La armonía en una relación de pareja, ¿cómo alcanzarla?

Armonía es ser capaz de respetar al otro. No es necesario que estemos siempre de acuerdo con lo que dice, hace o piensa nuestra pareja, porque lo esencial es comprenderla. 

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 24 mayo, 2024

La armonía en una relación de pareja es como un baile en el que nadie pierde el ritmo. Hay equilibrio, sintonía y la música de la satisfacción se escucha de fondo en ese viaje compartido entre dos. Esta competencia afectiva se alcanza después de mucho trabajo, algún desencuentro y, sobre todo, con la clara voluntad de invertir esfuerzos y cambios en ese vínculo afectivo.

Quien piense que en una relación feliz basta con quererse mucho se equivoca. Ojalá la convivencia se basara solo en recordar que nos queremos y así apagar el desacuerdo puntual y la discusión que surge de la nada. Sería maravilloso que la pasión y el cariño fueran el bálsamo ante ese malestar cuando, de pronto, percibimos que a veces pesan más el individualismo y las necesidades propias a la inversión conjunta.

No es fácil dar con la pareja idónea, pero más difícil es encontrarla y lograr que esa conexión florezca, madure y dé forma a algo perdurable y satisfactorio. Sin embargo, tan inspirador propósito no es imposible. La clave está en hallar la armonía.

Claves para alcanzar la armonía en una relación de pareja

La armonía relacional implica alcanzar el equilibrio cuando dos personas que se quieren mantienen narrativas diferentes. Es recortar esquinas para que los contornos de nuestro carácter encajen y poder así hacer frente a los pequeños y grandes problemas. De algún modo, y si lo pensamos bien, la necesidad de trabajar esta dimensión viene de un hecho muy concreto.

Son muchos los que siguen pensando que amor es sinónimo de coincidir en todo. Hay quien da por sentado que las parejas felices sintonizan en ideales, metas, gustos, percepciones y opiniones. Sin embargo, enamorarse significa dar paso a nuestra vida a alguien que llega con su propio equipaje existencial, personal y también ideológico. Es ahí donde empieza el auténtico desafío cotidiano.

Alcanzar la armonía en una relación de pareja requiere invertir voluntades, tiempos e intenciones en una artesanía psicológica muy concreta. La analizamos.

Comprender al otro, es mejor que estar de acuerdo en todo

¿Cuántas veces habremos dicho o nos habrán dicho aquello de “es que no me entiendes”? Sin duda, muchas. Caemos en discusiones acaloradas, en enfados tormentosos y en decepciones amargas cuando, lejos de llegar a acuerdo alguno, nos distanciamos. Nos enrocamos cada uno en una posición.

La armonía en una relación de pareja se basa en una piedra angular: la comprensión. Esto parte de algo tan simple como entender que, a veces, no estaremos de acuerdo en algo y eso no es el fin del mundo. Basta con comprender la realidad ajena y respetarla.

Seguramente coincidiremos en muchas más cosas, pero es esencial saber escuchar la verdad de nuestra pareja, conectar con su narrativa y respetarla. Porque quien se posiciona en su propia visión de las cosas infravalorando las perspectivas ajenas, lo único que logra es derribar puentes y alzar murallas.

Empatía, para poder ver cómo es la otra persona y respetar su ser genuino

Uno de los fines en las terapias de pareja es lograr que aumente la empatía entre los integrantes para originar el cambio. La empatía favorece la satisfacción en una relación afectiva y, es por tanto, uno de los pilares más decisivos.

De este modo, para alcanzar la armonía en la relación de pareja necesitamos desarrollar una adecuada empatía emocional y cognitiva. Esa con la que no solo conectar con las emociones y necesidades del otro, sino también, comprenderlas. Este músculo psicológico es el que nos permite descubrir la verdad de nuestra pareja para respetarla y permitirle mantener su autenticidad.

Apreciar la presencia del otro a diario

Apreciar no es solo querer. Apreciar significa validar emocionalmente al otro, darle presencia e importancia, agradecer cada día que comparta con nosotros su vida. También implica admiración, porque sin este nutriente pocas relaciones de pareja resultan satisfactorias o estables.

De este modo, trabajos destacan cómo la gratitud y la capacidad para lograr que la pareja se sienta apreciada por cómo es actúan como un refuerzo diario en el vínculo. Por tanto, no dudemos en trabajar estos aspectos.

La magia y la voluntad de saber promover lo positivo

La armonía en una relación de pareja requiere esfuerzos, como es el hecho de focalizarnos en las virtudes del ser amado y no solo en sus defectos. Por ejemplo, implica saber echar mano del buen humor y no del reproche constante cuando algo sale mal.

Promover lo positivo es también ser capaces de crear momentos de magia e intimidad con los que romper la rutina e incentivar la pasión siempre que sea posible.

Para concluir, t ener una perspectiva optimista nos permite ofrecer a la relación una vitalidad esperanzadora, positiva y resiliente. Esa con la que no caben las rendiciones, solo la clara voluntad de seguir avanzando juntos en un mismo proyecto.