9 formas de enriquecer tu manera de dar las gracias
¿Buscas hacer un regalo? Hay uno que es el mejor de todos, que puedes dar a todo el mundo y que cambiará vuestras vidas. Además, es un regalo que mejora cuando lo das mirando a los ojos o cuando lo acompañas de una sonrisa. Es un regalo que es gratis y cuesta el precio que tú le decidas poner: dar las gracias.
“Agradece a la llama su luz, pero no olvides el pie del candil que paciente la sostiene.”
-Rabindranath Tagore-
¿Cuál es la mejor forma de dar las gracias?
¿Eres una persona agradecida? Piénsalo de nuevo… Probablemente te habrás dado cuenta de que puedes serlo un poco más y, si ya lo eres, seguro que puedes hacerlo mejor. ¿De qué forma? Cuida estos 6 principios:
1. Toma consciencia
Empieza por ser consciente de aquello por lo que vas a agradecer e identifica porqué es necesario dar las gracias. Conéctate con ese pequeño detalle que te han dado o con ese gesto que te han mostrado. Toma consciencia de lo bueno que es para tu vida y de lo importante que ha sido para la otra persona haber hecho lo que hizo por ti.
2. Disfruta la sensación de gratitud
Detente unos segundos para sentir tu cuerpo. Toma consciencia de esta sensación de gratitud que recorre de tus entrañas y asimílala. Déjate llevar, permítete ser conmovido por las emociones que te genera. ¡Disfrútala! Date la oportunidad de regocijarte en ese momento por lo que está ocurriendo en tu interior como consecuencia de ese agradecimiento que estás experimentando.
3. Expresa gratitud
Expresar tiene que ver con demostrar un agradecimiento genuino. Cuando das las gracias debes poner en práctica los dos principios anteriores y dejar claro lo valioso que fue para ti lo que esa otra persona te dio o lo que hizo por ti. No te olvides de ser amable.
4. Sé específico
No te limites a decir gracias, acompáñalo con el motivo del agradecimiento. En lugar de decirle “gracias por tu trabajo” sería más efectivo decir algo como “gracias por quedarte hasta tarde” o “gracias por haberlo revisado cuando has terminado”.
Ser específico le permite a la otra persona saber qué ha hecho bien y porqué se le están agradeciendo su acción. Esto hará más probable que vuelva a repetir su acto, pues ha sido reforzada de manera positiva. Además, cuando ella recibe ese agradecimiento genuino, se siente valorada y apreciada.
5. Sé personal
Cuando se trata de una tarea grupal, da las gracias a cada persona por separado, porque ellos te han hecho el favor de manera individual. Hacerlo de manera personalizada es fundamental para que el otro reconozca el valor y la importancia que han tenido en la tarea.
“Para obrar, el que da debe olvidar pronto, y el que recibe, nunca.”
-Lucio Anneo Séneca-
6. Escucha
Probablemente en ese momento, la persona también querrá compartir contigo algo del favor que te ha hecho. Es fácil que te quiera decir, por ejemplo, lo que le ha sido más fácil o lo que más le ha costado. Darle la oportunidad de ser escuchada es hacerla sentir que ella importa, no tanto por lo que ha hecho, sino por lo que es.
Cuando escuches, hazlo de manera activa. La escucha activa no alude solo al acto de oír lo que dice el otro, sino también a la percepción de cómo lo expresa. Es estar atento y consciente del trasfondo emocional y cognitivo (creencias, pensamientos) que subyace a lo que ha sido mencionado.
7. Si puedes, hazlo público
No podrá poner en el curriculum que ha cuidado bien de tu hijo una noche, pero validará a la persona que te ha hecho el favor como alguien responsable y con quien se puede contar. Hacerlo público, si ella está de acuerdo, le ayudará a ser reconocida como una persona en la que se puede confiar para, por ejemplo, cuidar a un niño durante la noche.
8. Abre la posibilidad de reciprocidad
Has contraído una deuda y, aunque la otra persona no vaya a cobrártela, es bueno que la reconozcas. “Devolver el favor” es un gesto de agradecimiento en el que se resalta que el acto de la otra persona no ha sido en vano. Ayudar al otro, así como él te ayudo a ti, es una forma de continuar el vinculo de reciprocidad que los une. Las relaciones se mantienen, en cierta medida, por la capacidad que tienen las personas de dar y recibir de manera mutua.
9. Utiliza el lenguaje no verbal
Cuando puedas hazlo de manera presencial, con contacto ocular y en un momento de tranquilidad. Haz que tu cuerpo refleje el agradecimiento que estás dando, que se note en tus gestos faciales la alegría y en tu postura corporal la apertura. Los mensajes, correos electrónicos o llamadas hacen a los agradecimientos más pobres y menos humanos.
Diferencia entre dar las gracias y ser agradecido
En este punto es importante recalcar que dar las gracias no implica necesariamente que estés agradecido. Dar las gracias es un convencionalismo social que puede manifestarse como una respuesta espontánea y automática.
Hay muchas expresiones de “gracias” que suenan a hipocresía, de esos que tan solo con oírlos se descubre que ni hay ninguna intención de gratitud. Precisamente son estos los que debemos evitar a toda costa.
Mostrar agradecimiento trasciende las palabras. Ser agradecido consiste, entre otras cosas, en mostrarle al otro que realmente valoramos y apreciamos lo que ha hecho por nosotros, o lo que nos ha obsequiado. Y, en estos casos, los convencionalismos no ayudan.
