5 ventajas de viajar solo
Viajar solo es una de esas experiencias que nadie olvida. Todo el que lo ha hecho lo recomienda. Se trata de un tipo de viaje completamente diferente a los demás. En realidad, no vas a un lugar en particular, sino que viajas hacia ti mismo.
A prácticamente todo el mundo le produce inseguridad la idea de viajar solo. Máxime si sus planes son ir a otro país o conocer otra cultura. No es exactamente un salto al vacío, pero se le parece. Por más que se planeen las cosas, uno sabe que habrá muchas sorpresas e imprevistos.
Nadie dice que al viajar solo únicamente se encuentran experiencias agradables. Ni solo, ni en compañía esto se puede garantizar. Sin embargo, lo que se halla por el camino tiene un sabor diferente. Más intenso, más constructivo, más formativo. Se aprende mucho y se crece mucho al coger la maleta e irse solo a otro lugar. Estas son siete de las ventajas que conlleva vivir esta experiencia.
“Deja tu casa. Ve solo. Viaja ligero. Lleva un mapa. Ve por tierra. Cruza a pie la frontera. Escribe un diario. Lee una novela sin relación con el lugar en el que estés. Evita usar el móvil. Haz algún amigo”.
-Paul Theroux-
1. Al viajar solo, sí o sí te conoces más
Viajar solo es una manera de precipitar el conocimiento que se tiene de uno mismo. Claro que todos los días estamos conociéndonos un poco más. Pero estando solos, en un lugar diferente al habitual, emergerán muchas facetas propias que desconocías por completo.
De seguro, verás más claramente en dónde están tus miedos y en dónde están tus osadías. En ocasiones, te sorprenderás de ti mismo. No hay que tomar esta experiencia como un desafío a tu valor. Para que sea enriquecedora, lo mejor es dejarte fluir y ser tú mismo.
2. Reflexionas y cambias
Ir a otro lugar, inmediatamente te da una perspectiva distinta. Se produce una especie de paréntesis en el tiempo, a partir del cual reflexionar. Es posible que tras vivir esta experiencia, vea la vida de la que te alejaste con unos ojos diferentes.
Nunca serás el mismo después de viajar solo. Antes, durante y después del viaje habrá cambios en tu modo de ser. Por más que vayas a otro lugar y te encierres en un hotel a mirar por la ventana, eso te transformará. Siempre para bien, porque ahora ya sabes mejor en qué punto de la vida estás.
3. Incrementas tus habilidades sociales
Por más reservado o tímido que seas, viajar solo te va a exigir salir de ti mismo. No vas a tener a ningún intermediario que hable por ti. Vas por tu cuenta. Lo más probable es que, sin saber cómo, termines conversando con personas que no conoces, cómodamente.
También es sabido que los lugareños, en cualquier parte, son más dados a hablar con los viajeros cuando van solos. Si vas con alguien, se cierra el círculo. Muchos verán ese grupo, de dos o más, como una barrera para interactuar. En cambio, cuando vas solo es mucho más fácil que quieran conversar contigo.
4. El reino de la libertad
Viajar solo es una oportunidad para hacer únicamente lo que quieres, como quieres y cuando quieres. Si lo que deseas es levantarte a medio día, perfecto. Si lo que te gusta es ir de tiendas, maravilloso. No tendrás a nadie que te diga que ya está cansado o aburrido.
También vas a poder hacer todo a tu propio ritmo. Nadie te obliga a nada. Los únicos límites los pones tú. No hay trabajo, no hay compromisos, no hay alguien que te marque fronteras. Es una ocasión inmejorable para que disfrutes de aquello que más te guste hacer.
5. Cortas con todos tus problemas
Si viajas solo, no vas a tener ningún referente de esa rutina que estás dejando atrás. No hay nadie que traiga a la conversación a tu familia, tu trabajo, tu forma de vivir o ciertos planes. Estés donde estés, ahora eres un desconocido. Nadie sabe de ti. Solo van a conocer lo que tú quieras que conozcan.
Viajar solos es una estupenda manera de cortar con todo. Especialmente con los problemas. Claro que eventualmente pensarás en ellos, pero solo si lo deseas. Y hasta el punto en que lo desees. Ese “estar perdido” en un lugar desconocido es una forma de encontrarte.
Esto no quiere decir que los problemas desaparezcan. Ellos estarán ahí una vez que vuelvas, pero al tomarte un respiro, seguramente los observes desde otra perspectiva. Serás capaz de tomar decisiones de forma más segura y buscar soluciones. Ahora bien, para que sea una experiencia positiva, tendrás que prepararte emocionalmente para ello.
Viajar solo es una experiencia ideal para aquellos momentos en que estás en modo “quiero cortar con todo”. Casi todos los que lo han hecho, repiten. Por algo será.