La teoría de las necesidades complementarias de Robert Winch
La teoría de las necesidades complementarias de Robert Winch nos explica por qué a veces nos enamoramos de alguien con ciertas características opuestas a las nuestras.
En realidad, muchos tendemos a fijarnos en hombres y mujeres con personalidades que nos complementan. Es decir, aquello de lo que carecemos es lo que nos atrae del otro. Por ejemplo, alguien un poco introvertido puede beneficiarse de tener a su lado a una persona más extrovertida y sociable.
Sin embargo, algo en lo que incidió Robert Winch es que la auténtica sintonía está en la complementariedad. Porque a veces esas dimensiones contrarias lo único que logran es confrontarnos y crear distancias con el tiempo. Al fin y al cabo, cuando nos situamos en las antípodas en cuanto a temperamentos, personalidades, aficiones y valores, los polos opuestos no duran.
Ahora bien, una pareja encontrará la estabilidad cuando los miembros tienden a satisfacer las necesidades del otro. Si existe una influencia positiva que nos retroalimenta mutuamente, a pesar de nuestras diferencias, es cuando encontramos la verdadera felicidad.
Una relación sana y enriquecedora es aquella en la que florecemos como seres humanos al enriquecernos de lo que nos aportamos mutuamente en ese vínculo. No hay necesidad de ser iguales o coincidir en todo para ser felices.
¿En qué consiste la teoría de las necesidades complementarias?
Los polos opuestos pueden atraerse, pero no siempre duran. Asimismo, las parejas que coinciden en todo tampoco son un ejemplo de éxito afectivo. En ocasiones, nos obsesionamos con la necesidad de tener las mismas ideas, pasiones, particularidades y perspectivas, como si ello fuera patente de corso para alcanzar esa ansiada felicidad entre dos.
El secreto está en la complementariedad, como señaló Robert Winch. En que el otro sea el soporte de nuestras inquietudes, en ser nosotros la mente fría en los instantes de caos de la otra persona. Alzarnos como el Yin y el Yang en el que al final todo encaja, aunque haya diferencias.
Ser aliados y no competidores requiere de una artesanía comprometida y delicada que no todos alcanzan. Por ello, la teoría de las necesidades nos puede servir de ayuda. Solo cuando nos sentimos complementarios el uno del otro en una relación, ese vínculo se vuelve más fuerte. Profundicemos un poco más.
La felicidad en pareja reside también en nuestra capacidad para crecer a partir de las características opuestas del otro. Lo que nos diferencia nos puede servir a veces de ayuda para desarrollarnos como personas y asumir nuevas fortalezas psicológicas.
Los polos opuestos y la necesidad de complementariedad
Fue en 1958 cuando el psicólogo Robert Winch realizó un estudio para abordar la clásica pregunta de si los polos opuestos se atraen. Cabe señalar que este trabajo es todo un clásico y que reveló lo siguiente:
- Lo que sucede con las parejas que tienen caracteres diferentes es que, en buena parte de los casos, se complementan.
- Muchas veces nos fijamos en hombres y mujeres que poseen ciertos rasgos comportamentales de los que nosotros carecemos. Esas características nos enriquecen y nos permiten sentirnos realizados.
La teoría de las necesidades complementarias nos dice por ejemplo que las personas ahorradoras y gastadoras, los soñadores y los hacedores o los inseguros y seguros de sí mismos pueden conformar vínculos sólidos. Sin embargo, la armonía relacional únicamente será posible si se hace el esfuerzo por hallar el equilibrio y la complementariedad.
Las similitudes siempre serán más importantes que las diferencias
Aunque los polos opuestos pueden atraerse, serán siempre las similitudes las que harán que esa relación perdure. En este sentido, es fundamental que exista sintonía en cuanto a valores, estilo de vida y gustos personales. Lo que nos une siempre tendrá más relevancia que lo que nos separa o diferencia.
Asimismo, lo que nos diferencia del otro debe servir de complemento. Es esa perspectiva opuesta que a veces nos ayuda a ver las cosas de un modo diferente para crecer como personas. También y, como hemos señalado, se puede alzar como un mecanismo para reforzar nuestras carencias y hallar un mejor equilibrio interno y relacional. Pero cuidado, tampoco se trata de usar a nuestra pareja como “muleta”.
La teoría de las necesidades complementarias y la necesidad de buscar lo que sea “bueno”
Esta teoría incide en que las características opuestas de dos personas pueden complementarse para traer la sintonía y la armonía a la pareja. Esto lo tenemos claro, pero hay un pequeño detalle que conviene aclarar.
Lo opuesto nunca puede ser hiriente ni amenazante para nosotros. Es decir, no podemos estar en una situación de confrontación continuada en nuestra relación. Vivir en un tira y afloja permanente en el que lo que quiere uno no se ajusta a lo que espera el otro solo trae malestar. Es más, en ocasiones, hay características opuestas que trazan distancias insalvables, y hasta peligrosas.
Por ejemplo, puede que nos atraiga alguien por su carácter resolutivo y nosotros seamos algo más inseguros. Pero a veces, la resolución puede ir de la mano de la arrogancia y la prepotencia, por tanto, ese polo opuesto está en las antípodas de nuestras necesidades y bienestar.
La clave está en la complementariedad. En ser dos personas comprometidas en un mismo proyecto, en encontrar a alguien que, con sus matices, singularidades y personalidad, dé luz a nuestra vida y no sufrimiento.
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- Brubaker, Jennifer. (2016). Complementary Needs Theory. 10.1002/9781119085621.wbefs499.
- Schellenberg, James & Bee, Lawrence. (1960). A Re-Examination of the Theory of Complementary Needs in Mate Selection. Marriage and Family Living. 22. 227-232. 10.2307/347642.
- Winch, Robert (1958). Mate-Selection A Study of Complementary Needs Harper & Brothers.