Afantasía: ¿te imaginas ser incapaz de imaginar?
Se calcula que 1 de cada 50 personas en Europa son incapaces de crear imágenes mentales, de imaginar. ¿Os imagináis cómo sería una vida sin poder imaginar? ¿sin poder evocar recuerdos en forma de imágenes? ¿sin poder recordar la cara de un ser querido fallecido?, ¿y sin poder imaginarse el futuro?… ¿O sin poder soñar? En este artículo vamos a conocer algo más acerca de la afantasía.
La capacidad de visualizar imágenes mentales, la capacidad de imaginar, es una habilidad que la mayoría de nosotros considera inherente al ser humano. Sin embargo, hay muchas personas que no son capaces de crear esas imágenes.
Hasta hace muy poco era una condición muy poco estudiada, y aunque fue descubierta por Francis Galton en 1880, no fue hasta el año 2015 cuando se acuñó el término afantasía.
¿Qué es la afantasía y por qué se produce?
Es una inusual condición que provoca que las personas no puedan crear imágenes en su mente, es decir, no pueden percibir imágenes sólo con su mente. Tampoco pueden evocar memorias en forma de imágenes. Se la puede conocer también como “mente ciega”.
Además, las personas con afantasía tienen dificultades para llegar a distintos lugares sin GPS porque no son capaces de hacerse el mapa en la cabeza y pueden tener dificiltades para reconocer caras familiares.
La explicación más aceptada del origen de la afantasía está en la glándula pineal. Cuando recuperamos algún recuerdo, parece ser que la glándula pineal, nuestro “ojo mental”, intenta reproducir los mismos patrones de actividad que estaban en marcha durante la fijación del recuerdo. Se cree que en las personas con afantasía este proceso esta interrumpido de alguna manera.
En el polo opuesto del continuo “capacidad de formar imágenes mentales” (por llamarlo de alguna manera), encontramos la hiperfantasía. Las personas con esta condición tienen la capacidad de crear imágenes visuales vibrantes y cargadas de detalles. ¿Os imagináis la facilidad que tienen estas personas para realizar una meditación guiada?
Vivir sin imaginar: el testimonio de Blake Ross
Blake Ross, uno de los creadores del navegador de Internet Mozilla Firefoz publicó en 2016 un ensayo en el que explicaba cómo era vivir con afantasía. Vamos a contaros lo mas destacable de su testimonio para que nos podamos hacer una mejor idea de lo que implica esta condición.
Como cuenta Blake, alucina con que la mayoría de personas tengamos la capacidad de imaginar, ya que él nunca jamás ha sido capaz de imaginar. Ni siquiera su habitación, aunque hubiera estado dentro cinco minutos antes. Por ejemplo, si se le pide que imagine la cara de un amigo, sabe cuáles son sus características (color de pelo, color de ojos…) pero no puede “verle” la cara. Sin embargo, si se encontraba a un conocido por la calle, sí podía reconocerle.
Parece ser que la habilidad de ponerle nombre a una cara es independiente de la habilidad de ponerle una imagen mental a un nombre. Aun así hay casos de pacientes con afantasía que también tienen prosopagnosia.
Sin embargo, esta afantasía no se limita a imágenes visuales, sino que tampoco es capaz de recordar el sabor de una pizza, el tacto de un velcro o el olor de una colonia. Además, cuenta que no suele soñar, o no recuerda lo que ha soñado. Si que ha tenido algunos sueños, pero carentes de contenido sensitivo y visual.
Por otro lado, si se le pide hacer un dibujo, cualquier parecido de lo que dibuja con la realidad será pura coincidencia. No es que dibuje fatal. Es que sí, es capaz de saber que un perro tiene un cuerpo y cuatro patas, pero no se parecerá nada a la imagen de un perro.
Otro dato curioso es que cuando lee, tiende a obviar las partes del texto que describen el contexto, porque no le sirven para meterse en la historia, es incapaz de transportarse al lugar o la situación descrita. Algo que nosotros consideraríamos necesario para “entrar” en la trama, él lo considera completamente inútil.
La afantasía tiene algunas “ventajas”
A pesar de que debe ser complicado vivir sin ser capaz de crear imágenes, puede que esto tenga algunas implicaciones no tan malas. Las personas con afantasía podrían recuperarse mejor de una experiencia traumática. Al no ser capaces de imaginar la situación o de evocar los recuerdos del suceso en forma de imágenes, probablemente no puedan experimentar tampoco flashbacks, que es uno de los síntomas más molestos del estrés postraumático.
Pero no solo eso. ¿Imagínate no ser capaz de imaginarte el día de tu graduación, de tu boda o el día del nacimiento de tu hijo? Normalmente, tenemos muchas expectativas y esperanza depositadas sobre esos días. Sin embargo, para una persona con afantasía, siempre serán una sorpresa y posiblemente quedará poco espacio para la decepción.
Os quiero preguntar algo: ¿tenéis alguna fobia? ¿Qué pasa si os imagináis el estímulo fóbico? Probablemente tengáis la misma sensación de miedo que cuando lo veis, quizá de forma atenuada. Es imaginarse que podría haber una araña en el coche y…¡qué escalofríos!
Esto no les ocurre a las personas con afantasía, ya que solo experimentarían el miedo al observar el estímulo, por su incapacidad para imaginarlo.
“Dicen que tenemos miedo porque tenemos imaginación. Deja de imaginar, y serás valiente”.
-Old Boy-
El desarrollo de otras habilidades
Muchas personas con afantasía se dan cuenta de que tienen esta condición siendo ya mayores. No son capaces de hacerse una idea de lo que es crear imágenes mentales. ¡Ni siquiera saben que hay personas que pueden imaginar! Vamos, más o menos lo que nos pasa al resto: creo que ninguno de nosotros es realmente capaz de imaginar no poder imaginar…
A pesar de que carecer de esta capacidad puede poner obstáculos en la vida, dificultar ciertas actividades y suponer un desafío en determinadas circunstancias, tal y como las personas con algún tipo de deficiencia sensorial, las personas con afantasía suplen esa carencia desarrollando otro tipo de habilidades, como la memoria conceptual.
“De las dificultades nacen milagros”.
-Jean de la Brùyere-