5 mitos y creencias erróneas sobre el perdón
El perdón es un arma poderosa que te permite vivir en paz con los demás y, sobre todo, en paz contigo mismo. Sin embargo, muchas personas no alcanzan a comprender lo liberador que puede ser perdonar a los demás.
No obstante, el perdón puede ser un arma de doble filo. De hecho, es una forma común de manipulación de los demás para conseguir que hagas lo que desean. Por eso es importante entender bien el perdón y aprender a establecer límites para protegerse de los abusos de otros.
Por otra parte, nuestra cultura nos impone unas formas de comportamiento que seguimos mecánicamente, muchas veces sin darnos cuenta de lo que estamos haciendo o por qué lo hacemos. Simplemente reaccionamos como se espera que lo hagamos sin pensar en otras opciones, alimentando y reforzando esos estereotipos que tanto nos desagradan.
A continuación vemos los mitos y creencias erróneas sobre el perdón más extendidas. Reflexionar sobre estos mitos te ayudará a conseguir perdonar más sinceramente y ser más consciente de lo que haces y por qué.
1 – Hay que superar la sensación de estar herido antes de perdonar
Muchas personas creen que deben superar primero el dolor y el enojo para poder perdonar, como si necesitaran sentirse mejor primero para ser capaces de perdonar. Pero la realidad es justo al contrario.
El perdón es una elección que debes tomar. Si esperas a que se te pase el enfado, la ira te lo pondrá cada vez más difícil. Es “en caliente” cuando debes decidir. De ese modo, el estado de tensión y enojo se pasará antes, porque no dejarás que esa ira se apodere de ti.
2 – Tienes que elegir perdonar, incluso cuando no lo sientas
Esto es algo que inculcamos mucho a los niños y que muchas personas siguen reproduciendo en su vida adulta. Pero el perdón no es una elección que se pueda imponer, sino que tiene que ser una elección libre y consciente, aunque se tarde un poco más.
Si perdonas “de palabra” porque es lo que debes hacer -y te lo crees-, pero no perdonas de corazón, la ira y el enojo se transformarán en una negatividad que explotará por otro lado. Tómate el tiempo que necesites, pero elige libremente perdonar o no.
3 – No debes perdonar lo mismo una y otra vez
Las personas somos humanos, y eso conlleva que cometamos errores, y los cometemos una y otra vez. De hecho, somos los únicos seres vivos que tropezamos dos veces con la misma piedra (o eso dicen).
Aprender de los errores no es fácil, sobre todo cuando no somos plenamente conscientes de ese error. Al fin y al cabo, no todo el mundo entiende las cosas igual y en nuestro comportamiento entran en juego muchos factores.
Hay cosas que puedes ser capaz de perdonar una vez y que puede ser muy difícil perdonar una segunda. Pero no todas las ofensas son igual de graves, y su impacto depende de la persona que la cometa. Por eso hay que considerar cada problema de forma independiente y no generalizar.
4 – No se puede perdonar a alguien que no se ha arrepentido
Esto es justo al revés. Si el otro no se arrepiente de lo que ha hecho, todo el peso del enojo y la ira recae sobre ti. De hecho, duele más todavía. Sin embargo, si perdonas a quien te ha dañado te liberas de la carga.
Muchas personas utilizan esto para herir más a los demás, porque entienden el poder que tienen al no arrepentirse. Sin embargo, si les perdonas los desarmas, quitándole una herramienta valiosa para sus fines.
5 – Cuando perdonas validas la acción del otro
Muchas personas piensan que perdonar es una forma de decirle al otro que lo que hace está bien o es admisible. De hecho, muchos utilizan esta forma de pensar del otro para conseguir validar comportamientos inadecuados o poco lícitos.
Sin embargo, lo que haces al perdonar es enviar el mensaje de que el otro no tiene poder suficiente como para afectarte, que estás por encima de todo eso. En este sentido, el perdón te permite estar por encima de la manipulación psicológica que puede ejercer el otro.