¡Aprende a resolver los problemas de pareja!
En muchas ocasiones nos vemos envueltos en una discusión con nuestra pareja sin entender cómo. Ya ni siquiera recordamos porqué ha empezado, pero somos conscientes de que hemos llegado a un punto del que ya no sabemos cómo salir. Las conversaciones se vuelven cada vez más frías y todo lo que hace la otra persona es una gota más que contribuye a que el vaso esté cada vez más cerca de desbordarse. En esa dinámica, no es fácil resolver problemas.
El caso es que queremos superar esta mala racha. No nos gustaría que fracasara la relación. Queremos luchar por ella. Necesitamos solucionar el problema que lo ha originado todo. Nos importa volver a estar bien con nuestro novio, novia, marido o esposa… Pero, ¿cómo? Bueno, veamos algunas técnicas que nos pueden ayudar a recuperar la relación que queremos tener…. ¡Continúa leyendo!
“Elige a tu pareja con mucho cuidado. De esta decisión dependerá el 90% de toda tu felicidad o tu tristeza; pero después de elegir cuidadosamente, el trabajo apenas empieza”
-H. Jackson Brown-
¿Qué es lo que falla?
En primer lugar, muchas veces los problemas vienen porque la comunicación en la pareja no se da de forma eficaz. Puede ocurrir que no seamos capaces de explicarle a la otra persona lo que pensamos y sentimos. También es frecuente que elijamos para decirle las cosas en el momento y lugar menos adecuados. Por otro lado, es posible que no le escuchemos como se debe.
Por ello, además de fomentar las habilidades de comunicación dentro de la pareja, es importante buscar cuándo y dónde es adecuado dialogar. De esta forma, podremos controlar la situación de forma efectiva. Parece claro que una comida familiar o una quedada con amigos no va a favorecer que solucionemos el conflicto. Al contrario, seguramente lo agrave.
Para terminar, muchas veces falla que vamos a destiempo. Dejadme que me explique. Hay ocasiones en las que, cuando uno quiere solucionar el problema, el otro no. O al revés. Entramos entonces en una dinámica muy tóxica que va minando la relación. Es muy importante, por lo tanto, que ambas partes colaboren y vean que la solución de los problemas es una labor compartida.
Ahora que tenemos asentadas las bases para solucionar los problemas, ¿cuál es el siguiente paso? Es necesario separar el planteamiento del problema de su solución. Es decir, primero tenemos que delimitar qué es lo que pasa y, una vez que lo tengamos claro en la pareja, trabajar para resolverlo. Veamos en detalle cómo hacerlo.
10 pasos para solucionar los problema de pareja
Al momento de solventar los conflictos de pareja, te aconsejamos tener en cuenta las siguientes pautas:
1. Asumir una actitud positiva y neutral
Cuando vayamos a hablar con nuestra pareja tenemos que dejar las actitudes negativas fuera y mantener una posición lo más neutral posible. Esto implica revisar qué tan acertados están nuestros argumentos y suposiciones, y asumir que podemos estar equivocados.
Una vez que tengamos la actitud adecuada, podemos empezar la conversación sobre qué es lo que pasa. Para inicial el diálogo, es bueno hacer un comentario positivo sobre la relación, para así facilitar la cooperación y la receptividad del otro.
Por ejemplo, puedes empezar la conversación haciéndole saber a tu pareja que el objetivo de la misma no es pelear o discutir; sino todo lo contrario: que ambos tengan la oportunidad de expresar y comprender mutuamente como se sienten con respecto al problema y entre los dos, encontrar soluciones, como un equipo.
2. Abordar un problema a la vez
Por su parte, es muy importante que tratemos de solucionar un problema concreto cada vez. Si tratamos de trabajar varias cosas muy generales, la tarea se va a volver imposible. Por ejemplo, es más factible llegar a un acuerdo sobre dejar la tapa del váter levantada o no, que sobre si el otro deja todo el cuarto de baño hecho un desastre siempre que lo usa…
En este sentido, hay que plantear el problema de forma breve y concreta, determinándolo con palabras, acciones y comportamientos específicos. También es relevante decir cosas observables, sin interpretaciones de por qué nuestra pareja hace una cosa o la otra. Por otro lado, tenemos que expresar nuestros sentimientos abiertamente, para que la otra persona pueda comprender por qué eso que hace nos resulta molesto.
3. Reconocer nuestra responsabilidad en el conflicto
También hay que reconocer la parte de culpa que tenemos nosotros mismo en el problema. Recordemos que una relación de pareja está conformada por dos personas y, aunque nos cueste asumirlo, muchos de los conflictos surgen por la forma de ser de ambos.
Por ejemplo, si el problema se debe a la falta de colaboración de nuestra pareja en las tareas del hogar, lo peor que podemos hacer es responsabilizarla de todo y señalarle sus defectos. En este caso, debemos asumir que esa dinámica también se fue instaurando en la medida que nosotros empezamos a asumir la mayoría de las tareas domésticas.
Por tanto, en este caso, lo ideal será reconocer que la problemática es consecuencia de una mala planificación y asignación de tareas por parte de ambos. Una solución a dicho problema sería empezar a designar tareas equitativas para cada uno y, de ser necesario, dejarlas por escrito.
4. Escuchar activamente
Otro aspecto importante al momento de resolver problemas de pareja es mantener la escucha activa. Esto implica dejar que cada uno tenga la oportunidad de expresarse sin interrumpir, y prestar atención no solo a lo que dice el otro, sino a cómo lo dice.
