5 motivos por los que no merece la pena ser pesimista

5 motivos por los que no merece la pena ser pesimista
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 14 abril, 2018

¿Pudo tener razón el novelista británico Arnold Bennett al afirmar que “el pesimismo, cuando te acostumbras a él, es tan agradable como el optimismo“? ¿De verdad ser pesimista puede ser algo positivo?

Lo cierto es que ser pesimista no es más que un tipo de actitud fundada o infundada ante la vida. Hablamos de una forma de pensar que aplica un filtro sobre la percepción de la realidad y sobre las predicciones que la persona hace de ella. Es decir, todo cuanto ocurre o puede ocurrir a su alrededor será interpretado de manera negativa. Cree que vive en el peor mundo posible, rodeado del peor entorno y con unos recursos que, más que facilitar su adaptación, la dificultan.

“La tristeza es un don del cielo, el pesimismo es una enfermedad del espíritu”.

-Amado Nervo-

¿Por qué no merece la pena ser pesimista?

Sin embargo, y pese a lo que se piensa de forma errónea, un pesimista no es una persona necesariamente triste. Es decir, que no todos estos individuos tienen esta forma de interpretar la realidad por algún síntoma depresivo o por cualquier dolor emocional.

En una persona pesimista suele preponderar la tristeza, pero no es obligatorio que ambas vayan unidas. Sin embargo, sí que es cierto que la pena suele acabar por aparecer. Así, a sensación sostenida en el tiempo de que nos rodea un escenario poco favorable podría desembocar en la desesperanza e incluso en la indefensión aprendida, pues bajo la lógica pesimista no merecería la pena luchar por ser mejor o esforzarse por progresar o mejorar.

Hombre con cartel con cara negativa

No obstante, y aunque ser pesimista no merezca la pena, no todos aquellos que ostentan este tipo de actitud lo hacen de la misma forma. Por otro lado, es una forma de pensar que se puede dar ante ciertas injusticias o situaciones, pero que no sea el día a día de la persona pesimista.

Buscan la verdad… Siempre negativa

Un aspecto positivo del pesimista es que suele preferir la verdad a que le endulcen con una mentira. Lejos del “ojos que no ve, corazón que no sienten”, prefieren otra versión que reza que “ojos que no ven, pies que tropiezan”.

Sin embargo, por más que sean buenos aceptando verdades incómodas, también es cierto que no buscan entender lo que ocurre con objetividad. Simplemente esperan lo peor, y creen que todo es malo y se basa en falsedades convenientes. Es decir, es como si algo que es cierto, por fuerza o naturaleza ha de ser negativo o normal, pero no bueno.

Lo negativo siempre es el centro de atención

Como es interpretable, una actitud pesimista siempre enfatiza y se focaliza en lo malo. Así pues, cuanto funciona de forma correcta, lo hace como debe y no le llama la atención. Todo lo demás es directamente negativo.

Una persona pesimista casi nunca se centra en lo bueno. Su centro de atención será lo malo de manera habitual. Por un lado, puede ser positivo por su capacidad para la denuncia social, por ejemplo; pero pensar siempre en lo negativo termina por pasar factura.

Sus expectativas son siempre bajas

Son muy afines al dicho popular de “piensa mal y acertarás”. Son personalidades tendentes a escudarse de la frustración no esperando nunca nada bueno de nada ni de nadie. De hecho, dan por sentado que nada irá a mejor a no ser que se esfuercen y, aún así, es probable que no vaya nada bien.

Su actitud pesimista, en cierta medida, protege a estas personas frente a la decepción. Rara vez se pasaran ajustando las expectativas por encima, de manera que la realidad casi siempre les sorprenderá en positivo. Por otro lado, no es necesario ser una persona pesimista para utilizar esta estrategia, ya que todos, para intentar protegernos, la hemos utilizado alguna vez.

Viven más procesos de duelo

Las personas pesimistas viven más procesos de duelo. Además de las pérdidas reales que tienen que afrontar se tienen que enfrentar a las pérdidas que anticipan. De manera que en muchos casos viven procesos de duelo imaginarios, ya que esa pérdida, el peor de los casos en el que se ponen, nunca llega a producirse.

Mujer mirando por la ventana pensando en las consecuencias de ser pesimista

Una actitud que puede estar latente o utilizarse de manera inconsciente

El pesimismo no está bien visto socialmente (aún menos desde que la psicología positiva está tan de moda), por lo que las personas que utilizan este filtro tienden a ocultarlo. Por otro lado, muchas veces es una actitud tan aprendida, un filtro tan automático, que la persona lo utiliza sin tener conciencia de que lo hace.

De una forma continuada o puntual, el pesimismo es un filtro y una actitud que utilizamos con frecuencia. Bueno o malo, buena o mala, eso lo tendrá que decidir cada uno. Lo que sí dice la ciencia es que un optimismo contenido parece ayudarnos, sobre todo en el afrontamiento de problemas, aunque solo sea para alinear a nuestro favor el fenómeno de la profecía autocumplida.

“El sol brilla en todas partes, pero algunos no ven más que sus sombras”.

-Arthur Helps-


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.