¿Te hicieron daño? 5 preguntas para gestionar la situación
El daño y el dolor derivado a menudo van acompañados de sentimientos contradictorios. Tristeza, ira, desilusión… Incluso a veces también sientes culpa o llegas a asumir el daño recibido como una consecuencia inmanente a una acción pasada de la que fuiste responsable.
Cuando quienes te hicieron daño son personas que amas, los sentimientos ganan en intensidad, pudiendo dar forma a una auténtica tormenta mental. Recuerda que en toda situación compleja, lo primero que debes hacer es serenarte para no actuar de forma precipitada y, quizás, propiciar más dificultades.
Ahora bien, la clave para que una situación de estas no escale, muchas veces sin necesidad, y no te traiga nuevos problemas, está en analizar tranquilamente lo sucedido. Hay algunas preguntas que te pueden ayudar en ese propósito y, de este modo, permitirte gestionar la situación de una forma más adecuada. Las siguientes son cinco de ellas.
“Herir a un oponente es herirte a ti mismo. El arte de la paz es controlar la agresión sin producir daños”.
-Morihei Ueshiba-
1. ¿Esa persona comprende realmente la situación?
Si te hicieron daño, es muy frecuente que en principio tiendas a juzgar la conducta del otro de una forma demasiado unilateral. Adjudicas las motivaciones de su conducta, a su falta de valores o al deseo de perjudicarte. En “caliente” es más fuerte el rechazo al daño recibido, que la percepción desapasionada de lo que ocurrió.
Por eso es bueno que te preguntes si esa persona comprende realmente la situación. ¿Es consciente del nivel de daño que te ocasionó con lo que hizo? ¿De verdad su intención era dañarte, o más bien actuó sin pensar? ¿Actuó de forma calculada o se precipitó? Las respuestas a estos interrogantes pueden ayudarte a comprender mejor lo que ha sucedido.
2. ¿Hay algún problema o falla de carácter que pueda explicar su conducta?
Es importante analizar el contexto en el que se produjeron los hechos. Una conducta que surge en medio de una situación compleja tiene un significado diferente a la que nace en medio de una situación cotidiana. Hay presiones y dificultades que pueden hacer a una persona más propensa a actuar de forma incorrecta.
Así mismo, es posible que su inadecuada forma de actuar sea reiterativa y obedezca entonces a alguna falla de carácter. ¿Identificas y entiendes en qué consiste esa fallo? ¿Crees que esa persona es consciente de ella o ha tratado de superarla? ¿Lo ha logrado en alguna medida? Respondiendo vas a tener una idea más clara de por qué te hicieron daño.
3. Quienes te hicieron daño, ¿se contradicen o exageran?
Si te hicieron daño, es importante que no caigas en la trampa de victimizarte y ver a los demás como verdugos. Del mismo modo, no debes permitirte pensar que tú eres el único responsable de lo sucedido y que los demás actuaron de forma razonable. Para gestionar bien estas situaciones, lo mejor es llegar a un punto de equilibrio.
Algo que te ayuda a analizar la conducta del otro es observar si se contradice. ¿Actúa de formas muy diversas, según sea el caso? ¿Pide algo que no da? También vale la pena analizar si sus razones o sus pretendidos argumentos para actuar como lo hace se basan en una perspectiva exagerada de la situación.
4. ¿Qué sientes y cómo podrías transmitirlo?
Las preguntas anteriores iban dirigidas a despertar la empatía con el otro. Ponerte en su lugar para tratar de entender sus razones, sus motivaciones y sus limitaciones. Hecho esto, ahora también es necesario que entres en contacto contigo mismo para identificar los sentimientos que esta situación de provoca.
Si quienes te hicieron daño son personas importantes para ti, es bueno pensar en cómo podrías transmitir lo que sientes sin herir a los demás -en este sentido, piensa si lo que quieres es causar dolor o que cale el mensaje que pretendes trasmitir-. Lo más indicado es remitirte a las sensaciones que experimentas, sin entrar a juzgar la conducta del otro.
5. ¿Qué puedes hacer para que esto no te afecte?
Es posible que si te hicieron daño, en especial si este fue profundo, la herida tarde en curar. Puede condicionar tu trabajo, tus relaciones con los demás e incluso tu forma de comer o de dormir.
Plantear un afrontamiento inteligente de este tipo de situaciones supone impedir que todo esto no te afecte más de la cuenta. Vale la pena que busques medios para disipar el malestar que te puede dejar una situación así. Encontrar el camino para recuperar tu equilibrio emocional y ponerle un límite al daño recibido.
Un paseo agradable, una actividad entretenida o una conversación saludable podrían ayudarte a lograrlo.
Si te hicieron daño, la salida no está en sufrirlo pasivamente, ni en enfilar las energías hacia un desquite. Lo indicado es gestionar la situación de una forma razonable y detener los efectos de esa situación negativa, tanto para ti mismo como para quien te provocó algún perjuicio.
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- Burgos, O. R. (2012).
- Daños al proyecto de vida
- . Buenos Aires: Astrea.