Audios o mensajes de texto: ¿qué es mejor para la comunicación?
En tu caso, ¿eres más de llamadas, audios o quizá de mensajes de texto? Según nos dicen varios estudios, una parte amplia de los millennials siente ansiedad a la hora de hablar por teléfono. Para conectar con ellos es mejor hacerlo por mensajes. En cambio, los baby boomers eluden las conversaciones largas por WhatsApp y son más de “mejor te llamo”.
Hay quien es más de diálogos que se teclean con los dedos, emojis e intercambios constantes de stickers y memes. Otros, por su parte, se deleitan con los audios, con esos mensajes de voz que en ocasiones adquieren una duración propia de un pódcast. Sea como sea, hay algo evidente y es el hecho de que nuestra forma de comunicarnos ya no se concibe sin un dispositivo de por medio.
Señalaba Noam Chomsky que las nuevas tecnologías, como las redes sociales, erosionarán a largo plazo las relaciones humanas. De hecho, tal vez lo estén haciendo ya. Lo cierto es que sustituir la comunicación biológica (y presencial) por la mecánica (y digital) ha sido un cambio notable para nuestra sociedad. Sin embargo, hemos de admitir que no todo son déficits, no todo son problemas.
La clave está en hacer un buen uso de estas ingenierías y saber qué mecanismos son más idóneos para conectar emocionalmente entre nosotros.
Los mensajes de texto tienden a generar malinterpretaciones y no siempre podemos obtener información válida de nuestro interlocutor.
Audios o mensajes de texto: los expertos nos recomiendan uno en concreto
Cuando compramos un teléfono lo último que nos preocupa es que nos sirva para hacer llamadas. Nos interesan más aspectos como la resolución de la cámara, los procesadores, la memoria, si es compacto y si la marca nos da confianza. Sin embargo, lo que más hacemos con nuestros móviles es, precisamente, comunicarnos los unos con los otros.
De entre todas las aplicaciones que tienen nuestros dispositivos, con la que solemos pasar más tiempo es WhatsApp. La herramienta reina de la comunicación nos permite conectar entre nosotros de varias maneras. Podemos hacernos llamadas, videollamadas, escribirnos y hasta publicar estados.
Ahora bien, algo que venimos preguntándonos desde el campo de la psicología es qué canal es más beneficioso, el de los audios o el de los mensajes de textos. Si bien es cierto es que usamos tanto uno como otro con total normalidad y alternancia, solo uno de ellos resulta especialmente beneficioso. Un estudio publicado en el Journal of Experimental Psychology nos revela de cuál se trata y por qué.
Los mensajes de voz son más íntimos y sinceros que los de texto. Además, confieren mayor cercanía entre los interlocutores.
Las notas de voz, cómodas y con mayor conexión emocional
Toda interacción que incluya el sonido de la voz humana favorece el vínculo social y emocional. Si bien es verdad que WhatsApp incluyó los audios en el 2013, su uso alcanzó su pico más elevado durante la pandemia. Los millennials y la población más joven prefiere este recurso porque es un método menos intrusivo que las llamadas y ofrece una mejor sensación de control.
Uno puede elegir cuándo y cómo escuchar esa nota de voz. Asimismo, a la hora de transmitirlos, nos confiere esa inmediatez con la cual hablarle a alguien a modo de reflexión e introspección cuando lo necesitamos. Un audio es, a veces, como un pensamiento en voz alta que uno regala a un amigo, a la pareja o alguien cercano.
Asimismo, no podemos dejar de lado el valor que tiene la voz en las relaciones humanas. Escuchar la tonalidad y la expresión vocal de ese ser cercano nos acerca mucho más a esa persona. Es más fácil también conectar emocionalmente entre nosotros mediante este canal.
Los mensajes de texto se malinterpretan más
Si tenemos que elegir entre audios o mensajes de texto a la hora de comunicar algo serio y trascendente, siempre es mejor optar por el primero. Lo ideal sería una llamada, pero dado que no toda la población se siente cómoda con ellas, lo recomendable es inclinarnos por las notas de voz en estos casos.
Es importante tener en cuenta que cuando enviamos mensajes de texto, se pierde gran parte del contexto y se abre la ventana a las malinterpretaciones. Muchas veces el sesgo de negatividad distorsiona la idea general que deseamos transmitir. Un ejemplo, cuando alguien nos pregunta algo y respondemos por mensaje con un escueto “sí” o “no”, estos tipos de respuestas se ven como amenazantes.
Los monosílabos como “vale, ok, sí o no” que no van acompañados de emojis o más palabras se ven demasiado rudos y secos. Cuando lo cierto es que no siempre tenemos tiempo de escribir más. Por tanto, los mensajes de texto son muy tendentes a originar ansiedad y malentendidos en las relaciones sociales, y por ello, es conveniente no abusar de ellos o elegir las notas de voz.
Enviar un audio nos asegura que la otra persona entenderá mucho mejor el mensaje que le queremos transmitir. En cambio, si enviamos un mensaje de texto, corremos el riesgo de que ciertos aspectos se entiendan mal.
Audios o mensajes de texto, la elección es nuestra, pero la ciencia se inclina por los primeros
Cada cual puede elegir el canal que más le agrade. Es más, al igual que abundan los que se sienten incómodos hablando por teléfono, hay quien experimenta ansiedad con las notas de voz. Les incomodan y no soportan la presión de tener que devolverlos.
Sea como sea, los expertos recomiendan sin duda el uso de este recurso. Las notas de voz no dejan de ser una creación nuestra, un mecanismo de expresión libre, sin textos predictivos que nos sugieren qué insertar, ni correctores editando nuestros errores y faltas de ortografía.
Con los audios, expresamos lo que deseamos, con sus pausas, sus suspiros, algunas palabras trabadas y razonamientos de lo más inspirados. Hablamos para nuestro interlocutor, pero también para nosotros mismos en voz alta. Es un ejercicio de lo más catártico que no deberíamos dejar de lado. Nosotros y nuestros seres queridos lo agradecerán, sin importar que, a veces, les enviemos auténticos pódcasts.
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