Tipos de distorsiones perceptivas
Seguro que alguna vez has oído esta frase: ¡La mente nos engaña! ¿O quizás son nuestros sentidos los que lo hacen? En este artículo, conoceremos qué son las distorsiones perceptivas, también denominadas distorsiones sensoriales. Se trata de anomalías perceptivas en las que un estímulo real del exterior es percibido de forma distinta a lo esperable dadas las características formales del mismo.
Existen diferentes tipos de distorsiones perceptivas que se pueden clasificar según una serie de parámetros, tales como: la intensidad, la cualidad, el tamaño, la forma…
No debemos confundir las distorsiones perceptivas con las alucinaciones. En las alucinaciones (engaños perceptivos), la experiencia perceptiva no se fundamenta en estímulos realmente existentes, a diferencia de las distorsiones perceptivas, donde sí existe un estímulo real.
Estos dos fenómenos configuran la llamada psicopatología de la percepción, un ámbito de la psicopatología que siempre ha despertado gran interés entre los investigadores. ¿Quieres conocer cuáles son los tipos de distorsiones perceptivas y cómo funcionan? Aquí desgranaremos los misterios de este fenómeno sensoperceptivo tan curioso como complejo.
“Cada acto de percepción es en alguna medida un acto de creación, y cada acto de memoria es en alguna medida un acto de imaginación”
-Oliver Sacks-
Según el manual de Belloch, Sandín y Ramos (2008), los diferentes tipos de distorsiones perceptivas o sensoriales pueden clasificarse según cinco parámetros:
- Intensidad
- Cualidad
- Tamaño y forma
- Integración perceptiva
- Ilusiones
Ahora bien, veamos qué denominación reciben cada una de las distorsiones según su tipología, qué características presentan y cuáles son algunos de sus ejemplos.
Según su intensidad
Son aquellos fenómenos perceptivos que implican una anomalía en la intensidad con la que solemos percibir el entorno (por ejemplo, los sonidos). En este caso, la cualidad del estímulo se mantiene, pero en un grado distinto. En este grupo encontramos tres tipos de distorsiones perceptivas:
Hiperestesias
Las hiperestesias se pueden definir como una condición perceptiva que implica un aumento de la sensibilidad a los estímulos. Es decir, se produce un exceso de sensibilidad. Generalmente las hiperestesias afectan al sentido del tacto, aunque también los otros sentidos como el oído.
Por otro lado, la hiperestesia también puede conllevar un aumento de la percepción del dolor. Ejemplos de hiperestesias serían: percibir el tic-tac del reloj muy alto o notar el sabor del azúcar como excesivamente dulce.
Esta alteración de la percepción suele presentarse en personas que padecen trastornos de ansiedad, algunas esquizofrenias, migrañas, o que se encuentran bajo estados tóxicos (ingesta aguda de alcohol o drogas).
Hipoestesias
Por contra, las hipoestesias son distorsiones perceptivas en las que se da una disminución de la sensibilidad hacia los estímulos. Estas suelen ser comunes en trastornos mentales complejos como, donde se manifiesta una incapacidad para sentir o notar los sabores, olores, sonidos.
Anestesias
En el caso de las anestesias, se produce una ausencia de la percepción del entorno; es decir, se trata de la ausencia absoluta de percepción de la intensidad de los estímulos. En el caso concreto de la ausencia de la percepción del dolor, hablamos de una variante: la analgesia.
Según su cualidad
Según la cualidad de las distorsiones perceptivas encontramos aquellas que afectan, como su propio nombre indica, a la cualidad de los estímulos. Es decir, implican un cambio a otra cualidad; por ejemplo, percibir el azúcar como salado, verlo todo negro o que las flores nos huelan a excrementos.
Suelen ir asociadas a las distorsiones en la intensidad y tienden a manifestarse en trastornos mentales como la esquizofrenia y la depresión. Por otro lado, no debemos confundir este tipo de distorsiones con las alucinaciones gustativas u olfativas. Recordemos que en estas últimas no está presente el estímulo que provoca la sensación, mientras que en las distorsiones sí.
