Los traumas psicológicos tras sufrir un accidente de tráfico
Los traumas psicológicos tras sufrir un accidente de tráfico, a menudo, se dejan en el olvido, una vez la integridad física queda fuera de peligro. No obstante, la atención psicológica y emocional también es crucial para la recuperación, pues las consecuencias llegan a ser duraderas e incapacitantes.
En este artículo profundizaremos sobre las secuelas que afectan al bienestar psicológico y emocional de las personas que se accidentan en la carretera. Si sufriste un suceso de este tipo o acompañas a alguien que lo padeció, aquí encontrarás información de interés y herramientas para afrontarlo de la mejor manera. Vamos con ello.
¿Qué secuelas psicológicas deja un accidente de tráfico?
Un accidente de tráfico crea, aunque sea por un instante, la sensación de que la vida está en peligro. Asomarse a ese abismo tan infrecuente acarrea efectos emocionales y psicológicos, manifestados a través de sentimientos de desesperanza, tristeza, estrés, rabia, culpa y miedo.
Asimismo, en un estudio publicado por la revista Medicina Legal de Costa Rica ,se indica que son posibles consecuencias más graves, como trastornos de pánico y de adaptación.
Tras un accidente de tránsito, las personas también sufren un gran impacto social, como restricciones en el trabajo, el estudio y el ocio.
A continuación, te exponemos algunos trastornos derivados de las marcas psíquicas que quedan tras sufrir un accidente de tráfico. Recuerda que su gravedad varía dependiendo del individuo y las circunstancias del evento.
Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
El TEPT es un trastorno psicológico que se desarrolla después de vivir o presenciar un evento con una carga emocional bastante intensa. Algunos de sus síntomas son los siguientes:
- Pesadillas
- Flashback
- Hipervigilancia
- Alteraciones del estado de ánimo
- Recuerdos intrusivos del accidente
- Evitación de situaciones relacionadas con el suceso
Trastornos de ansiedad y fobias
Cuando el nerviosismo, la preocupación constante y el miedo perduran en el tiempo, es común encontrar que los involucrados desarrollen trastornos relacionados con la ansiedad o fobias. Uno de los ejemplos más habituales es la amaxofobia, la cual se expresa en el miedo a conducir e incapacita a la persona para volver a tomar el coche.
Depresión
Son usuales los síntomas depresivos en quienes sufrieron accidentes de tráfico, en especial, cuando más personas están implicadas en el evento. Cambios en el apetito y en el sueño, tristeza persistente, dificultad para concentrarse, entre otros síntomas interfieren en la vida diaria. Si esto se presenta, lo ideal es buscar ayuda profesional.
Acompañamiento y trauma vicario: las consecuencias para los que no iban al volante
Si los traumas psicológicos de un accidente de tráfico reciben menos atención que los físicos, son menos aún atendidas aquellas consecuencias que sufren los allegados al afectado. En ese sentido, merece la pena mencionar el trauma vicario. Esta es una condición que se adquiere al acompañar o ver sufrir a un ser querido, aunque no se experimente el evento de manera directa.
El trauma vicario está bien estudiado entre aquellos que trabajan atendiendo a personas en catástrofes y otros eventos traumáticos, como las agresiones sexuales o los propios accidentes de tráfico.
De este modo, las personas que rodean al accidentado también sufren consecuencias psicológicas. A continuación, comentamos algunas de ellas:
- Síntomas de estrés postraumático: recuerdos intrusivos del accidente, pesadillas, evitación de situaciones relacionadas con el evento y cambios en el estado de ánimo.
- Impacto en las relaciones interpersonales: el fuerte impacto emocional que se origina cuando un ser querido sufre un accidente, afecta las relaciones, pues es posible que aparezcan dificultades para expresar emociones, lo que quizás genere tensión.
- Sentimientos de angustia, culpa y miedo: la preocupación por el accidentado va acompañada de estas emociones. Además, el sesgo a posteriori se vuelve poderoso con afirmaciones como «podría haberlo evitado si le hubiese llevado yo», por ejemplo.
- Sensación de impotencia: al final, gran parte de la recuperación (e incluso la supervivencia) del afectado está en manos profesionales. Por eso, los acompañantes suelen tener que enfrentarse a largas esperas e incertidumbre que no pueden remediar con sus actos.
¿Cómo manejar los traumas psicológicos tras sufrir un accidente de tráfico?
Aunque las consecuencias de un accidente pueden llegar a ser demasiado incapacitantes, es posible superarlas. Existen 2 bases fundamentales en la recuperación: el apoyo social y la intervención psicológica profesional.
La primera de ellas, el apoyo, sirve para restablecer y fortalecer los lazos sociales después del evento. De hecho, dicho apoyo es crucial en cualquier trastorno mental, considerando que los sentimientos de soledad agravan los síntomas depresivos y traumáticos.
Busca grupos de apoyo, confía en tus seres queridos y expresa tus sentimientos e ideas con ellos.
Por otro lado, los traumas psicológicos tras sufrir un accidente de tráfico no son algo que deba dilatarse en el tiempo sin ayuda profesional. Muchas terapias han resultado efectivas, como se menciona en un estudio publicado en la Revista de Casos Clínicos de Salud Mental.
En el trabajo referido se expone el tratamiento de un caso de amaxofobia, el cual se aborda con una combinación de TCC (terapia cognitivo conductual) y mindfulness. Otra técnica para entender este trauma es la terapia familiar sistémica, cuando el suceso involucra menores con TEPT.
Asimismo, para casos de trauma sin especificación concreta, que derivaron de un accidente, la Organización Mundial de la Salud, desde el año 2013, aconseja la terapia EMDR (terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares, por sus siglas en inglés). Esta es una psicoterapia integradora, orientada a los problemas de base traumática.
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Reúne el valor para enfrentar el trauma
Un accidente automovilístico es una desgracia para todos: el conductor, el copiloto, las familias, los amigos, etc. Como lo hemos visto, más allá de las lesiones físicas, quizás haya secuelas que repercuten en la salud mental de los afectados.
Sin embargo, recuerda que existen herramientas para enfrentar aquellos traumas psicológicos que quedan tras un accidente de tráfico. El apoyo de quienes rodean a la persona y una asesoría idónea, ofrecen una sanación colectiva, integrada y eficaz. Por eso, nunca dudes en pedir ayuda, tanto profesional como personal.
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