Artritis, el dolor que paraliza
Un error que solemos cometer es pensar que la artritis es una enfermedad que afecta solo a las personas mayores. Según nos indica la “Arthritis foundation” no hay edad para la artritis. La pueden padecer niños y adultos, hombres y mujeres, siendo además, una de las principales causas de discapacidad física.
Hay más de cien tipos de enfermedades asociadas a esta dolencia que cursa con la inflamación del cartílago que recubre las articulaciones. No obstante, las más comunes suelen ser la artritis reumatoide y la osteoartritis. Es una enfermedad crónica que “nos paraliza”, que nos quita movilidad y que nos obliga a tener que enfocar nuestra vida de otro modo.
La artritis ha hecho de mis manos ramas de árbol secas que poco a poco se deforman y me traen dolor. He perdido agilidad, ya no soy tan flexible, lo sé…pero sigo afrontando con entereza mis días porque no voy a dejar tenga todo el control sobre mí
Nadie elige tener una enfermedad crónica, nadie es dueño para elegir que dolencias asume y cuáles no. Ahora bien, aspectos como la aceptación y la comprensión de la artritis, nos van a ayudar a gestionar un poco mejor esta realidad tan común. Te invitamos a reflexionar sobre ella.
Conociendo la artritis un poco mejor
La artritis se asocia a la vejez, a la inmovilidad del tiempo y los años que paralizan nuestro cuerpo. No es una imagen real. Enfermedades como la “Artritis Idiopática Juvenil” (AIJ), por ejemplo, obliga a muchas familias a tener que hacer frente a auténticos desafíos para ayudar sus hijos a tener una calidad de vida más o menos aceptable.
Fue algo duro, la gente no entendía por qué tenía una enfermedad de “personas mayores”. Me ha tocado a mi, no la he elegido, pero tengo artritis y hago lo posible para cuidarme, para reirme y ser feliz igual que tú a pesar de que disimule con una sonrisa mi dolor
Características generales de la artritis
Algunas de las características generales de la artritis son:
- La artritis afecta a las articulaciones. Sus primeros síntomas son la hinchazón, el dolor, la rigidez y la disminución del rango de movimiento. Los síntomas pueden aparecer y desaparecer según temporadas.
- La osteoartritis o la artritis degenerativa es la más común y afecta sobre todo a las mujeres. Puede aparecer a cualquier edad, pero es durante la menopausia cuando más suele surgir.
- Lo más duro de la artritis, aparte del dolor, es la deformidad física que suele causar. Los dedos se vuelven nudosos, perdemos la motricidad fina y hemos de afrontar ese cambio tan llamativo en nuestro cuerpo.
- La artritis reumática, por su parte, afecta a las articulaciones de forma simétrica, y tiene sus efectos ante todo en muñecas, manos, codos y rodillas.
A pesar de ser una de las enfermedades más comunes entre la población, nadie está preparado para asumir de forma individual la artritis. Su evolución es lenta pero persistente y ello nos obliga a desplegar múltiples recursos: desde los que las instituciones sanitarias nos aporten hasta educar en estrategias psicológicas de afrontamiento.
Artritis, cuando el sufrimiento nos hace prisioneros
El dolor siempre nos hace prisioneros, nos inmoviliza y nos une a ese “envoltorio físico” que es nuestro cuerpo de forma persistente. Es imposible fijar nuestra atención a nada más. La artritis, a su vez, nos obliga a tener que aceptar la deformidad de unas manos, de unos pies, de las rodillas…
¿Cómo asumirlo? El dolor puede ser aliviado con los fármacos, pero somos conscientes de que ese oscuro enemigo volverá, y que ese nudillo del dedo hoy inflamado mañana cursará con un dedo un poco más desviado…
Formas con las que afrontar la artritis
Enfrentar el dolor no siempre es algo fácil, por ello te mencionamos algunas consideraciones a tener en cuenta si tienes esta enfermedad:
- Conoce tu enfermedad: es el primer paso que debemos hacer ante toda dolencia que nos puedan diagnosticar. Entiende que cada caso es único, y que tu particularidad necesitará de un tipo de especialistas, medicación y rehabilitación.
- No focalices tu vida en el dolor, no dejes que obligue a quedarte en casa: sabemos que cuando te duelen las articulaciones lo último que te apetece es moverte, pero es necesario. Sal a caminar, libera tu mente y permite que tus músculos se fortalezcan para preservar el movimiento articular.
- Acepta que tu mundo va a otro ritmo: la aceptación de las enfermedades crónicas es algo indispensable. Tras la aceptación llega la batalla por encontrar una mejor calidad de vida y retrasar en la medida de lo posible su avance. Asume que necesitas otro ritmo, pero donde no entra la inmovilidad ni la rendición.
- Di sí a varias terapias y enfoques: al tratamiento médico ordinario puedes añadirle también esas otras terapias complementarias que pueden ofrecerte una gran ayuda. La terapia frío-calor, la meditación, el yoga, la terapias con ultrasonidos, los masajes o la homeopatía también nos pueden ser muy útiles…
No estar mal no quiere decir que esté bien, que me veas con buena cara no significa que hoy no me duela. La artritis inmoviliza mis dedos pero no paraliza mis alegrías o las ganas por seguir experimentando