¿Qué son los sentimientos encontrados?

Los sentimientos encontrados tienen que ver con la ambivalencia emocional y afectiva que sentimos hacia determinadas situaciones o personas.
¿Qué son los sentimientos encontrados?
Laura Ruiz Mitjana

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Ruiz Mitjana.

Última actualización: 14 noviembre, 2022

Como decía el abogado inglés George Carman, “los sentimientos encontrados, como las bebidas mezcladas, son una confusión para el alma”. Y es que la ambivalencia y la contradicción están dentro del abanico emocional normal. ¿A quién no le ha ocurrido? ¿Sentir emociones opuestas hacia alguien o estar inmerso en la duda entre lo que se quiere y lo que no se quiere?

No hace falta estar en una época especialmente convulsa para sentir amor y odio o atracción y rechazo hacia alguien, por ejemplo. Este tipo de situaciones se producen en la vida de muchas personas y forman parte de la naturaleza de nuestra psique.

La mente no es un artilugio perfecto, pero no por ello debemos conformarnos con sentir esa contradicción. ¿Cómo salir de ese bucle? ¿Qué son en realidad los sentimientos encontrados? ¡Lo analizamos!

Mujer preocupada pensando en los sentimientos encontrados

¿Qué son los sentimientos encontrados?

Los sentimientos encontrados, también denominados sentimientos contrapuestos, son aquellos que aparecen en cada uno de nosotros en diferentes momentos de la vida y que son aparentemente contradictorios. Es decir, son sentimientos opuestos que están dirigidos hacia el mismo objeto o situación. Un ejemplo sencillo: sentir amor y odio hacia alguien al mismo tiempo.

Se trata de una paradoja de coexistencia emocional que puede ocasionar un fuerte malestar, así como sentimientos conflictivos dentro de uno mismo. En palabras del propio Freud (1926), quien es preso de los sentimientos encontrados “experimenta un amor bien fundado y un odio tan justificado hacia una misma persona”.

Sin embargo, los sentimientos encontrados no solo incluyen el amor y el odio (aunque generalmente sea así), sino que también abarcan sentimientos de atracción, repulsión, cariño, respeto, asco, rabia, indiferencia, etc. Como sabemos, el abanico emocional es amplísimo y las propias emociones, individualmente, están repletas de matices.

“La duda puede provocar emociones encontradas en nosotros”.

-Elissa Washuta-

La ambivalencia de las emociones

El término de la ambivalencia en el espectro emocional fue utilizado por primera vez por el psiquiatra Eugen Bleuler (1910) para referirse a “aquellas situaciones de la vida psíquica en las que los sentimientos opuestos y de igual fuerza conviven sin que se pueda hacer una elección entre unos y otros”.

Así, la ambivalencia se emplea para designar no solo las situaciones patológicas, sino también los diferentes aspectos de la vida psicológica no patológica (es decir, “normal”).

De hecho, lo normal es que los sentimientos encontrados respondan a diferentes características de un mismo objeto de nuestra atención. Por ejemplo, una persona puede generarnos atracción debido a su aspecto pero también rechazo cuando expone sus ideas políticas.

En estos casos, la emoción más intensa será la que acabe guiando la conducta. No obstante, no se debe desestimar el poder de razonar, pues las personas tienen discursos internos que les previenen de seguir a sus sentimientos cuando estos pueden llevarles a lugares poco apropiados.

¿Cómo hacer frente a los sentimientos encontrados?

Aceptar y gestionar una situación en la que existen sentimientos encontrados dentro de uno mismo no resulta sencillo. De hecho, esta dificulta se acrecienta si alguno de ellos es de una deseabilidad baja -como la sensación de liberación que podemos sentir cuando muere una persona a la que llevamos cuidando mucho tiempo-.



Así, el propio enfrentamiento entre sentimientos simultáneos puede generarnos frustración, rabia, tristeza, incertidumbre, indecisión, etcétera; y puede hacer que sintamos que no avanzamos (y que no tenemos ni la remota idea de cómo hacerlo). ¿Qué podemos hacer? Os dejamos algunas ideas:

  • Primero de todo, acepta que están sintiendo estas dudas, y que precisamente esto te hace humano. No te juzgues, no está mal sentirse así. Todos dudamos, tenemos miedo y nos equivocamos.
  • Prueba a detenerte y a analizar qué es lo que sientes por dentro. Date tiempo para pensar, para fluir, y no te presiones a la hora de decidir nada. Intenta recuperar la serenidad.
  • Para gestionar la ambivalencia resulta clave observarla desde fuera, conocerla desde dentro y finalmente comprenderla. Intenta mirarte desde el exterior: ¿Qué le dirías a esa persona si no fueras tú?
  • Identifica las consecuencias de tus emociones. ¿Te estresa esta situación ambivalente? ¿Te comportas de forma errática? Esto te dará la clave para el cambio que necesitas.
  • Si de todas formas, te sigues sintiendo abrumado por esta duda constante entre lo que hacer y lo que no (y lo que sientes y lo que no), quizás deberías plantearte pedir ayuda: la psicoterapia es una buena opción para alumbrar este camino.

