de defensa. Si, por ejemplo, se inicia un incendio, despertaremos aunque estemos profundamente dormidos. En el sonámbulo hay una anomalía de esa alerta. No logra pasar del sueño a la vigilia del todo. Se activan sus mecanismos motores de alerta, pero no su conciencia. Por eso se dice que está íntimamente ligado con la angustia, que a su vez es miedo sin presencia de peligro real.
Los riesgos del sonambulismo
Aunque, como ya se dijo, el sonambulismo no entraña ningún peligro en sí mismo, eventualmente sí puede ser problemático. En principio, los casos en los que la persona se levanta de la cama y camina dormida pueden dar origen a accidentes: tropezones, caídas o entrar en contacto con sustancias peligrosas. El sonámbulo también puede abrir la llave del gas o tocar un interruptor defectuoso, por ejemplo. En ese sentido, hay riesgos.
También se han presentado casos que van más allá. Por ejemplo, en 2009 una adolescente inglesa se levantó de su cama y saltó por la ventana, a 8 metros de altura. Vale anotar que algunas veces los sonámbulos salen de sus casas y afrontan los peligros de estar en la calle sin conciencia de sus actos.
Uno de los casos más mediáticos fue el de Kenneth Parks, en Toronto (Canadá). Sucedió en el año de 1987 y tuvo consecuencias fatales. Este hombre se levantó dormido, subió a su coche y condujo 23 kilómetros. Luego, asesinó a su suegro. No había motivos razonables para que hubiera hecho esto, pero así ocurrió. Por su estado de inconsciencia fue exculpado en juicio.
¿Qué hacer frente a quienes caminan dormidos?
Son extremadamente raros los casos en los que el sonambulismo va más allá de sentarse en la cama o caminar algunos metros. Los episodios suelen durar entre 30 segundos y 10 minutos. En raras ocasiones sobrepasa ese tiempo, pero se sabe que pueden llegar hasta los 30 minutos. En principio, lo que se debe hacer es tomar algunas medidas preventivas:
- No cenar muy tarde, ni de forma muy abundante.
- No realizar actividades intelectual o físicamente muy estimulantes poco antes de dormir.
- Serenarte antes de ir a dormir, especialmente si has tenido un disgusto o una gran preocupación.
- Darte un baño de agua tibia y hacer una lectura relajante antes de ir a la cama.
- No beber alcohol o sustancias psicoactivas antes de dormir.
Si usualmente el sonambulismo va acompañado de caminatas por la casa, lo mejor es retirar los obstáculos para evitar tropezones. Si hay escaleras, poner una barrera en ellas. También, asegurar puertas y ventanas para evitar que el sonámbulo salga sin que los demás se percaten.
El sonambulismo está asociado a la angustia, así que lo más importante es trabajar sobre esas preocupaciones que están en la base de todo. La meditación o los paseos relajantes son muy aconsejables. Una terapia psicológica puede también resultar muy adecuada para superar los episodios de sonambulismo.