3 tipos de dislexia
La dislexia es un trastorno que afecta a la capacidad de leer y a la comprensión del lenguaje escrito. Este trastorno implica una dificultad para recitar el alfabeto, denominar letras y analizar y clasificar los sonidos. Además, en la dislexia son frecuentes las omisiones, sustituciones, distorsiones, inversiones o adicciones, lentitud, vacilaciones junto con problemas de seguimiento visual y déficit en la comprensión. Ahora bien, no todas se presentan de la misma forma, por lo tanto podemos hablar de diversos tipos de dislexia.
Para entender los diferentes tipos de dislexia hay que entender que en la lectura hay un proceso de doble ruta. Esto quiere decir que nuestro cerebro tiene dos formas de leer las palabras, una visual y otra fonológica. La primera de ellas, la ruta visual, consiste en leer las palabras como un todo, acudiendo a la memoria a través de sus aspectos superficiales; esto solo se puede hacer con las palabras familiares, ya que las desconocidas no están guardadas en la memoria. Y la ruta fonológica, implicaría la lectura a través de una transformación grafema-fonema uno a una, muy útil para leer palabras desconocidas.
Ahora bien, si alguna de estas rutas está dañadas derivará en una dislexia particular. En este artículo vamos a hablar de los diferentes tipos de dislexia que surgen al verse dañadas distintas funcionalidades de la lectura. En concreto trataremos la dislexia superficial, la dislexia fonológica y la dislexia profunda.
Tipos de dislexia
Dislexia superficial
La gente que sufre de dislexia superficial tiene un impedimento selectivo en su capacidad de leer palabras con pronunciación irregular. Este es un tipo de dislexia que no aparece en todos los idiomas; debido a que no todas las lenguas tienen palabras con pronunciación irregular, por ejemplo el castellano no tiene, pero el inglés sí. Una manifestación de esta dislexia la encontraríamos en la dificultad para pronunciar “steak” (irregular) frente a “speak” (regular).
La dislexia superficial encaja con un daño en la ruta visual o de acceso directo a las palabras. Ya que pueden leer perfectamente las palabras regulares, a través de una traducción uno a una de grafema a fonema, en cambio con las palabras irregulares esa estrategia no es útil. Tampoco tienen ningún problema para leer palabras inexistente o pseudopalabras, lo que es una prueba más de un daño en la ruta de acceso directo.
Otro aspecto clave de esta dislexia, es que la capacidad semántica no está dañada. Incluso, si no son capaces de leer la palabra correctamente, siguen pudiendo comprenderla si se les dice en voz alta y pronunciada correctamente. Así que el daño está restringido únicamente a la capacidad lectora del sujeto.
Dislexia fonológica
Los sujetos que padecen una dislexia fonológica tienen un trastorno selectivo de la capacidad de leer palabras desconocidas, o pseudopalabras; mientras que se mantiene su capacidad para leer palabras familiares. Por ejemplo tendrían dificultades para leer “amorar”, pero podrían leer sin ningún problema la palabra “amor“.
Esto nos muestra que la ruta dañada se trata de la vía fonológica. Por lo tanto las personas que padecen una dislexia fonológica serían incapaces de traducir las palabras de grafema a fonema. Y por ello tendrán dificultad para leer aquellas palabras, desconocidas o inexistentes, que no sean familiares. En cambio, como la ruta directa está intacta, no tendrán ningún problema leer palabras conocidas o familiares.
En estos pacientes también se encuentra una dificultad añadida para leer palabras funcionales (el, lo, un, ante…). Probablemente Esto es debido a que son muy abstractas y carecen de contenido. Pero los resultados de las investigaciones son confusos, y hay que ser precavidos entorno a la dislexia fonológica; ya que puede haber más daños que los que afectan directamente a la ruta fonológica.
Dislexia profunda
A primera vista, parece ser que la dislexia superficial y la fonológica agotan las posibilidades de las consecuencias que tiene una lesión en un modelo de doble ruta. Sin embargo, existe una más dentro de los tipos de dislexia, bastante sorprendente, esta es la dislexia profunda. A pesar de su similitud con la dislexia fonológica, tiene una característica definitoria, las paralexias semánticas.
La paralexia semántica se da cuando el sujeto en vez de leer la palabra escrita, produce un palabra diferente pero con un significado relacionado con la original. Por ejemplo ante la palabra escrita “hija”, es probable que el paciente diga la palabra “hermana”. Es un fenómeno muy interesante, que nos indica la existencia de lesiones a la hora de determinar la semántica de las palabras.
Otro aspecto clave, que nos demuestra el daño semántico, es que la imaginabilidad de la palabra muestra el grado de dificultad de la lectura. Es decir, en conceptos para los que es difícil construir una imagen mental va a existir un peor desempeño lector; en cambio aquellos conceptos que son fáciles de representar mentalmente el rendimiento lector va a ser mejor. Esto nos muestra que existen dificultades a la hora de buscar la palabra dentro de la red semántica. Y por ello cuantos más datos mentales dispongamos de ella, más fácil va a ser localizarla y leerla.
La dislexia es un trastorno complejo que nos aporta muchísima información sobre cómo funciona nuestra capacidad para relacionarnos con el lenguaje. Entender los diferentes tipos o categorías nos ayuda a comprender la estructura y funcionalidad de la lengua. Por esta razón es esencial el estudio y la investigación exhaustiva si queremos entender en profundidad los fundamentos de la comunicación y detectar el origen de posibles fallos en la misma.