7 creencias que limitan el crecimiento personal
Existe un dicho popular que día a día escuchamos, dice así “Todo está en la mente”. Y aunque sea cierto, a veces parece que perdemos de vista la gran verdad que está encerrada en él: los pensamientos gobiernan para bien y para mal nuestra vida. De hecho, son muchas las creencias que limitan el crecimiento personal y, sin embargo, no terminamos de aceptarlo.
Hay un ejemplo que muestra esto muy claramente. Supongamos que alguien cree ciegamente en un amuleto . Un día lo pierde y siente que desde entonces todo le sale mal. ¿Será que, por ejemplo, un colgante o una pulsera tiene el poder para determinar la vida? Si lo pensamos a nivel racional contestaríamos que no, pero quien lo tiene y cree en él, no lo dudará ni un segundo.
Desde fuera, se ve claramente que este tipo de creencias limitan el crecimiento personal. Pero para quien tiene esas convicciones no es así. Pues bien, hay muchos que no creen en ese colgante, pero sí en ciertas ideas que tienen el mismo efecto del amuleto. Estos son 7 de esos casos.
“Creer es más fácil que pensar. He ahí la razón de que haya más creyentes”.
-Anónimo-
1. La falta o deficiencia, una de las creencias que limitan el crecimiento personal
Esta es una de esas creencias que limitan el crecimiento personal porque basa todo en algo que hace falta. Es típico de aquellas personas que se dicen a sí mismas que no son suficientemente guapas o inteligentes o adineradas, o lo que sea. Y que esa deficiencia es lo que impide su felicidad.
Se trata de una creencia claramente errónea. Cumple la función de desviar la atención del verdadero problema: no aceptarse a sí mismo. Ahora bien, tener algo en exceso no le garantiza a nadie la felicidad. Además, cada ser humano tiene algunos atributos y carece también de otros.
2. Pensar que es mejor no sentir
Experimentar un fuerte sufrimiento siempre deja marcas. Sin embargo, en algunas personas estas se convierten en verdaderos estigmas. Lo único que desean es no sufrir más ni experimentar dolor. Su deseo es tan fuerte que llegan a tomar una decisión muy drástica “dejar de sentir”.
Esto, por supuesto, es imposible. Lo que sí ocurre es que inhiben a tal punto sus sentimientos que es como si no los experimentaran. Sin embargo, esto les priva también de muchas experiencias maravillosas y les impide aprender a sortear los sufrimientos que, tarde o temprano, aparecerán en la vida.
3. Suponer que ser mejor que los demás hace feliz
En este caso los demás son simples puntos de referencia para uno mismo. Una medida de nuestro ego. Si los superamos, nos sentiremos satisfechos con nosotros mismos. Si no lo hacemos, experimentaremos frustración e irritación.
Esta es una de las creencias que limitan el crecimiento personal porque nos lleva a ver la relación con los demás como una competencia. Nadie es mejor o peor que nadie. Simplemente puede actuar más o menos acertadamente, en unas circunstancias específicas.
4. Creer que nuestra vida es más difícil que la de los demás
Es lo que también conocemos como “victimismo”. Se trata de una creencia ilusoria que lleva a pensar que siempre estamos en peor situación que los demás. Que solo nosotros sufrimos en esa magnitud o tenemos tantos problemas.
Se trata de una creencia egocéntrica que pretende justificar nuestro sufrimiento o nuestra frustración. En realidad, en la vida de cualquier persona hay dichas y dolores. Medir la intensidad que esto tiene en cada quien es absolutamente imposible.
5. Pensar que al obtener algo se logrará la felicidad
La felicidad es sobre todo una actitud y un sentimiento integral. No depende de un objeto o de un hecho. Implica haber construido un buen nivel de armonía frente a la vida. También haber desarrollado la humildad, el optimismo y la esperanza.
No se es más o menos feliz por algo externo. Este es el tipo de creencias que limitan el crecimiento personal. No nos sentiremos más realizados, de forma estable, con un coche nuevo o una nueva pareja. O la felicidad está dentro, o no está en ninguna parte.
6. Convencerse de que la vida es sufrimiento
Se dice que muchas veces no podemos elegir si tener o no problemas. Lo que sí podemos elegir es sufrir o no sufrir a causa de ellos. Algunos ven en las dificultades un desafío, una oportunidad para obligarse a ser mejores. Otros piensan que son algo totalmente negativo.
En ese último caso puede llegar a desarrollarse una de las creencias que limitan el crecimiento personal. Suponer que sufrir por todo es normal. Que no hay elección. Que esto en verdad es un valle de lágrimas y que solo se sale de un dolor para entrar en otro. Incluso, se termina pensando que hasta lo bueno es solo un presagio de lo malo.
7. Creer que algo o alguien explica nuestro dolor
Hay quienes eligen explicar sus frustraciones o limitaciones escudándose en un factor externo. Piensan que si no fuera por sus padres o por el paro, o por la injusticia del mundo serían completamente felices. En una palabra, culpan a algo exterior por lo que sienten interiormente. Esto es falso. El ser humano tiene la capacidad para trascender a los obstáculos, siempre que se lo proponga.
Como vemos, todas estas creencias que limitan el crecimiento personal se filtran en la vida imperceptiblemente. Sin darnos cuenta las convertimos en una especie de receta que nos permite interpretarlo todo. Finalmente solo nos llevan a estancarnos y a impedirnos ver toda la amplitud del panorama que tenemos en frente y lado a lado.