Con la desgastada expresión “gracias” no hacemos gran cosa, porque su utilización automática le ha arrebatado su significado. Es necesario encontrar nuevas formas de mostrar a las personas el sentimiento de agradecimiento auténtico.
Para mostrar al otro nuestra gratitud, los pequeños detalles son mucho más eficaces que las palabras, y mucho más adecuados para transmitir nuestro sentimiento. Dicho esto, es importante reflexionar ¿Cómo podemos hacer sentir al otro que le estamos agradecidos de verdad? ¿Cómo podemos mostrarle que ocupa un pequeño espacio en nuestro corazón y en nuestro pensamiento?
Muchos de nosotros raramente dejamos de dar las gracias, pero muy frecuentemente nos saltamos el agradecimiento. Busquemos a nuestro alrededor a quien ha hecho recientemente algo por nosotros que ha sido importante. Y busquemos una forma creativa de mostrarle que estamos agradecidos. Hagámoslo por ellos, pero también por nosotros. Porque agradecer es a menudo tan gratificante como recibir.
¿Por qué ser más agradecido?
Ser agradecido hará que te sientas mejor tú y aquellos que están a tu alrededor. Es un pequeño gesto que ayuda a estrechar lazos. Algunos de los beneficios que puede proporcionarte son:
- Te hace prosocial. La gratitud aumenta tus esfuerzos por ayudar a alguien incluso, aunque sea costoso para ti.
- Mejora tus relaciones románticas. La gratitud en las interacciones predice aumentos en la conexión de la relación y produce satisfacción tanto para el receptor como para el benefactor.
- Mejora la calidad del sueño. La gratitud predice una mayor calidad y duración de tu sueño.
- Beneficia tus relaciones. La gratitud pronostica el crecimiento relacional de uno con la persona que expresa el agradecimiento.
- Afecta de manera positiva tu salud mental. Las investigaciones han encontrado que una mayor gratitud estaba relacionada con un riesgo bajo de depresión y ansiedad.
- La gratitud puede contribuir a la satisfacción y felicidad en tu vida. «Cuando sentimos gratitud, nos beneficiamos del recuerdo placentero de un acontecimiento positivo en nuestra vida» (Seligman, 2016).
Entonces, queda claro que ser agradecido te puede ayudar a ser más equilibrado emocionalmente, más felices y más satisfecho con tu vida. Además de que tiene efectos positivos y beneficios para tus relaciones sociales, también te permite permite marcar la diferencia, abrirte a algo nuevo y crear un efecto dominó positivo.
1. Marcar la diferencia
Toma la buena costumbre de ir sin tantas prisas y, por el contrario, trata de apreciar cómo las diferentes personas de tu alrededor aportan a tu vida cosas positivas. Esta es la mejor manera de crear lazos fuertes. Podrás reconocer su apoyo y luego expresarles tu gratitud sincera.
Las relaciones son la manera más enriquecedora para lograr el crecimiento personal. La gente aprecia lo que se les valora, y esto, sin duda, ayuda a que abran sus corazones hacia ti y hacia otras personas.
2. Inventar un ritual para abrirse a algo nuevo
Entiende y sé consciente de que ser agradecido va a mejorar tu vida. Al dar las gracias reconoces, le demuestras a la persona, que le das valor a lo que has recibido de ella. La persona que recibe este gesto entiende así que lo que ha hecho, por pequeño que parezca, ha sido importante y positivo.
¿Por qué sucede esto así? Porque las personas utilizamos los mensajes que nos mandan los demás sobre nuestros actos para completar la evaluación que hemos hecho de ellos. Así, un gracias es parecido a decir: ¡lo has hecho bien!
“Seamos agradecidos con las personas que nos hacen felices, ellos son los encantadores jardineros que hacen florecer nuestra alma”.
-Marcel Proust-
Con un gesto sencillo tenemos la posibilidad de reforzar la autoestima de la persona que nos ha hecho el favor. Por otro lado, desde un punto de vista algo más egolátra, al dar las gracias conseguimos que la persona aumente su predisposición a volvernos a hacer este favor en un futuro o a hacernos otro distinto.
Por ejemplo, tómate unos minutos del viernes para valorar lo acontecido durante la semana. ¿Qué me ha funcionado esta semana y que no? ¿Qué sería beneficioso para llevar a cabo la semana que viene? Esto te ayudará a autoevaluar lo que te salió bien y lo que no, además de ayudarte a ser más feliz y entrar con más fuerza en la semana siguiente.
3. Crear un efecto dominó positivo y autopremiarte
Habla con tus familiares, amigos y colegas para hacerles saber lo importante que son para ti. Esto creará un efecto dominó con el que “contagiarás” tu actitud positiva a terceras personas.
Prémiate a ti mismo. Regálate un capricho o detalle por haber hecho bien los “deberes”: te agradeces a ti mismo lo que has hecho y como eres, tú mismo te aportas tu felicidad.
¿Qué planes piensas que serán idóneos para recargarte y honrarte a ti mismo y a tus seres queridos? ¿Crees que uno mismo puede ser autosuficiente para crearse su más absoluta felicidad?
Ahora que somos conscientes de lo que implica un gesto tan sencillo y la cantidad de beneficios que tiene, no hay ninguna razón para no agradecer a la otra persona lo que ha hecho por nosotros. Recuerda que por muy rápido, fácil o habitual que parezca, hay una persona que ha querido agradarnos sin pedir nada a cambio. Y eso, sin duda, es de valorar. ¡Que no te cueste ser agradecido y predica con el ejemplo regalando un presente universal: dar las gracias!
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