Autismo en adultos: retos psicológicos y sociales para alcanzar el bienestar
Cuando hablamos del trastorno del espectro autista (TEA) es bastante común pensar en los retos y necesidades de los más pequeños. Sabemos que una detección temprana mejora el desarrollo y la calidad de vida de este colectivo. Sin embargo, ¿cómo es el autismo en adultos? ¿Qué necesidades, qué tipo de apoyo y estrategias demanda un hombre o una mujer con esta condición neurobiológica?
Desde que mejoraron los criterios de diagnóstico en los años 90, no solo es posible identificar a los niños con TEA en los centros educativos. Desde esa década a esta parte, son muchos los adultos que pudieron encontrar una explicación a su comportamiento, una respuesta a sus particularidades y el origen de sus limitaciones personales.
Un detalle que no podemos olvidar es el siguiente: estamos ante un trastorno del desarrollo que abarca un amplio espectro de características y necesidades.
Tenemos personas con síndrome de Rett y síndrome de Asperger. Podemos tener adultos con autismo altamente funcionales y también, quien presenta una mayor dependencia, con limitaciones comunicativas severas, problemas en la interacción social y unos comportamientos repetitivos más acusados. Sea como sea, hay algo que debemos comprender.
La atención psicológica, la asistencia social y el derecho a la inclusión configuran esos ejes que nunca deben dejarse de lado. El autismo en adultos es una realidad que debe visibilizarse para poder garantizarles las respuestas que necesitan. Solo así alcanzarán esa plenitud y ese bienestar que toda persona merece.
Conozcamos más datos a continuación.
Los datos estadísticos nos dicen que es muy posible que cerca del 1 % de la población esté dentro del trastorno de espectro autista. Una detección temprana y un adecuado apoyo psicológico puede mejorar el futuro de este amplio colectivo de nuestra sociedad.
Autismo en adultos ¿cuáles son sus necesidades?
Es importante saber que la edad adulta ha sido un área de investigación desatendida a la hora de comprender mejor el trastorno del espectro autista (TEA). Afortunadamente, en los últimos años se está experimentando un notable interés y ahora, disponemos de más datos, de más recursos y conocimientos.
Todo ello se traduce en un gran objetivo: ofrecer una respuesta individualizada y experta a cada persona según sus necesidades. No obstante, dentro de la práctica clínica nos encontramos con un problema. Hay adultos con autismo altamente funcionales que desconocen aún que presentan esta condición.
Son personas independientes, con sus responsabilidades laborales y proyectos vitales que, a menudo, perciben que algo falla en ellos. Sin embargo, los problemas en la interacción social, la hipersensibilidad a los estímulos y la ansiedad suelen ser limitar seriamente su calidad de vida. De este modo, algo que debemos saber es que no hay dos personas con TEA que presenten las mismas características.
No obstante, y más allá de las singularidades de cada uno, el autismo en adultos interfiere en la realidad cotidiana de este amplio colectivo. La detección, una terapia temprana y personalizada garantiza cambios, mejoras y bienestar.
Veamos por tanto qué retos presentan y qué tipo de asistencia necesitan.
Consultar con psicólogos expertos en TEA (trastorno de espectro autista)
Si tenemos un familiar adulto con autismo o si sospechamos que nosotros mismos podríamos estar dentro del espectro, lo más adecuado es consultar con un profesional experto en este campo. ¿Qué es lo que puede aportarnos un psicólogo habilitado?
- Realizará una evaluación integral para identificar fortalezas y, sobre todo, las necesidades cognitivas, conductuales y emocionales del adulto con autismo.
- Se llevarán a cabo entrevistas con el entorno social del paciente.
- Asimismo, se valorarán exámenes médicos para descartar otras condiciones.
Autismo en adultos y tipos de terapia
La intervención psicológica en el adulto con autismo dependerá siempre de sus necesidades particulares. Así, y por término medio, suelen trabajarse los siguientes aspectos:
- Entrenamiento en comunicación y habilidades sociales.
- Integración de hábitos en la vida diaria.
- Modificación de determinadas conductas para favorecer su integración, bienestar y conducta social.
- Práctica de rutinas funcionales para que el adulto con autismo disponga de un adecuado sentimiento de seguridad y autonomía.
- Favorecer la integración laboral.
- Asimismo, también es esencial atender dimensiones como la ansiedad o los trastornos del estado de ánimo, como la depresión. No podemos olvidar que este tipo de realidades supone hacer frente a múltiples retos emocionales. De ahí, que la terapia cognitiva-conductual sea muy adecuada en estos casos.
- Por otro lado, también es clave la psicoterapia individual. Un hombre o una mujer con TEA necesita mejorar muchas de sus relaciones, ya sea a nivel afectivo, familiar y también a nivel laboral.
- No podemos olvidar tampoco que hay personas con autismo que presentan unas deficiencias cognitivas más graves. Pueden aparecer problemas de comportamiento, ahí donde el apoyo psicológico es esencial.
Apoyo a la familia y el entorno cercano
Por último, y no menos importante, hablar de autismo en adultos implica a su vez tener en cuenta al entorno familiar. Padres, madres, parejas, hijos… Saber cómo actuar o simplemente entender qué es el trastorno del espectro autista es, a su vez, un paso determinante para facilitar la vida del paciente.
En este aspecto, los psicólogos constituyen esa ayuda y ese soporte cotidiano al que poder preguntar y también con quien poder liberar miedos, dudas, ansiedad, estrés… En esencia, la realidad personal de este colectivo tan amplio de nuestra sociedad es complejo y singular, pero hay recursos, hay estrategias y personal experto que pueden ayudarnos y facilitar, poco a poco, una mejor calidad de vida.