Vivir sin ganas, cuando la apatía se apodera de mí

Muchas personas cargan con ellas sin intervenir, sin comunicarse y sin pedir ayuda. ¿Por qué ocultan cómo se sienten? ¿Qué podemos hacer si somos nosotros los que nos encontramos en esta situación? Te lo contamos.
Vivir sin ganas, cuando la apatía se apodera de mí
Laura Rodríguez

Escrito y verificado por la psicóloga Laura Rodríguez.

Última actualización: 14 septiembre, 2023

Vivir sin ganas es sentir una constante apatía y desmotivación por aquello que esperamos del presente y futuro. Levantarnos en este estado a diario puede convertirse en un suplicio, una cuesta arriba que se vuelve bastante empinada por la inercia que gobierna nuestro estado mental.

No olvidemos que, para las personas que viven sin ganas, levantarse cada mañana conlleva dedicar tiempo a determinadas tareas con la sensación de no tener fuerzas para realizarlas.

En cierto modo, son personas que necesitan hacer un esfuerzo extra, dado que cargan un lastre para alcanzar objetivos poco costosos (desayunar, vestirse, ducharse…). Por otro lado, la apatía es tan elevada que se les torna demasiado complicado tomar la iniciativa. Indaguemos más al respecto.

Lo contrario del amor no es el odio sino la apatía.

~ Leo Buscaglia ~
Mujer con desgana con cama

Vivir sin ganas en silencio

En ocasiones, la apatía pasa desapercibida porque la persona suple la carencia de motivación con esfuerzo. Así, quienes rodean a una persona que vive en una espiral de desgano pueden no percatarse del dolor que pueda estar sintiendo esa persona. Pensemos, ¿cómo voy a percibir que está sintiendo una constante apatía si se comporta igual que siempre?

Este es un punto relevante. Muchas veces no le damos la importancia que merece al estado emocional del otro porque no percibimos síntomas. La persona sigue cumpliendo en el trabajo, con las obligaciones familiares, acudiendo a las reuniones sociales…, incluso en su rostro podemos ver reflejadas sonrisas; sin embargo, a nivel interno no existe ilusión.

La tristeza es también un tipo de defensa.

~ Ivo Andric ~

Ante la apatía, evita los tópicos

Cuando alguien nos cuenta cómo se siente, tendemos a ofrecer frases comunes: «eso no es nada», «ya verás cómo se te pasa», «nos ocurre a todos», «¡anímate!, «no le des tanta importancia»…

No obstante, aunque nuestra intención sea la de ayudar, para una persona que vive sin ganas las típicas frases motivadoras pueden no ser reconfortantes. Por el contrario, la sensación de no ser entendida puede llevar a que corte los canales de comunicación y se encierre en sí misma.

Entonces, ¿qué hago si alguien me cuenta que se siente apático? Pues bien, realmente esa persona puede estar necesitando tu apoyo y tu escucha activa: sentir que le entiendes, que comprendes por lo que está pasando, que estarás ahí. Es probable que le reconforte expresar lo que le significa vivir sin ganas, recurriendo a la voluntad de manera constante para cumplir con cada tarea.

El desánimo es la piedra que inevitablemente tienes que pisar para cruzar el río. Puede que te caigas, pero siempre puedes levantarte o nadar para terminar cruzándolo.

~ Anónimo ~
Hombre abrazando a su mujer

Más allá de la apatía

Vivir sin ganas, apático, puede tener un componente fisiológico, tal y como afirma un equipo de investigación. Asocian la desmotivación y la apatía a unos circuitos cerebrales muy concretos que en ciertos momentos pueden evidenciar ciertas anomalías en su funcionamiento. Pensemos que detrás de la desgana es posible que existan condicionantes más allá de las circunstancias externas.

A su vez, la apatía podría esconder ciertas patologías y problemas psicológicos subyacentes, tales como la depresión mayor o la distimia. Por ello, uno de los primeros pasos para superar este estado es descartar problemas médicos (factores causales hormonales u orgánicos) o psicológicos.

Dejando a un lado el origen de la apatía, es importante buscar apoyo. Lo podemos hacer tanto en el entorno más cercano como en el campo de profesionales especializados, pues el sufrimiento a veces nos desborda de tal manera que necesitamos ayuda externa para superarlo.

Si no has aprendido de la tristeza, no puedes apreciar la felicidad.

~ Nana Mouskouri ~

Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Marin, R. S. (1991). Apatía: un síndrome neuropsiquiátrico. J Neuropsychiatry Clin Neurosci 3, 243- 254.
  • Toates, F. (1986). Sistemas motivacionales. Cambridge. Cambridge Univ. Press.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.