3 claves para que tu trabajo sea más fácil
Hay formas de lograr que el trabajo sea más fácil. No importa qué tanta complejidad implique, siempre hay caminos para conseguir que las actividades se realicen de una manera más sencilla y eficaz. El primero de ellos es el orden mental, lo cual implica tener criterio para desarrollar las tareas y establecer un método que funcione.
Hay labores que pueden ser por sí mismas muy complejas. Las claves para que el trabajo sea más fácil no tienen que ver con restarle la dificultad que pueda tener, sino con no introducir obstáculos innecesarios. Por el contrario, de lo que se trata precisamente es de limpiar el camino para que se pueda avanzar con más fluidez.
Muchas veces lo que hace difícil una actividad no es esa tarea como tal, sino la forma en que se lleva a cabo. Influyen hábitos y actitudes que no siempre son los más adecuados. A continuación te damos tres claves para que tu trabajo sea más fácil y cumplas tus objetivos con éxito.
“El trabajo sin prisa es el mayor descanso para el organismo”.
-Gregorio Marañón-
1. No pospongas las tareas, una clave para que tu trabajo sea más fácil
El manejo del tiempo es uno de los factores que hace que tu trabajo sea más fácil o difícil. La puntualidad no solo es una gran virtud y una cortesía que se agradece, sino que también tiene gran incidencia en la eficacia. Al comenzar o llegar tarde, inicias la labor con un déficit y eso no es lo más adecuado para que las cosas salgan bien.
Puede que haya ocasiones en las que la impuntualidad no te genere graves consecuencias y logres retomar el ritmo y ponerte al día. Sin embargo, también hay circunstancias en las que esto no se logra. Tener horarios y cumplirlos hace que tu trabajo sea más fácil lugar a grandes dificultades que, además, son completamente innecesarias.
Por otro lado, y derivado de lo anterior, el resultado suele verse perjudicado cuando posponemos tareas. Quizás puedas cumplir los plazos, incluso procrastinando, pero lo más probable es que un día te caigas, al caminar al borde del precipicio. Por contra, actuar con margen nos da tiempo para improvisar y rebaja nuestros niveles de ansiedad.
2. Aprende más para hacerlo mejor
Es frecuente que uno se acostumbre a realizar las actividades de una manera determinada y siga haciéndolas así por toda la eternidad, a menos que desde fuera se exija un cambio. Esta no es una actitud que facilite tu trabajo. De hecho, es posible que lo haga más difícil.
En el mundo actual, la calidad de los recursos tecnológicos de los que disponemos avanza muy rápido. También es muy fértil el terreno de producción de conocimiento en materia de nuevas metodologías para adelantar una labor o un proyecto. ¿Cuánto has investigado en torno a las herramientas o métodos que puedan aplicar para la labor que haces?
Casi todas esas nuevas herramientas y metodologías están orientadas precisamente a facilitar diversas labores. Es importante explorar esas posibilidades de vez en cuando. Es probable que encuentres una forma no solo de hacer que tu trabajo sea más fácil, sino también mejor. Investiga.
3. Desconecta al terminar la jornada
Aunque esto se dice con mucha frecuencia, todavía no ha penetrado lo suficiente como para no tener que repetirlo: el descanso es tan importante como el trabajo. Quizás más. Los datos disponibles al respecto ratifican una y otra vez lo mismo: si descansas bien, tu productividad lo notará.
Venimos de tiempos en los que se repetía mucho que llegar lejos era fruto del trabajo duro, lo cual es cierto. Sin embargo, por “trabajo duro” se entendía trabajo en exceso. Dedicarle horas, días, meses y años a una labor sin descanso. Hoy se sabe que esto no solo no es cierto, sino que, de hecho, puede provocar el efecto contrario.
El resto de dinámicas funcionan cuando le damos al descanso el valor que merece. ¿Dejas de pensar en el trabajo cuando sales de la oficina o te bajas del vehículo de reparto? ¿Qué haces con los problemas laborales? En muchas ocasiones es complicado segmentar áreas, ya que la persona que llega a casa cansada es la misma que ha estado trabajando. Sin embargo, lo bueno es que siempre podemos actuar para tomar el control sobre nuestra atención.
En resumen, para que tu trabajo sea más fácil lo más importante es que lo lleves a cabo empleando criterios razonables. Se trata de una tarea continua en la que lo ideal es que periódicamente reevalúes la forma como realizas tus actividades.
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- Rivero-Remírez, Y. (2019). Evaluación del desempeño: tendencias actuales. Revista Archivo Médico de Camagüey, 23(2), 159-164.