Tu amor es malo para mi salud

Tu amor es malo para mi salud
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 10 septiembre, 2019

El amor es la dimensión más compleja, emocionante, satisfactoria y, en ocasiones, también trágica que existe.

Todos podemos enamorarnos, desde personas emocionalmente maduras, hasta personas llenas de miedos e inseguridades, pasando incluso por aquellas que padecen algún problema psicológico.

Quizá esté aquí la mayor dificultad, el encajar toda esta amalgama de personalidades, las sanas y las problemáticas en el seno de una relación que a veces, se convierte en algo no solo imposible, sino también dañino. No apto para nuestra salud física y emocional.

En ocasiones, y sin saber cómo, acabábamos enamorándonos de personas que lejos de hacernos felices, nos dejan caer en un abismo de altibajos donde nunca hay estabilidad, donde aparecen los chantajes emocionales, el rencor, la desconfianza, e incluso la violencia física o emocional. Ambas igual de destructivas.

Walter Riso, psicólogo clínico experto en relacionas de pareja, nos dejó una serie de categorías que vendrían a definir los distintos tipos de amores tóxicos. Veámoslos uno por uno.

 

TIPOS DE RELACIONES TÓXICAS

 

El amor hostigante:

En esta primera dimensión tendríamos a esas personas que buscan en todo momento, ser el punto de atención de su pareja. Podrían llegar a darse casos verdaderamente obsesivos de dependencia absoluta, donde siempre se busca la aprobación y el reconocimiento. De no obtenerse, caerían en estados depresivos e incluso vengativos.

El amor paranoico/vigilante:

Aquí tendríamos la clásica relación donde un miembro de la pareja se obsesiona con que va a ser traicionado. Cualquier pequeño aspecto puede interpretarlo como una clara sospecha de que está siendo menospreciado o rechazado. O peor aún, que no es amado. El nivel de sufrimiento que crea alrededor de la pareja es tan doloroso como destructivo para ambos.

El amor subversivo:

Es un tipo de relación tan compleja como tóxica. Uno de los dos, ve a su pareja como una figura de autoridad, estableciendo un comportamiento de sumisión a la vez que de huida. Piensa que su vida está controlada por la otra persona, que no le deja hacer determinadas cosas, cuando en realidad, no es así. Son personas inmaduras que sumen a su pareja en continuos estados cariño y desprecio.

 El amor narcisista:

Es fácil de reconocer y seguramente uno de los más conocidos por todos nosotros. Existen personas que solo ven y buscan sus propias necesidades y sus propios sentimientos. Ante cualquier problema solo aprecian su propio punto de vista, menospreciando queriendo o sin querer, al cónyuge.

El amor perfeccionista:

Característico de una personalidad obsesiva compulsiva. No hay espacio para la libertad o la espontaneidad, cualquier aspecto es controlado al milímetro bajo la idea de “que es lo mejor”, que “de ese modo la relación funcionará mejor”. La opinión del ser querido se queda a un margen y no suele ser escuchada por el miembro “perfeccionista”.

El amor violento:

Uno de los más peligrosos. Hay personas que entienden la palabra amar como sinónimo de control y dominación, tanto física como psicológica. Son personas que ejercen el control de forma agresiva, ahí donde puede aparecer el desprecio, la dominación, y el sometimiento. Es sin duda la relación tóxica más peligrosa.

El amor caótico:

Define en especial a aquellas personas emocionalmente inestables. Son relaciones con enormes altibajos debido a que uno de los dos miembros demuestra a partes iguales tanto amor como marcado desprecio. Hay instantes de pasión absoluta, para, días después, mostrar indiferencia. Un estado como este puede acabar destruyendo a la otra persona.

El amor esquizoide-ermitaño:

Es característico de las personas con alexitimia, es decir, la incapacidad por reconocer y expresar emociones tanto propias como ajenas. Son personas que no son capaces de decir un “te quiero”, pueden mostrar proximidad y deseo, pero pocas veces se muestra un cariño sincero que haga verdaderamente feliz a la otra persona.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.