La introspección es la capacidad clave que debes desarrollar para ordenar tus sentimientos contradictorios.

¿Qué dice la ciencia?

Diversos estudios revelan que los sentimientos encontrados y contradictorios no son, necesariamente, sinónimo de indecisión, sino más bien tienen que ver con la complejidad emocional de las personas. Así, las personas tenemos un mundo emocional tan rico que hace que podamos experimentar este tipo de emociones aparentemente contradictorias.

Sentimientos encontrados y disonancias cognitivas

El término disonancia cognitiva, acuñado por el psicólogo social Leon Festinger, sugiere que podemos experimentar malestar psicológico cuando tenemos dos o más ideas que entran en contradicción o cuando nuestras creencias y pensamientos no coinciden con nuestras acciones. Para contrarrestar esta incomodidad caemos muchas veces en el autoengaño o intentamos convivir, sin conseguirlo, con el contenido contradictorio.

Los sentimientos encontrados pueden llegar a ser entendidos desde esta teoría, comprendiendo que tener pensamientos, creencias e, incluso, emociones contradictorias, hace parte habitual de nuestro universo mental como seres humanos. Lo importante es no engañarnos a nosotros mismos y evitar que el conflicto emocional nos lleve a tomar decisiones apresuradas.

Habilidad para diferenciar los estados emocionales

Un estudio (2016), llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Waterloo, concretamente por Grossmann, Huynh y Ellsworth, que contaba con una muestra de 1.396 personas de 16 culturas diferentes, se adentró en este tipo de sentimientos, con impactantes resultados. Los participantes debían indicar qué emociones habían experimentado en determinadas situaciones de la vida (por ejemplo, cuando tuvieron un problema con un familiar, cuando enfermaron o cuando estaban sobresaturados de trabajo).

¿Qué reveló el estudio? Que, en la cultura occidental, tendemos a pensar que los sentimientos encontrados son negativos o indeseables y los relacionamos directamente con la indecisión. Sin embargo, según el estudio, las personas con este tipo de sentimientos contradictorios son mejores diferenciando sus estados emocionales, y además consiguen encontrar un mayor equilibrio en sus vidas. Curioso, ¿no?

Mujer preocupada por validación emocional

Reflexiones finales

¿Y a ti? ¿Te ha ocurrido? ¿Cómo has actuado en estos casos? Hemos visto algunas ideas para hacerlo, aunque la realidad es que no existe una fórmula mágica para salir de ese bucle emocional en el que podemos vernos inmersos.

Sin embargo, nos puede ayudar tomar consciencia de que somos seres complejos, que todos y cada uno de nosotros duda, en ocasiones, y que muchas veces deberemos convivir con esta ambivalencia emocional que nos hace, a la vez, seres únicos.

Eso sí, si sientes que la situación te satura o te supera, pide ayuda. Se puede salir de ese bucle y todas las emociones tienen su razón de ser: aprendamos de ellas, permitámonos sentir; no vayamos en su contra.


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  • Delle Luche, R. & Bertacca, S. (2007). L’ambivalenza e l’ambiguità nelle rotture affettive. Milán: Franco Angeli.
  • Grossmann, I., Huynh, A. C., & Ellsworth, P. C. (2016). Emotional complexity: Clarifying definitions and cultural correlates. Journal of Personality and Social Psychology, 111(6), 895–916.
  • Morgado, I. (2007). Emociones e inteligencia social: las claves para una alianza entre los sentimientos y la razón. Barcelona: Editorial Ariel.
  • Bietti, L. M. (2009). Disonancia cognitiva: procesos cognitivos para justificar acciones inmorales. Ciencia Cognitiva3(1), 15-17.
  • Berrios, R., Totterdell, P., & Kellett, S. (2015). Eliciting mixed emotions: a meta-analysis comparing models, types, and measures. Frontiers in psychology6, 428.

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