Ansiedad de alta funcionalidad: ¿en qué consiste?
La ansiedad de alta funcionalidad describe una realidad silenciosa y prevalente en la población. Se trata de esas personas que pueden desenvolverse más o menos bien en su vida a pesar de la ansiedad. Trabajan, cumplen sus obligaciones, se relacionan con unos y con otros… Sin embargo, son conscientes de que hay algo que no va bien en ellos.
Agotamiento, cefaleas, insomnio… La sintomatología física suele contrastar con la propia personalidad. Por término medio, nos encontramos con hombres y mujeres extrovertidos, muy activos, organizados, hiperexigentes y de los que son incapaces de decir “no” a cualquier propuesta o petición. Todo ello les causa un gran agotamiento psicológico.
Así, y aunque esta realidad clínica no defina en realidad ningún trastorno recogido en el propio Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-V), sí describe una situación muy común. A pesar de que para muchos la ansiedad no resulte incapacitante, sí merma la calidad de vida en muchos aspectos.
Conozcamos más datos al respecto.
Las personas con ansiedad funcional no suelen hablar con nadie sobre su agotamiento psicológico. Al evidenciar siempre tanta solvencia y eficacia temen que nadie pueda creer lo que sienten internamente.
Ansiedad de alta funcionalidad, ¿en qué consiste?
La ansiedad de alta funcionalidad es un estado en el que una persona logra ser competente en cada área de su vida sin que ese estado psicofisiológico les invalide. Es más, en muchos casos lo que perciben es que esa realidad interna, les impulsa a funcionar de una manera más intensa, acelerada casi. Esto puede ser positivo para algunos aspectos y muy negativo en otros.
Por ejemplo, podemos tener a la clásica persona que es muy cumplidora en su trabajo, pero que se siente infeliz e insatisfecha. Es como si llevaran unas baterías Tesla de alto rendimiento que les empujara a una hiperactividad muy llamativa, aparentando alta solvencia y sobrada eficacia. Sin embargo, en privado, experimentan insatisfacción y hasta soledad.
Causas
Hay dos causas que pueden explicar la ansiedad de alto funcionamiento: la propia personalidad y la historia familiar. Sabemos que esta realidad clínica es más común en perfiles extrovertidos, tendentes al perfeccionismo y a ser complacientes con los demás. Por otro, se conjugan los factores genéticos y la educación recibida.
Estudios, como los realizados en la Universidad de Würzburg, Würzburg (Alemania), nos indican que la ansiedad tiene una base genética. Existen una serie de genes que podemos heredar de nuestros padres y que elevan la probabilidad de que desarrollemos esta condición psicológica. Ahora bien, este factor no es determinante.
En el caso de la ansiedad de alto rendimiento, se integra el estilo de personalidad con la educación recibida. Unos padres críticos y exigentes, e incluso autoritarios, elevan el riesgo de desarrollar esta característica.
¿Cuáles son los síntomas?
La sintomatología asociada a la ansiedad de alto funcionamiento es compleja y particular a la vez. Por un lado, puede hacer más proactiva a la persona. Sin embargo, existe un reverso desgastante y es ese asociado a la propia ansiedad llevada al extremo y arrastrada durante bastante tiempo.
Lo analizamos.
Aspectos positivos
La persona con ansiedad funcional suele ser muy competente a nivel social. Desarrolla muy bien sus obligaciones laborales, es cumplidora y responsable.
- Son personalidades extrovertidas y muy alegres. Llevan consigo esa máscara de alegría constante, como si la vida para ellos fuera siempre armoniosa y casi perfecta.
- Son proactivas, perfeccionistas, organizadas, puntuales y cuidan los detalles.
- Son las típicas personas obsesionadas en hacer listas, en tenerlo todo apuntado en agendas…
- Aparentan siempre una gran solvencia. Llaman la atención por su disposición, su buen ánimo y su entusiasmo constante.
Aspectos negativos de la alta funcionalidad
Efectivamente, tras esa apariencia infalible, feliz y responsable, se esconde un reverso algo más problemático que acumulan día a día en forma de pequeñas frustraciones, pinceladas de malestar e insatisfacción.
- La ansiedad de alto funcionamiento se relaciona con la incapacidad para decir no y con la complacencia. No saben poner límites y están siempre orientados a satisfacer a los demás.
- Suelen alimentar un diálogo interno muy desgastante y negativo.
- El pensamiento excesivo y agotador es una característica recurrente en esta condición psicológica.
- Son personas que evidencian numerosos tics nerviosos y manías como morderse las uñas, crujir los nudillos…
- Es común que integren rituales obsesivos, como tener que contar las escaleras, asegurarse varias veces de que han cerrado la luz, doblar la ropa de determinada manera, etc.
- No saben ni pueden relajarse y esto les genera sufrimiento.
- No se sienten bien con ellas mismas, la insatisfacción es una constante en sus vidas.
Asimismo, una característica importante de la ansiedad de alto funcionamiento es la somatización. Sufren dolores de estómago, cefaleas, dolores musculares, fatiga, insomnio, etc.
Tratamientos y estrategias para las personas con ansiedad funcional
Muchas personas que sufren esta condición psicológica piensan que no necesitan ayuda. Al fin y al cabo, cumplen con su vida, rinden en el trabajo y nadie de su alrededor sospecharía jamás de sus problemas internos. Del agotamiento, de la preocupación, la insatisfacción, la exigencia, las manías…
Ahora bien, es necesario entender un pequeño detalle: que seamos funcionales no significa que estemos bien. Que podamos traer un sueldo a casa no implica que seamos felices. Es más, el hecho de que todos piensen que la nuestra sea una vida perfecta, no tiene por qué ser verdad.
La realidad interna de cada persona es única, y a menudo estados como la ansiedad no reconocida o la depresión no detectada actúan como auténticos virus apagando el bienestar y la salud.
Pedir ayuda, solicitar apoyo experto es lo mejor que podemos hacer. Negar las evidencias nos puede conducir hasta estados más desgastantes: fobias, conductas obsesivas-compulsivas, etc. Tengámoslo presente.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Garakani, A., Murrough, J. W., Freire, R. C., Thom, R. P., Larkin, K., Buono, F. D., & Iosifescu, D. V. (2020). Pharmacotherapy of Anxiety Disorders: Current and Emerging Treatment Options. Frontiers in psychiatry, 11, 595584. https://doi.org/10.3389/fpsyt.2020.595584
- Gottschalk, M. G., & Domschke, K. (2017). Genetics of generalized anxiety disorder and related traits. Dialogues in clinical neuroscience, 19(2), 159–168. https://doi.org/10.31887/DCNS.2017.19.2/kdomschke
- Gottschalk MG, Domschke K. Novel developments in genetic and epigenetic mechanisms of anxiety. Curr Opin Psychiatry. 2016 Jan;29(1):32-8. doi: 10.1097/YCO.0000000000000219. PMID: 26575296.
- Robinson, O. J., Vytal, K., Cornwell, B. R., & Grillon, C. (2013). The impact of anxiety upon cognition: perspectives from human threat of shock studies. Frontiers in human neuroscience, 7, 203. https://doi.org/10.3389/fnhum.2013.00203