¿Todos los caminos llevan al neuroticismo?
El neuroticismo es un rasgo o dimensión de personalidad, con una importante base biológica, que se ha relacionado de manera consistente con diferentes tipos de psicopatologías. Es un rasgo de personalidad que funciona como indicador de vulnerabilidad para el desarrollo de psicopatología, ya que da valor o “cuantifica” una tendencia en dos direcciones: a la hora de afrontar el estrés y los problemas y a la hora de exponernos a estímulos que puedan dañarnos a nivel psicológico.
Además, está relacionado con la gravedad de diferentes trastornos como la ansiedad, depresión, trastorno bipolar y la esquizofrenia. También juega un importante papel en los problemas de relaciones interpersonales, como problemas familiares y de pareja, y situaciones como el moobing y burnout. A continuación, explicaremos brevemente qué es el neuroticismo y cómo funciona en diferentes psicopatologías. Porque, aunque se encuentre asociado a diferentes trastornos, los efectos que tiene son distintos en función de cada caso.
El neuroticismo como rasgo de personalidad
El neuroticismo es un rasgo de personalidad que posee una importante base biológica. Esto quiere decir que es una tendencia de comportamiento, emociones y pensamiento (rasgo de personalidad) que en gran parte heredamos de nuestros progenitores (base biológica/temperamento). Esto no significa que no podamos modificarla, sino que la persona trae parte de esta tendencia desde el momento de su nacimiento. Luego, el ambiente luego a lo largo de la vida se encarga de potenciar o disminuir dicha tendencia.
Prácticamente todos los modelos de personalidad incluyen al neuroticismo dentro de sus rasgos básicos. De hecho, lo encontramos en los siguientes modelos de personalidad: Modelo de los 5 Factores (Big FIve; Costa y McRae, 1992), Modelo de los 5 Factores Alternativos de Zúckerman (Alternative Five Factor Model; 1999), Eysenk también lo propuesto como rasgo básico en su modelo Tridimensional Jerárquico (PEN; 1947) y también lo propone Cloninger en el Modelo de Temperamento y Carácter (TCI; 1994) con la peculiaridad de que en lugar de llamarle neuroticismo le llama Evitación del Riesgo.
Por tanto, queda claro que se trata de un rasgo que diferentes autores identifican como básico y que ha sido encontrado en la estructura de personalidad tanto si se parte de un análisis léxico, empírico o factorial de la personalidad. Todos los modelos incluyen al neuroticismo porque se trata de un rasgo que marca la tendencia emocional de base en cada uno de nosotros . Es decir, indica si vamos a tender a la estabilidad y el bienestar (bajo neuroticismo) o más bien si vamos a tender a la preocupación, a la ansiedad y nuestro estado de ánimo va a ser muy inestable (alto neuroticismo).
Dada la relación entre neuroticismo y emociones, pasaremos a analizar cómo influye este en los tres trastornos mentales más frecuentes: depresión, ansiedad y adicciones.
El papel del neuroticismo en diferentes psicopatologías
Neuroticismo y depresión
El neuroticismo se relaciona con una mayor cantidad e intensidad de los síntomas depresivos. Sucede así porque las personas con “alto neuroticismo” necesitan una menor cantidad de estimulación negativa para sentir malestar o incomodidad que las personas con bajo neuroticismo.
En este sentido, el neuroticismo se vincula a una mayor sensibilidad al malestar y por ello afecta el curso de las personas con depresión. Como se trata de un rasgo que sensibiliza hacia estados negativos , el neuroticismo actúa como amplificador de las emociones negativas, haciéndolas más intensas y menos tolerables. De esta manera es más fácil que el pozo de la depresión gane en profundidad, dificultando los intentos de salir de él.
Neuroticismo y ansiedad
La ansiedad y el neuroticismo están intensamente relacionados. El neuroticismo alimenta a la ansiedad, ya que fija la atención de la persona en la incertidumbre que esta no tolera o tolera con dificultad . Por tanto, el neuroticismo hace que la persona evite situaciones que sean inciertas, que tome riesgos y que evite por todos los medios experimentar cualquier grado de inseguridad (física, psicológica, social o emocional).
