Vence tus obsesiones, ¡sé libre!
Las obsesiones son ideas persistentes o imágenes mentales repetitivas que se viven como inapropiadas y que causan gran ansiedad o angustia. Dicho de una manera sencilla, puede hablarse de obsesión cuando un pensamiento intrusivo nos incomoda en exceso pareciendo estar fuera de control e invadiendo nuestra mente de forma involuntaria
En el caso de padecer TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo), estos pensamientos se manifiestan de manera patológica y pueden referirse a enfermedades (contraídas al estrechar la mano, por ejemplo), a dudas (sobre si se ha cerrado la puerta o apagado el gas) o miedos (a actuar de forma incorrecta).
En el caso del trastorno obsesivo-compulsivo, la persona intenta mitigar su ansiedad a base de rituales que, si bien producen un alivio momentáneo, a la larga perpetúan el trastorno (lo que denominamos compulsiones).
No obstante, cuando nos atacan estos pensamientos invasivos, podemos poner en marcha diferentes estrategias para controlar estas intrusiones. A continuación, te proponemos varias de ellas para que te liberes de una vez por todas de la ansiedad provocada por esos pensamientos que no puedes quitarte de la cabeza.
No te identifiques con tu mente
Lo primero que debes tener en cuenta es que tú no eres tu mente y no decides las ideas que ésta genera. Es decir, tu mente funciona produciendo toda clase de pensamientos (algunos totalmente irracionales) y tu labor es considerar solamente aquellos que merezcan la pena.
La naturaleza nos ha dotado con este generador de pensamientos de todo tipo para ser creativos y solucionar problemas. Un brainstorming permanente del que debemos seleccionar lo que nos sea útil y desechar lo inservible.
Asimismo, es muy importante comprender que es normal tener este tipo de pensamientos intrusivos absurdos y que el verdadero problema reside tanto en la importancia que se les dé como en la forma en que se afronten.
No luches contra el pensamiento obsesivo, ¡acéptalo!
Solemos tener la tendencia a pelear contra nuestra mente, por lo que es comprensible que el primer impulso respecto a una obsesión sea intentar eliminarla. Sin embargo, esto es un error, pues cuanto más intentamos evitar pensar en algo, más pensamos en ello.
Una técnica más efectiva consiste en observar el pensamiento como si se tratara de una nube que cruza el cielo, sin identificarte con él ni creértelo. Simplemente, lo etiquetas (por ejemplo “pensamiento de obsesión por la muerte”) y lo dejas pasar.
Otra forma habitual de actuar es la de negar o evitar las emociones, pero para acabar con la angustia es conveniente sentir el malestar hasta que se agote por sí solo. Ponle nombre a la emoción que surge de tu obsesión, acéptala y permítete experimentarla sin más. Desaparecerá.
Cansa a tu obsesión
Si tus obsesiones son agotadoras, tú puedes serlo más. Resume tu obsesión en una palabra y repítela en voz alta, durante un minuto, a toda velocidad. Como pasa con las fobias, cuánto más nos exponemos a lo que nos da miedo, más posibilidades tenemos de superarlo. Otra forma de cansar a la obsesión es dedicarle tiempo deliberadamente.
Reserva una hora para pensar en lo que te obsesiona. Si se trata de una imagen, mantenla en tu mente sin intentar eliminarla ni interpretarla de forma catastrófica. Una vez hecho esto, valora el nivel de ansiedad que te provoca cada vez, hasta que desaparezca. En días posteriores, el contacto con tu obsesión ya no te producirá ningún malestar.
O… canta tu obsesión
Dicen que “el que canta su mal espanta” y es totalmente cierto. Foa y Wilson, especialistas en el tratamiento de las obsesiones compulsivas, recomiendan enfrentarse a las obsesiones cantando. Este método es efectivo porque resulta imposible cantar y mantenerse angustiado al mismo tiempo.
Se puede utilizar una melodía de una canción conocida y adaptar los pensamientos obsesivos a la música. Por ejemplo, una persona que esté obsesionada con los gérmenes, podría utilizar la canción de Loquillo “Quiero un camión” y cantar: “Yo para ser feliz quiero jabón”; y podría seguir “enlucir a los marranos/a mi chica lavar las manos…”.
De esta manera, afrontando el problema con humor, quien la padece se ríe de su obsesión y multiplica las posibilidades de superarla. Párate a pensar sobre ello y haz varias pruebas, a cada cual más original.
Exagera
Como última recomendación, te proponemos ampliar la obsesión hasta el absurdo. Según el psicólogo estadounidense Richard S. Lazarus, una estrategia efectiva es la de ampliar las obsesiones de forma exagerada. Por ejemplo, si tu obsesión está relacionada con envejecer, puedes imaginar que te van a confundir con una momia y te van a meter en un sarcófago.
Recuerda que el objetivo no es evitar, eliminar ni bloquear los pensamientos -porque no son voluntarios-, sino recibirlos de otra manera.
Las recaídas son posibles, acéptalas como una oportunidad para aplicar las técnicas aprendidas y, si lo consideras necesario, busca ayuda psicológica profesional que te ayude a diseñar y llevar a cabo un plan de afrontamiento. No lo dudes, puedes vencer tus obsesiones y liberarte de tus pensamientos intrusivos.