Tómate la vida con calma
Si fueses a morir mañana, ¿qué te gustaría hacer hoy?. ¿Con quién pasarías tu tiempo?, ¿qué actividades te gustaría realizar por última vez?. Este planteamiento, que puede resultar un tanto extremo, nos ayuda a descubrir cuán alejados estamos de nuestro verdadero ser. Y nos invita a recordar la afirmación que traerá paz cuando la mente nos domine: tómate la vida con calma.
No resulta sencillo llevar a cabo esta propuesta. El mundo no está hecho para que encontremos la calma, para que vivamos y disfrutemos el presente. Al contrario, continuamente nos bombardean con obligaciones y exigencias revestidas de una urgencia que no es tal.
Debes estudiar, debes trabajar, tienes que triunfar, competir, conseguir más y más. Más dinero, más vida social, más estatus. Has de subir los peldaños de la vida a marchas forzadas y cumplir, en cada momento, con lo que la sociedad espera de ti. Han logrado convencernos de que si no vamos a toda prisa, haciendo malabares con los distintos roles de una vida que muchas veces no nos gusta, lo estamos haciendo mal.
¿De quién es la vida que vives?
Y es que, en realidad, todos esos objetivos serían muy loables si surgieran de nuestro propio convencimiento. Es maravilloso estudiar, conocer y nutrirse. Es fantástico tener libertad financiera, disfrutar del ocio con amigos y compartir una relación de pareja con otra persona. Pero cuando se trata de imposiciones y no de deseos, la satisfacción se convierte en una presión asfixiante.
¿Por qué has de estudiar una carrera a los 18 años por obligación, y no a los 25 por un deseo genuino de aprender sobre el tema?. ¿Por qué has de compartir tu tiempo con personas que no te aportan ni te llenan, sólo porque has de tener contactos?. ¿Realmente crees que es sano permanecer junto a alguien que te daña y no te valora porque la sociedad dice que, a tu edad, has de tener pareja?. ¿El qué dirán es un buen motivo para tener hijos sin estar preparado?.
Estamos tan inmersos en seguir un plan de vida diseñado por otros, que no nos permitimos reflexionar ni conectarnos con nosotros mismos. Tenemos tanta prisa por cumplir con el guión y las expectativas, que se nos olvida disfrutar la vida. La sensación de fracaso que nos invade cuando parece que vamos tarde, que no estamos haciendo lo debido, puede ser realmente paralizante.
Tómate la vida con calma
Por ello, si sientes que la rutina te agobia, que la preocupación y la ansiedad se han hecho parte de ti, descansa un momento. No llegas tarde a ningún sitio, porque no hay sitio al que llegar. Tu vida es única y exclusivamente tuya, y eres tú quien debe decidir como vivirla. No hay una edad determinada para cada cosa, el tren no solo pasa una vez. Cada uno de nosotros tenemos nuestro propio camino y hemos de concedernos el derecho a vivirlo de forma individual.
No tengas prisa por decidir quién quieres ser o cómo quieres vivir. Permítete descubrir tus dones, tus anhelos y qué es lo que te hace feliz. Deja de poner tu energía mental en el futuro, en el debería, en la próxima meta que has de alcanzar, y céntrate en el ahora. Disfruta de tu cuerpo, de tu salud, de tu propia compañía y de la de tus seres queridos. Conéctate con tu entorno, pasea por la naturaleza, emplea tiempo en esa actividad que te resulta tan gratificante.
Disfruta el camino
No sabemos cuando será nuestro último día de vida. Por ello hemos de hacer que cada día cuente y tenga significado. ¿Te gustaría pasar tus últimos momentos agobiado, preocupado, sintiéndote insuficiente?. Valórate y recuerda tu derecho a vivir en plenitud, y según tus propios parámetros.
No te angusties si aún no tienes trabajo, si todavía no te ascienden. No sufras por no haber encontrado aún el amor, por no tener planes cada noche. Tómate la vida con calma. Todo llegará, no permitas que la presión te haga conformarte con lo que no te hace feliz. No dejes que tu mente se crea que tu valor depende de cuánto te ajustes al molde que otros te han impuesto.
Ponte objetivos, pero que nazcan de ti. Trabaja por ellos, esfuérzate por conseguirlos. Pero no te obsesiones con la meta y disfruta del camino.
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