La vivienda condiciona la conducta humana

¿Cómo nos influye el entorno físico en nuestro estado de ánimo? ¿Y en nuestros pensamientos? ¿Y en cómo actuamos? ¡En este artículo te lo contamos!
La vivienda condiciona la conducta humana
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 26 noviembre, 2022

Rara vez las personas buscan las causas de su malestar emocional o psicológico en la configuración física del entorno. Es más habitual comenzar a buscar en las experiencias personales y el mundo interior. Sin embargo, por mucho que lo ignoremos en nuestro análisis a la hora de hacer atribuciones, el espacio físico que nos rodea influye en cómo nos sentimos. En particular, la vivienda condiciona la conducta humana.

El área que se ocupa de estos aspectos es la psicología ambiental. Vale aclarar que, si bien la vivienda condiciona la conducta, esto no significa que la determine. Es obvio que hay otros factores tan o incluso con más peso en este sentido.

Dicho lo anterior, lo cierto es que se ha encontrado un vínculo entre la agresividad en las relaciones familiares y elementos físicos del hogar. También, entre el estado de ánimo y el espacio físico que consideramos nuestro. Veamos qué dicen los expertos.

Tener menos cosas significa contar con más espacio y más claridad mental. La luz y el orden ejercen una influencia en la mente. Deshacerse de objetos que no se usan es una prioridad, y cambiar de vez en cuando la disposición de los muebles en casa es un divertimento muy motivador”.

-Raimón Samsó-

Mujer triste en el salón

La vivienda influye sobre lo que pensamos y hacemos

Cuando se habla de la influencia del contexto es necesario hacerlo en tres dimensiones: entono mental (creencias, valores, formación, información, etc.), entorno personal (familia, pareja, amigos, compañeros de trabajo, etc.) y entorno material (lugares donde se vive o se trabaja, vecindario, ciudad, tecnología, automóvil, dotación doméstica, etc.).

Cada una de esas dimensiones tiene una gran influencia sobre el comportamiento. Sin embargo, lo usual es que haya más conciencia sobre el entorno personal que sobre el mental y el material. Este último suele pasar desapercibido, ya que corresponde al mundo de los objetos y se asume que estos no dicen nada o no interactúan de forma dinámica con el individuo.

Aunque la forma como la vivienda condiciona la conducta es un tema poco estudiado, ya hay suficientes datos como para afirmar que se trata de un efecto apreciable. En particular, se ha señalado que aspectos como la luz, el ruido, la cantidad de espacio personal disponible, la temperatura y la privacidad son aspectos que inciden tanto en el estado de ánimo, como en la relación con las demás personas con las que se convive.

Los efectos en la convivencia familiar

Los trabajos pioneros sobre cómo la vivienda condiciona la conducta en la familia fueron adelantados por Herrenkohl & Herrenkohl, a partir de los años 80. Una de las primeras investigaciones de estos expertos ya daban cuenta de la influencia de las condiciones de la casa en la violencia en la pareja y el maltrato hacia los niños.

Un estudio llevado a cabo en América Latina, en 2011, encontró una relación directa entre la habitabilidad de la vivienda y los patrones de convivencia familiar. Las malas condiciones generaban un estrés adicional que contribuía a deteriorar los vínculos familiares: había mayor tendencia hacia las conductas violentas.

Los investigadores encontraron que cuanta más luz, menos ruido y menor hacinamiento, más armónicas eran las relaciones familiares y viceversa. De igual manera, descubrieron que cuanta más armonía había en las familias, mayor era el interés por mantener la vivienda en condiciones agradables para todos.

Familia en el salón

Lo que cuenta

Se necesita más investigación para comprender en detalle la forma en la que la vivienda condiciona la conducta individual y colectiva. Los datos que hay hasta el momento indican que el factor económico no es determinante. O sea, no se necesita tener mucho dinero para habitar en un espacio agradable.

Los expertos señalan que la luz y la cantidad de espacio disponible son elementos muy relevantes. Por lo mismo, aconsejan deshacerse en forma periódica de los objetos que no se usan. Cuanto menos objetos haya, más fácil es crear una sensación agradable para quienes habitan una casa. La luz y las vistas desde la ventana se consideran incluso más importantes que la cantidad de espacio físico disponible.

Quienes habitan una casa que les resulta agradable y en la que pueden tener espacios de privacidad muestran ser personas que logran equilibrar sus emociones con mayor facilidad. También suelen tener una visión más optimista y una relación más amable con los demás. Sobre los vecindarios y las calles hablaremos en otra oportunidad.


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  • Herrenkohl, R. C., Herrenkohl, E. C., & Egolf, B. P. (1983). Circumstances surrounding the occurrence of child maltreatment. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 51(3), 424–431. https://doi.org/10.1037/0022-006X.51.3.424
  • Verdugo, V. C., Lohr, I., Torres, L., Acuña, A., Velardez, S., Ayala, D., ... & Milán, M. (2011). La influencia de la habitabilidad de la vivienda en los patrones de convivencia familiar. Psicumex, 1(2), 74-87.

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