10 estrategias de manipulación mediática

A continuación, mostramos las estrategias de las que se valen los poderes políticos y económicos para controlar de forma masiva a los ciudadanos.
10 estrategias de manipulación mediática
Sara Clemente

Escrito y verificado por Psicóloga y periodista Sara Clemente.

Última actualización: 21 enero, 2022

Aunque popularmente podemos estar poco familiarizados con su nombre, a Sylvain Timsit le debemos una valiosa aportación. Este escritor francés formuló en el año 2002 las 10 estrategias de manipulación mediática de las que se valen los poderes políticos y económicos para controlar de forma masiva a los ciudadanos. Y aunque han pasado 15 años, su decálogo continúa siendo un argumento muy poderoso y vigente actualmente.

Se considera como un ránking de maniobras de manipulación de masas. Su propósito, según su propio autor, es crear a individuos dóciles, sumisos y obedientes; así como hacer emerger el capitalismo, la desigualdad y el neocapitalismo.

La publicación de Timsit se hizo viral en pocos minutos. Y su autoría fue atribuida erróneamente al literato estadounidense Noam Chomsky. Aunque es cierto que existen ciertos atisbos del pensamiento de Chomsky en sus enunciados, sobre todo en lo relativo al análisis crítico del rol de los mass media en la sociedad. Las 10 estrategias de manipulación mediática enunciadas por el escritor francés son las siguientes:

“En un estado totalitario no importa lo que la gente piensa, puesto que el gobierno puede controlarla por la fuerza empleando porras. Pero cuando no se puede controlar a la gente por la fuerza, uno tiene que controlar lo que la gente piensa, y el medio típico para hacerlo es mediante la propaganda”.

-Noam Chomsky-

1. Distracción

La distracción consiste en lograr desviar la atención del público de los asuntos importantes e impedir que éste se interese por conocimientos esenciales, como los referentes a la ciencia, la economía, la psicología, y la cibernética.

Una forma de distraer a la masa es inundando los medios de comunicación de noticias banales, o  menos relevantes para el progreso social. El objetivo es distraer y mantener la mente de la gente ocupada.

De esta manera, los individuos terminan por dejarse llevar por lo que les ofrecen estos medios; dejan de cuestionarse por qué no se emite una determinada información; y terminan olvidándose de los verdaderos problemas sociales.

Hombre influenciado por la televisión

2. Problema – Reacción – Solución

Este método es equivalente a lanzar un “globo sonda” en política. Es decir, consiste en testear a la población mediante la divulgación de rumores o ideas para valorar cómo serían acogidas por los individuos.

Su análogo mediático reside en crear un problema para luego, en base a la respuesta del público, solucionarlo y erigirse como salvadores sociales. Un ejemplo maquiavélico sería dejar que se se intensifique la violencia urbana, u organizar atentados violentos, con la finalidad de que el público sea el que exige leyes de seguridad y políticas en perjuicio de la libertad.

3. Gradualidad

Busca manipular a la ciudadanía de tal manera que logre aceptar decisiones socialmente injustas. Para ello, lo hace de manera progresiva, poco a poco y en años sucesivos.

Por ejemplo, si el objetivo es echar al 80 % de la plantilla de una gran empresa pública, el medio de comunicación sabedor de tal información, irá incorporando noticias negativas respecto a la misma (descenso de ventas, caída en bolsa, rumores de OPA…). Así, poco a poco, irá concienciando y preparando a la ciudadanía para la “gran noticia”. De haber dado la exclusiva de golpe, hubiera supuesto una revuelta social.

4. Diferir

Otra de las estrategias de manipulación mediática de Timsit es la de presentar las decisiones impopulares como “necesarias”, “para un futuro mejor” o “por vuestro bien”. Hacen que el público crea ingenuamente que realmente los sacrificios ciudadanos van a dar como resultado una notable mejoría posterior.

Así, el público se va acostumbrando a vivir de forma insatisfactoria; y, por un efecto de habituación, terminan normalizando sus circunstancias marginales. En el futuro, la población está ya resignada y sin capacidad de demandar aquello por lo que en primera instancia luchaba.

5. Infantilizar al público

Cuanto mayor es la pretensión de manipular a los individuos, más se opta por usar un tono infantilizante. En muchas ocasiones, los medios se dirigen a los espectadores como si fueran niños. Se emplean argumentos, personajes o entonaciones edulcoradas que tratan a los ciudadanos como si tuvieran poca madurez o fueran débiles mentalmente. El objetivo es, como decíamos al principio, buscar una reacción también sumisa y dócil en la población, sin ápice de sentido crítico.

Balanza con dos personas

6. Apelar a la emoción

El aspecto emocional es mucho más potente que la reflexión aséptica y puramente objetiva. Por tanto, los medios de comunicación se aprovechan de esta realidad y apelan a esa dimensión afectiva y sensible para manipularnos. 

Así, cortan el sentido crítico de todos los ciudadanos y controlan sus razonamientos. Recordemos lo poderoso que es el miedo y cómo es capaz de movilizar a las personas para una causa supuestamente “mayor”.

7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad

Para el escritor francés, los medios de comunicación prefieren un público alejado de la intelectualidad y la cultura. Mantenerles aislados de todo tipo de saber y conocimiento les permite manipularles más fácilmente y evitan que puedan adoptar actitudes de insumisión o rebeldía. La información es poder.

Una ejemplo de esta estrategia podría ser reducir la calidad de la educación pública o restringir el acceso a las nuevas tecnologías que facilitan el conocimiento.

8. Estimular para contribuir a la mediocridad

Muy ligado con la anterior, ésta es una de las estrategias de manipulación mediática que más desapercibidas pasan: ¿los programas que nos ofrecen en televisión responden a los gustos de los ciudadanos o son impuestos desde los medios de comunicación? Es decir, ¿vemos lo que queremos o lo que quieren que veamos?

Para Timsit está muy claro: vivimos hipnotizados por el consumismo y la banalidad. Nos despreocupamos de ser conocedores de lo que pasa a nuestro alrededor porque estamos entrenados en una mediocridad complaciente.

9. Autoculpabilidad

Al mismo tiempo que nos educan en la ignorancia, los medios de comunicación nos hacen creer que solamente nosotros somos los culpables de nuestras desgracias. Y que nuestra poca capacidad nos convierte en desdichados y fracasados. Buscan la autoinculpación mediante la exculpación propia.

De esta forma, en lugar de rebelarse contra el sistema, el público se autodesvalía, se culpa y se desmotiva;  inactivando así una posible movilización social.

Mujer con manos en la cabeza

10. Conocimiento total del público

Para poder controlar hay que conocer. Y las oligarquías actuales se han encargado perfectamente de ello. Para el autor francés, los avances psicológicos, sociales y tecnológicos permiten a las grandes empresas permite conocer cómo respira cada individuo. El “sistema” nos conoce y gracias a su poder puede ejercer la manipulación que más le convenga en cada momento.

Para concluir, cabe destacar que éste decálogo con las estrategias de manipulación mediática de Timsit es uno de los más empleados actualmente para estudiar el sistema de poderes. ¿Conoces más métodos de control masivo de la población que emplean hoy en día los medios de comunicación?


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