Ante quien solo busca crear discordia, usa el silencio
Hay ciertos momentos en nuestra vida que parece que algunas personas solo buscan crear discordia. Ante esta incómoda situación, lo mejor es hacer uso del silencio, alejarnos de lo incómodo y relajarnos.
Muchas veces quien nos está incordiando busca enojarnos y hacernos sentir rabia. Sin embargo, lo mejor es no alimentar esa situación y generar una enorme burbuja de calma. Hacerlo no es fácil, pero sí posible y, sobre todo, altamente beneficioso.
Cada uno tiene unas estrategias que, más o menos eficaces, utiliza en este tipo de momentos. No obstante, siempre es importante que nos hagamos con un gran bagaje anti-estrés que nos permita replantearnos a nosotros mismos en situaciones complicadas como hermosos templos de silencio y calma.
Aprender a alejarnos y relajarnos en momentos de tensión
Se habla mucho de cómo educar a nuestros niños a relajarse pero, sin embargo, las recomendaciones para los adultos generalmente brillan por su ausencia. Así, se asume que somos habilidosos en ello y que si no nos controlamos ante quien busca crear discordia es porque no queremos.
Nada más lejos de la realidad. Necesitamos reeducaros para controlar nuestras emociones y manejar estos momentos y lo que nos generan. Así, podemos dar unas pequeñas pinceladas sobre cómo trabajar sobre nuestras emociones:
- Es sabio contar hasta diez, veinte o lo que haga falta.
- Podemos hacer un esfuerzo por distraernos con lo que tengamos a mano.
- Es muy útil centrarnos en nosotros y observar cómo se manifiestan las emociones que nos genera que pretendan generar discordia.
- Alejarnos del mal momento y revalorar la situación es muy importante.
- Mantenernos activos y hacer deporte con asiduidad es clave para mantener la calma.
- Aprender algún tipo de relajación y de respiración a través de disciplinas como el yoga, el pilates o el mindfulness puede salvarnos del descontrol en muchas ocasiones.
Asertividad, la clave para combatir las intenciones mezquinas
Cuando hablamos de usar el silencio no quiere decir que debamos ser pasivos ante quien está molestándonos. En realidad la clave está en ser asertivos para conseguir manejar la situación. Para esto es esencial que hayamos comenzado por relajarnos, pues con un estado emocional alterado es probable que no podamos expresar nuestros sentimientos con certeza y templanza, pues nos dominará la ira en vez del enfado.
Porque solo nosotros somos responsables de cómo actuamos y cómo nos sentimos consecuentemente. Revisemos una breve historia para comprender esto de que solo nos afectará aquello que dejemos que nos afecte:
“Juan iba caminando con su padre en dirección al quiosco donde cada día compraba el periódico. Al llegar, estos saludaron de manera educada al dueño, al que se veía malhumorado como cada día.
Este les respondió con brusquedad y desconsideración. El padre de Juan, mientras recogía el periódico que el otro había arrojado hacia él de mala manera, sonrió y le deseó al vendedor un buen fin de semana. Cuando ambos reemprendieron el camino, el niño le preguntó a su padre:
–¿Te trata siempre con tanta descortesía?
–Sí, por desgracia.
–¿Y tú siempre te muestras igual de amable?
–Sí, así es.
–¿Y por qué eres tan amable cuando él es tan antipático contigo?
–Porque no quiero que sea él quien decida cómo debo actuar yo.
La persona plenamente humana es aquella que consigue ser ella misma. Es un actor de su propia vida, no un re-actor ante lo que dicen o hacen los demás. Actúa por sus propias convicciones, no por reacción a cómo actúan o lo que esperan de él los demás.
Texto adaptado de Sydney Harris
Alimentar nuestra capacidad para expresar nuestra voluntad sin remordimientos es muy importante para poder relacionarnos desde la calma y tomando perspectiva para valorar las intenciones de aquellas personas que generan discordia.
Lograr llegar a plantarnos y a poner un muro de silencio entre nosotros y las malas actuaciones de los demás es un aprendizaje costoso pero que, sin duda, a la larga dará los frutos que necesitamos: hacer valer nuestras voluntades para potenciar nuestra autoestima, nuestra determinación y nuestro amor propio.
Porque, como se suele decir, alejarse de lo conflictivo mejora la salud y el alma…