Tener una afición es tener un tesoro
La vida es muy corta y no podemos darnos el lujo de rechazar los momentos que nos permiten disfrutarla, dejando de lado la afición que más nos guste. Claro que trabajar es fundamental y demanda mucho tiempo. Claro que las labores domésticas, familiares y las relaciones afectivas también ocupan buena parte de nuestra vida.
Pero lo cierto es que para llevar una vida plena, jamás debemos permitir que no haya tiempo para dedicarnos a nosotros mismos. Hay una forma especial de entrar en contacto con lo que más nos gusta y a la vez hacer un corte con todo aquello que representa la rutina diaria: dedicarnos a nuestra afición.
“Las aficiones son la válvula de seguridad de la vida media, y el consuelo de la edad.”
-Mary Roberts Rinehart-
Las aficiones son pequeños reinos de libertad. El tiempo que les dedicamos es nuestro verdadero tiempo libre, aquel en el que hacemos lo que realmente disfrutamos y en donde el propósito no es obtener dinero, ni cumplir una obligación.
Los beneficios de tener una afición
Tanto los médicos, como los psicólogos y, en general, todos los profesionales de la salud, coinciden en señalar que tener una afición incrementa la calidad de vida. Es un factor que equilibra y ayuda a preservar la salud física y emocional. Entre los principales beneficios de tener una afición están los siguientes:
- Permiten desarrollar las habilidades y talentos innatos, además de conocer nuevas potencialidades
- Contribuyen a “desconectarnos” de la rutina y de otras actividades que pueden ser estresantes
- Son un excelente antídoto contra la depresión, la ansiedad y “el nerviosismo” en general. Ayudan a alcanzar un estad de ánimo más sereno.
- Inciden en el desarrollo de la creatividad y en la capacidad para tener disciplina
- Permiten ampliar la vida social
- Incrementan la motivación para afrontar los problemas de la vida
- Fortalecen la autoestima, en tanto facilitan el diseño de nuevas metas y la mejora constante
- Contribuyen a establecer un margen de independencia frente a la familia y la pareja
- Nos ayudan a disfrutar más de esos momentos de soledad, en compañía de nosotros mismos
- Nos liberan de las obsesiones generadas a partir del trabajo, las deudas, los problemas de pareja, etc.
Lo más importante es que una afición nos ayuda a instalarnos en las zonas más genuinas de nosotros mismos. Allí somos de verdad, porque no tenemos la presión de un resultado, ni queremos demostrarnos, ni demostrarle nada a nadie.
Algunos tips para disfrutar de una afición
Casi todos hemos pensado en alguna actividad que nos gustaría realizar en nuestro tiempo libre. Pero no siempre llegamos a concretar ese deseo, o lo hacemos solamente muy de vez en cuando. La vida moderna es muy absorbente y fácilmente nos lleva a olvidarnos de nosotros mismos. Por eso vale la pena tomar en cuenta algunos puntos para hacer de una afición ese tesoro que enriquezca nuestras vidas:
- Atrévete. A lo mejor te gustaría mucho cantar, pero siempre te han dicho que desafinas mucho. Sin embargo, como tu propósito no es convertirte en Pavarotti, ¿por qué no intentar el canto como una afición? Por más mal oído que tengas, de todas maneras con algo de técnica lograrás mejorar mucho tu desempeño. Atrévete. Lo único realmente importante es que te guste.
- Explora. No te quedes solamente cultivando esa afición para la cual tienes habilidad. Busca actividades próximas a ella y, por qué no, también otras que apenas conozcas. Puedes sorprenderte de las muchas virtudes que tenías escondidas, esperando un momento propicio para emerger.
- No lo dejes para después, ni renuncies por factores externos. El momento es ahora. No permitas que tus obligaciones, las presiones familiares o las tareas atrasadas te impidan practicar tu afición. Es un tiempo tan, o más, importante que el de las obligaciones. Es un tiempo para ti mismo y, por eso mismo, es sagrado. La práctica de una afición siempre se refleja en un mejor desempeño laboral, familiar, social, etc.
- Corta con tu entorno habitual. Precisamente se trata de que puedas establecer un punto de ruptura con todo lo que signifique rutina. Así que no tiene sentido que involucres a tu pareja, o a tus compañeros de trabajo, o a tu familia en la práctica de tu afición. Se trata de un espacio de corte, de exploración, de libertad.
- No dependas del dinero. Quizás buscas pasatiempos demasiado costosos y eso a la vez se convierte en un pretexto para nunca practicarlos. Tal vez te gusta el montañismo, pero no tienes equipo, o salir fuera de la ciudad resulta muy caro y así todo se te queda en planes. Si por el momento no puedes practicar una de esas aficiones costosas, busca algunas que sean similares y más económicas.
Imágenes cortesía de Pascal Campion