5 frases geniales de Aristóteles

5 frases geniales de Aristóteles
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 28 octubre, 2021

Hoy vamos a conocer algunas frases geniales de Aristóteles. Sin duda, este fue y es uno de los filósofos más importantes de la historia de la civilización humana. Así pues, merece la pena disfrutar de pequeñas dosis de su sabiduría y forma de ver el mundo.

¿Cómo pudo surgir hace 3000 años una civilización que acabaría por alumbrar algunas de las mentes más brillantes de la historia? Hablamos sin duda de pensadores como el propio Aristóteles, pero también su maestro y su antecesor, Platón y Sócrates, dejaron una profunda huella. Son curiosas las vueltas de evolución e involución en cuanto a pensamiento que han dado las civilizaciones de la Tierra.

Frases geniales de Aristóteles

Aristóteles, como hemos dicho, fue alumno aventajado de grandes mentes como las de Platón o Eudoxo. Pero a su vez, también fue maestro de otros célebres personajes, como el famoso Alejandro Magno. Así pues, de su filosofía surgieron frases que tras más de 2000 años no han perdido un ápice de valor para la sociedad actual.

Una reflexión sobre la sabiduría

“El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona”.

Todavía hoy escuchamos a muchos ignorantes que creen que sabe más el que más grita o el que mayor seguridad muestra en cuanto habla. Sin embargo, mientras unos se entregan al disfrute de lo que creen que saben, otros dudan, reflexionan e investigan.

Mujer pensando con dudas

Casi podríamos ver esta frase como un especie de anuncio del método científico que se desarrollaría después. No afirmes nada hasta que no tengas verdadera consciencia de que cuanto dices es cierto. Por eso hay quien dice que los ignorantes hablan por boca de los que realmente saben.

Conocerse a uno mismo

“Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo”.

Es curioso que, siendo una especie bastante espiritual, los seres humanos tendamos a conocernos tan poco. A veces parece que nos negamos bucear en nuestro interior por miedo a lo que nos podamos encontrar. Miramos nuestra imagen en el espejo, pero difícilmente dedicamos unos minutos más a traspasar esa cortina.

Todos tenemos partes que son complicadas de aceptar. Hacerlo es a lo que Aristóteles llama la victoria sobre uno mismo. Una tarea a priori larga y compleja, pero que se convierte en una necesidad si deseamos gozar de esa sensación de bienestar que da el equilibrio entre nuestro interior y la imagen que proyectamos.

Qué es la inteligencia

“La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica”.

Nuevamente observamos a Aristóteles pronunciando frases muy similares a lo que más tarde se conocería como método científico. Podemos saber mucho, pero si no tiene una demostración empírica y una aplicación práctica, ¿sirve de algo?

Chica estudiando para las oposiciones

La frase de Aristóteles recoge así muchas de las quejas de los alumnos en las escuelas actuales. Se preguntan para qué sirve lo que estudian y rara vez encuentran a un profesor que les dé una respuesta, que les explique cómo pueden bajar de ese mundo abstracto de letras y números al mundo real. No olvidemos que una explicación práctica puede ser una de las mayores motivaciones que puede tener alguien para aprender.

La amistad verdadera

“Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud”.

¿Es esta una frase de las más complejas de Aristóteles? ¿Realmente el desear una amistad no es suficiente para tenerla? Indudablemente, la amistad parece cosa de dos. Aun así, el querer debiera ser el primer paso para forjarla.

Tal vez el sabio griego se refiera a la necesidad de que la relación de amistad surja de lo más profundo de nuestro ser. Es decir, casi a nivel espiritual, o sin el casi. Al fin y al cabo, ellos creían fervientemente en las almas del ser humano, pese a ser Aristóteles uno de los filósofos más pragmáticos del mundo antiguo.

El valor del esfuerzo

“Solo hay felicidad donde hay virtud y esfuerzo serio, pues la vida no es un juego”.

Sin duda, esta es una de las frases de Aristóteles que encierra un mayor significado. Poco se logra sin esfuerzo. Para los griegos, ser virtuoso es un tema serio y necesario. De hecho, consideraban que solo los más virtuosos y justos debían llegar a gobernar al pueblo, por ejemplo.

Sin duda, esta frase es muy válida hoy en día. Tal vez con esfuerzo no logres aquello que te propones, pero es prácticamente seguro que sin él no la vas a obtener. Así pues, una actitud virtuosa, educada, comprensiva y empática te llevará por sendas mucho más agradables.

Estas geniales frases de Aristóteles, sin duda, nos deben invitar a la reflexión. Una oportunidad única de aprender de un gran genio y pensar sobre sus palabras para tratar de mejorar como personas, como sociedad y como especie.

La importancia del autocontrol

“Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo.”

El autocontrol es la habilidad de ejercer dominio sobre uno mismo. Es decir, de manejar las propias emociones, comportamientos, deseos, o simplemente estar tranquilo.

Esta capacidad no resulta fácil de desarrollar, y muy bien lo sabía Aristóteles. Pues, implica poner un freno a nuestras satisfacciones inmediatas, para la consecución de beneficios a largo plazo.

Para hacer frente a nosotros mismos se requiere de mucha valentía, porque implica sacrificios. No obstante, una vez adquirido el autocontrol, seremos capaces de afrontar las circunstancias de la vida con una mayor serenidad y eficacia. Lo que impulsa a un mayor bienestar.

Sobre la felicidad

“La felicidad es el significado y propósito de la vida, la meta general y final de la existencia humana.”

La noción de felicidad tiene múltiples acepciones, por lo que resulta un concepto bastante relativo. Aristóteles, ha sido uno de los pensadores que se ha aventurado a definirla y la asume como el fin último que todo ser humano desea alcanzar, y para experimentarla debemos actuar moralmente bien.

Ahora bien, según este filósofo griego, actuaremos moralmente bien en la medida que sepamos encontrar un equilibrio entre dos pasiones opuestas.

Por ejemplo, ¿Cómo actuar de una forma genuinamente generosa? Según Aristóteles, lo haremos al encontrar un punto medio entre estos dos valores opuestos: la generosidad y el egoísmo. Es decir, entre una actitud desprendida y altruista hacia los demás; y un interés hacia el bienestar propio. Lo ideal es alcanzar ese estado ideal, alejado de cualquier extremo.

Este equilibrio lo sabremos encontrar a través de la razón. De esta forma, si lo hemos identificado, seremos capaces de lograr la felicidad.


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