La atención plena y los adolescentes: ¿cómo se relacionan?
La atención plena o mindfulness es una herramienta útil para centrarse en el aquí y el ahora, ya que requiere de un entrenamiento guiado de la conciencia del momento presente con una actitud amable y de aceptación. En lugar de detenernos en el pasado o preocuparnos por el futuro, la atención plena nos enfoca en lo que está sucediendo en un momento determinado sin juzgarlo.
Este modo de ser y estar en el mundo se ha ido incorporando poco a poco a las aulas, debido a la capacidad que tiene para reducir el estrés, la depresión y la ansiedad, así como para mejorar el procesamiento cognitivo, la regulación de las emociones y el control ejecutivo. Sin embargo, aún se está debatiendo la evidencia científica sobre su efectividad dentro los programas escolares que adoptan el mindfulness en sus currículos.
Aunque algunas investigaciones han encontrado que la enseñanza de la atención plena en las instituciones educativas puede tener un impacto positivo en el bienestar mental y la resiliencia de los niños y los adolescentes, un estudio reciente realizado en 8376 estudiantes encontró que si bien el mindfulness tiene ciertos beneficios, es posible que en realidad no mejore el bienestar mental de los adolescentes.
La atención plena y los adolescentes: ¿qué dice la investigación?
Los resultados de un programa de entrenamiento en atención plena en adolescentes señalan que el mindfulness se asocia con una mejora en el bienestar psicológico y la atención. También indican que esta mejora está relacionada con algunas variables de la personalidad, como la amabilidad y la estabilidad emocional.
En otro estudio se encontró que los adolescentes que participaron en una intervención escolar centrada en el mindfulness informaron de menos síntomas depresivos después de la intervención y durante el seguimiento. También reportaron menos estrés y mayor bienestar. Asimismo, los hallazgos mostraron que el grado en que los estudiantes practicaron la atención plena se asoció con un mayor bienestar y menor estrés a los 3 meses de seguimiento.
Otros resultados de investigación también confirmaron que la atención plena de los adolescentes actúa como un agente protector frente a la depresión, la ansiedad y el estrés. Estos hallazgos, afirman los investigadores, suministran información sobre el posible mecanismo subyacente entre la atención plena de los adolescentes y la angustia psicológica.
Por su parte, en otra investigación, en la que se evaluó la efectividad de un programa basado en la atención plena, se hallaron niveles más bajos de estrés y quejas psicosomáticas y una mejor regulación afectiva. Los participantes del programa también tuvieron mejoras en las habilidades de regulación emocional, incluida la conciencia emocional, el acceso a estrategias de regulación y la claridad emocional.
Son muchos los estudios que indican que la atención plena y los adolescentes tienen una relación positiva. No obstante, un nuevo estudio abre la puerta para ver esta relación desde una perspectiva menos alentadora para el desarrollo y la salud de este grupo poblacional. Veamos que nos dice.
Entrenamiento de atención plena en la escuela
Para este estudio, los investigadores midieron el riesgo de depresión, el funcionamiento social, emocional y conductual y el bienestar antes, al inicio, después de la intervención y durante el año de seguimiento.
Los resultados arrojaron peores puntuaciones en la depresión y el bienestar en aquellos estudiantes que tenían riesgos de padecer problemas de salud mental, tanto después de la intervención como durante el año de seguimiento. Sin embargo, las diferencias no fueron clínicamente relevantes y pequeñas. La dosis y el alcance del entrenamiento se asociaron con un peor funcionamiento social, emocional y conductual después de la intervención.
Parece que, aunque el mindfulness que se enseña en las escuelas puede llamar la atención sobre los problemas de salud mental, es posible que no proporcione el apoyo suficiente y necesario para que los estudiantes lidien con sus problemas.
A pesar de estos nuevos hallazgos, es relevante tener presente que el estudio analizó la atención plena que se enseña en un entorno escolar y que, tal vez, con diferentes métodos de entrenamiento, la atención plena podría tener diferentes efectos en la salud mental de los adolescentes.
¿La atención plena funciona?
Una razón por la que la atención plena y los adolescentes pueden no tener una buena relación es porque este grupo poblacional necesita diferentes enfoques para el cuidado de su salud mental. Probablemente, los más jóvenes no tiene la capacidad de autorregular sus emociones y aplicar de manera correcta y disciplinada las habilidades de atención plena.
También es importante tener en cuenta que la atención plena debe practicarse de manera continuada, y algunos adolescentes pueden tener dificultades para mantener la constancia. Además, pueden tener altas expectativas de éxito. Este tipo de ideales puede repercutir de manera negativa en el entrenamiento, ya que va en contra de lo que realmente propone este tipo de prácticas centradas en el presente.
Para terminar, aún no podemos apresurarnos a decir que la atención plena y los adolescentes no tienen una buena relación o que el mindfulness no funciona. Lo que este estudio nos demuestra es que la atención plena practicada en un salón de clase no beneficia el bienestar mental de los adolescentes, como se esperaría, y menos en quienes tienen alto riesgo de padecer problemas de salud mental.
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