4 diferencias entre empatía y simpatía
La empatía y la simpatía son dos términos que, a menudo, se usan indistintamente; pero, en realidad, son conceptos con diferencias. Ambos se refieren a la capacidad de comprender y sentir las emociones de los demás, aunque la forma en que se experimentan y se expresan no es igual.
En este artículo, exploraremos las desemejanzas entre ser empático y simpático, además de cómo estas capacidades afectan nuestras relaciones y el desarrollo personal.
¿Qué es la simpatía?
La simpatía es aquel sentimiento que te permite comprender un determinado estado emocional en otras personas. Se reseña en un trabajo de Emotion Review que al experimentar simpatía por alguien es posible preocuparnos por sus problemas y entender la situación por la que pasa, sin que nos involucramos de modo emocional.
Quizás la simpatía ayude a dar consejos útiles o sentir lástima por la situación desagradable que atraviesa el otro. Sin embargo, puede que no se sienta escuchado o en realidad contenido cuando actuamos de forma simpática.
Esto no quita que la simpatía sea muchas veces una respuesta adecuada. Si alguien con quien no tenemos una relación estrecha pierde a un ser querido, enviamos un mensaje de condolencia. No obstante, cuando la relación es íntima y profunda con esta persona, la simpatía resulta insuficiente e, incluso, es vista como frialdad.
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¿En qué consiste la empatía?
Con la empatía también identificamos los estados emocionales de los otros, solo que, además, los compartimos. Ser empático es tener es la habilidad de sentir en carne propia aquello que los demás experimentan; es «ponerse en sus zapatos», comprender y participar de sus emociones.
De acuerdo con estudios de neurociencia cognitiva y conductual, como el publicado en Mind & Society, la empatía guarda relación con complejos mecanismos mentales y emocionales, incluyendo las neuronas espejo. Estas últimas se activan al realizar una acción específica y al observar a otros ejecutar lo mismo.
La empatía es una habilidad importante en las relaciones interpersonales, ya que permite conectarnos con los demás a un nivel más profundo. Desde la dimensión empática entendemos mejor las necesidades y deseos de alguien, lo que deriva en una respuesta más efectiva a sus necesidades.
Con frecuencia, sentimos mayor empatía por aquellos con quienes nos identificamos, incluso, si las diferencias son mínimas. Por ejemplo, un estudio divulgado en Journal of Experimental Child Psychology señaló que niños asignados al azar en grupos rojo y azul, tendían a sentir mayor empatía hacia los de su propio equipo.
Diferencias entre empatía y simpatía
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y sentir lo que él siente. La simpatía, en cambio, es la inclinación al afecto o afinidad por alguien. Ambas actitudes son importantes para establecer relaciones humanas positivas, pero no son iguales. A continuación, veremos cuatro diferencias entre ellas.
1. El tipo de escucha
Cuando escuchamos al otro con simpatía, es probable que intentemos dar un consejo sobre qué es lo que debe hacer para mejorar su situación. En cambio, escuchar al otro sin juzgar es una característica esencial de la empatía. Aunque aconsejar quizás sea de gran ayuda, si actuamos con empatía, tal vez solo bastará decirle al otro que cuente con nosotros para lo que necesite.
2. El nivel de profundidad
La simpatía nos ayuda a distinguir la emoción que el otro vive; entonces es posible sentir pena o preocupación por su situación. Sin embargo, la empatía nos vincula de un modo más profundo, a través de las emociones. Si el otro está angustiado sentimos esa angustia como si fuera nuestra.
3. El punto de vista
A través de la simpatía observamos a los demás a partir de nuestro punto de vista. Es fácil decirle a alguien qué debe hacer cuando no nos involucramos en el plano emocional. Sin embargo, la empatía nos lleva a entender el sentimiento ajeno desde el punto de vista del otro. No basta con pensar qué haría yo en dicha situación, sino qué puede hacer esta persona desde su lugar.
4. El grado de apertura
Para ser simpáticos no precisamos entablar vínculos profundos. Sea que nos relacionemos con un conocido o un compañero de trabajo, los gestos de simpatía ayudan a mantener un trato cordial. Para ser empáticos, es necesario abrirnos a sentir el dolor del otro, sin juzgarlo ni minimizarlo.
Esta apertura tiende a beneficiar a la persona, ya que se sentirá acompañada y validada en sus emociones. No obstante, también implica un riesgo para nosotros, pues podemos sentirnos vulnerables al compartir el sufrimiento ajeno. Por eso, es importante cuidar nuestro equilibrio emocional y establecer límites saludables al practicar la empatía.
¿Por qué es necesario conocer las diferencias entre empatía y simpatía?
La empatía y la simpatía tienen sus diferencias sobre la base de cómo nos relacionamos con los demás. La primera implica una comprensión profunda; la segunda se enfoca en la preocupación y apoyo sin la necesidad de involucrar sentimientos. Al cultivar la empatía, también nos damos la oportunidad de crecer como individuos y mejorar nuestro desarrollo personal.
Además, ser conscientes de las diferencias entre la empatía y la simpatía nos permite ser reflexivos en las interacciones, lo que es clave en la toma de decisiones en cuanto a cómo deseamos relacionarnos y contribuir con el bienestar de otro.
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