Asimismo, un error que solemos cometer al dialogar con nuestra pareja es pensar qué contestar o cómo refutar lo que ella está diciendo, mientras lo está diciendo. Así, dejamos de prestar atención a lo que nuestra pareja nos está expresando, lo que dificulta la empatía y la verdadera comprensión del problema.
Una buena técnica para cerciorarnos de que estamos escuchando y comprendiendo genuinamente a nuestra pareja es resumir con nuestras palabras el mensaje que hemos recibido. Así, la otra persona nos puede decir si la hemos comprendido bien o no, y corregirnos si es el caso.
“El mensaje enviado no es siempre el mensaje recibido”
-Virginia Satir-
5. Encontrar la solución en conjunto
Una vez que el problema está bien delimitado y ambas partes lo comprenden, hay que trabajar para resolverlo o para que quede minimizado a una expresión que no moleste a ninguno de los dos. Para ello, es importante tener en cuenta que muchas veces ambos tendrán que ceder y negociar.
Por su parte, habrá ocasiones en donde sabremos qué es lo que pasa, pero no lo que podemos hacer para solventarlo. En estos momentos, podemos recurrir a una técnica que seguro que os suena a todos: la lluvia de ideas.
¿En qué consiste? En decir todas las soluciones que se nos pasen por la cabeza… ¡Hasta aquellas que nos parezcan una locura! Así podremos eliminar las que no nos sean útiles y encontrar una que sea satisfactoria para ambos.
6. Comprometerse a cambiar
Una vez que tengamos la solución, hay que ponerla en marcha para ver si funciona o no. Si resulta que no, no hay que desesperar, es de humanos cometer errores. Lo que haremos será volver a evaluar alternativas que puedan compensar o superar la solución anterior.
Pero, antes de poner en marcha cualquier solución queda una cosa que hacer: los dos tenéis que comprometeros a modificar vuestro comportamiento. Es necesario llegar a un acuerdo. Incluso, a veces será pertinente dejarlo por escrito.
Si no se comprometen a cambiar y atacar el problema, entonces el diálogo no habrá tenido ningún sentido y las palabras habrán quedado sin fundamento alguno. Lo que sin duda irá deteriorando la confianza dentro de la relación.
7. Procurar la privacidad de la pareja
Muchas veces queremos conversar nuestros problemas de pareja con algún amigo o familiar. Sin embargo, en muchas ocasiones, esto puede ser contraproducente para tu relación. Pues, un tercero puede emitir juicios y opiniones carentes de imparcialidad y que lo único que generan es que el conflicto se agrave.
Además, cuando contamos nuestros problemas no solo hablamos de nosotros, también hablamos de nuestra pareja y no sabemos cuál puede ser su reacción si se entera que estamos ventilando su intimidad.
Por tanto, debemos pensar antes de actuar y tratar de resolver el conflicto directamente con nuestra pareja.
8. Respeto ante todo
Durante todo el proceso de solución de problemas debemos garantizar el respeto hacia nuestra pareja. Pues, si éste se pierde, será dificil salvar la relación de cualquier problemática. Por tanto, eviten recurrir a insultos, gritos o cualquier manifestación de violencia.
Asimismo, debemos respetar los sentimientos y opiniones de nuestra pareja, así no estemos de acuerdo con lo que ella piense y sienta. De no ser así, estaremos fomentando una enemistad entre ambos.
9. Aprender a regular las emociones
Es común que los conflictos de pareja nos despierten emociones displacenteras como enojo, tristeza, decepción, etc. Aunque debemos ser conscientes de ellas y saber comunicarlas a nuestra pareja, es importante no dejarnos dominar por las mismas. Pues, podemos caer en el error de decir cosas que no vienen al caso, por impulso.
Por tanto, en todo el proceso debemos ser capaces expresar nuestras emociones en su justa medida, sin dejarnos llevar por los arranques que producen las emociones intensas.
10. Buscar ayuda profesional
Algunas parejas suelen necesitar ayuda de un especialista para poder resolver la problemática. Por lo general, se trata de parejas que llevan muchos años juntos, cuyos conflictos se han ido arrastrando y complejizando a través del tiempo.
En estos casos, la terapia de pareja puede ayudarlos a superar sus problemas, o no. Hay que tener en cuenta que a veces no es posible salvar la relación, por más que se intente. De manera que la mejor solución, en algunas situaciones, será la ruptura.
Para concluir, queremos resaltar que los problemas de pareja son normales, incluso son sanos en su justa medida. No obstante, para evitar que la relación se estropee debemos aprender a resolverlos a tiempo, con la comprensión y el respeto necesarios para no dañar el vínculo.
Imágenes cortesía de Charlie Foster, William Stitt y Freestocks.org.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Armenta Hurtarte C, Díaz-Loving R. Comunicación y satisfacción: Analizando la interacción de pareja. Psicología Iberoamericana [Internet]. 30 de junio de 2008 [citado 25 de julio de 2022];16(1):23-7. Disponible en: https://psicologiaiberoamericana.ibero.mx/index.php/psicologia/article/view/294
- Correa N, Rodríguez J. Estrategias de resolución de conflictos en la pareja: negociando en lo cotidiano. International Journal of Developmental and Educational Psychology. 2014; 6(1): 89-96.
- García F. Fuentes R y Sánchez A. Amor, satisfacción en la pareja y resolución de conflictos en adultos jóvenes. Ajayu. 2016; 14(2): 284-302.