Según su tamaño y forma
Son las llamadas metamorfopsias y refieren a las distorsiones en la percepción visual del tamaño (dismegalopsias) y/o forma (dismorfopsias). Por lo general, se presentan en una amplia gama de situaciones: desde trastornos neurológicos hasta como consecuencias de los efectos de determinadas drogas. Sin embargo, son muy poco frecuentes en los episodios agudos de esquizofrenia y en los trastornos neuróticos.
Ahora bien, veamos qué distorsiones engloba cada tipo.
Dismegalopsias (tamaño)
Si percibimos un objeto como más grande de lo que es realmente, entonces padecemos una macropsia o megalopsia. Dichos fenómenos también se dan cuando percibimos un objeto o estímulo más cercano a nosotros de lo que es realmente. Un ejemplo del mismo sería “ver una hormiga del tamaño de un perro”.
En cambio, si percibimos el objeto más pequeño o más lejos de la realidad, hablamos de micropsias. Finalmente, las autometamorfopsias son las distorsiones referidas al propio cuerpo, en forma y tamaño (por ejemplo percibirnos más altos y alargados).
Dismorfopsias (forma)
Las dismorfopsias tienen que ver con la forma; se clasifican en:
- Plagiopsia: implica ver objetos alargados y oblicuos, además de más grandes de lo que realmente son.
- Displatiopsia: consiste en ver los objetos con mayor anchura.
- Kinetopsia: se trata de ver con objetos más grandes y en movimiento (cuando en realidad no se mueven).
Un ejemplo de dismorfopsia lo podemos ver ilustrado en los Relojes blandos de Dalí.
Según la integración perceptiva
Esta cualidad hace referencia a la unión o separación del estímulo. Así, cuando el estímulo se percibe fragmentado o separado, hablamos de una escisión perceptiva. En cambio, cuando lo percibimos fusionado a otro, hablamos de una aglutinación. Son anomalías poco frecuentes que a veces aparecen en los estados orgánicos y en la esquizofrenia.
Escisión perceptiva
En las escisiones perceptivos percibimos que los objetos están separados entre ellos, cuando en realidad permanecen unidos. Si la separación se produce en la forma del objeto, entonces hablamos de morfolisis; en cambio, si se produce entre un color y una forma (percibir que el color se separa del objeto, por ejemplo), hablamos de metacromía.
Un ejemplo de escisión perceptiva sería ver las manecillas del reloj separadas de los números.
Aglutinación
Las distorsiones perceptivas que implican una aglutinación reciben el nombre de sinestesias. Alguien con sinestesia experimenta, de forma involuntaria, la activación de una vía sensorial o cognitiva adicional en respuesta a estímulos concretos. Un ejemplo sería percibir colores cuando se escucha música.
Otras distorsiones perceptivas: las ilusiones
Las ilusiones ópticas también son distorsiones perceptivas. En este caso, se trata de anomalías en la estructuración de estímulos ambiguos; en otras palabras, es una ilusión, una percepción equivocada de un objeto concreto.
Existen dos clases de ilusiones: las pareidolias (cuando un estímulo vago y aleatorio, por ejemplo una imagen, es percibido de forma errónea como una forma reconocible) y el sentido de presencia (sentir que alguien está físicamente, cerca nuestro, cuando en realidad no lo está).
Ejemplos de ilusiones serían: las caras que vemos dibujadas en una hoguera o tener la sensación de no estar solo cuando realmente lo estamos.
“La percepción es real incluso cuando no es realidad”.
-Edward De Bono-
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Belloch, A., Sandín, B. y Ramos, F. (2008). Manual de Psicopatología. Madrid: McGraw-Hill (vol I). Edición revisada.
- Sacks, O. (1987). El hombre que confundió a su mujer con un sombrero. Muchnik editores, S.A. Barcelona.