Entendiendo que, a día de hoy, que para superar con éxito la ansiedad hay que enfrentarse a ella, comprendemos que el neuroticismo es enemigo de la recuperación en casos de ansiedad. Hablamos de un rasgo de personalidad que motivará a la persona para que se mantenga en su zona de confort.
El neuroticismo hará que primen las acciones encaminadas a controlar diferentes aspectos de cada situación que puedan entrañar un riesgo, por remoto que sea. De esta manera, veremos que estas personas emplean una gran cantidad de recursos, como salir con mucho tiempo de anticipación de casa cuando han quedado para una cita, precisamente para contar con margen de maniobra en caso de que dé alguno de los muchos peligros que imaginan.
“El hombre neurótico se cierra a sí mismo el camino hacia sus genuinas posibilidades, se interpone ante sí mismo en el camino hacia su poder ser”
-Victor Frankl-
Si nos ponemos en un contexto más serio, como el de una crisis de pánico, y entendemos que el tratamiento más efectivo pasa por la exposición gradual del paciente a la situación que teme, entenderemos un poco mejor el problema añadido que puede suponer un alto nivel de neuroticismo.
Como hemos dicho antes, las personas que puntuan alto en las escalas de neuroticismo ponen una gran resistencia a exponerse a tales síntomas, y evitan de todas las maneras posibles asumir ese pequeño riesgo que dará paso a la habitación y por lo tanto al fin de la ansiedad. Por ello, a mayor presencia de neuroticismo, mayor resistencia por parte del paciente a la exposición y mayor ansiedad causará la anticipación de dicha exposición.
Neuroticismo y adicciones
Las personas con alto neuroticismo son más vulnerables a desarrollar una adicció. Ello se debe a que el neuroticismo potencia la motivación que todos tenemos por evitar el malestar y eleva el nivel percibido de estrés.
Un alto nivel de estrés junto con una mayor sensibilidad al malestar da como resultado que la persona se sienta psicológicamente “agotada” y desbordada por las adversidades de su día a día. En este sentido, el consumo de sustancias se convierte en una salida a considerar para ellas, ya que el efecto que generan en su cuerpo les libera precisamente esas preocupaciones que tanta ansiedad les genera. De este modo, quienes tienen un marcado neuroticismo en su estructura de personalidad pueden desarrollar con mayor facilidad una adicción.
En otras palabras, el agotamiento emocional producido por la alta sensibilidad al malestar hace que los desafíos diarios del entorno se perciban como una amenaza, y como la persona quiere evitar el malestar y controlar lo que ocurre, se siente desbordada. Este agotamiento psicológico hace muy difícil que se gestione el estrés con estrategias más adaptativas, y los efectos de sustancias psicoactivas depresógenas como el alcohol o el cánnabis otorgan un “respiro” momentáneo al malestar y el estrés.
¿Qué pueden hacer las personas con elevado Neuroticismo?
En primer lugar, es imprescindible que un psicólogo o psicóloga realice una exploración de la personalidad para poder determinar con exactitud qué grado de neuroticismo se tiene. Ya que, tanto las percepciones que tenemos de nosotros mismos como las que pueden tener quienes nos rodean, pueden ser poco precisas. Y así, podemos tener una imagen de nosotros mismos que no se corresponda con el nivel de neuroticismo que realmente tengamos.
Una vez explorada la personalidad, el psicólogo es el profesional mejor capacitado para indicar qué opciones existen a nivel terapéutico. A nivel general, el neuroticismo puede ser abordado y modulado con terapia psicológica enfocada al manejo de las emociones, incrementando el nivel de tolerancia al malestar o incertidumbre y facilitando la superación de la ansiedad y el miedo.
Además, en terapia psicológica se trabaja para que las persona con alto neuroticismo dirijan su vida hacia metas que sean importantes y valiosas, derribando la barrera que pueda suponer para ellas la tendencia neurótica que habita en su personalidad. Es muy importante tener en cuenta que a día de hoy existe evidencia científica que demuestra que la personalidad no es inmodificable. Estamos en constante intercambio con el ambiente, a nivel social, emocional y conductual.
Por ello, la excusa de “soy así” o “es mi manera de ser” es una costumbre que hemos de erradicar. Es erróneo creer que no podemos cambiar. Trabajar para obtener una mejor versión de nosotros mismos puede conducirnos a alcanzar metas difíciles de alcanzar.