Autofobia, el miedo a uno mismo
A la mayoría de nosotros el aislamiento nos produce cierto temor e incluso vértigo. Eso de enfrentarnos a la soledad y mirarnos cara a cara no suele ser fácil. Ahora bien, podemos sobrellevarla si estamos conectados a nosotros mismos. No obstante, existe un miedo aún más atroz la soledad o a la experiencia de estar solos conocido como autofobia. Cada persona puede experimentarlo de manera diferente; sin embargo, se caracteriza por un gran malestar cuando, quien lo padece, no está en compañía de otros.
Aunque no es uno de los trastornos más comunes, la autofobia afecta a todo tipo de personas. Sin importar la edad, el género o el contexto social. Cada vez son más los individuos que presentan un gran temor a no estar acompañados. En este artículo descubriremos cuáles son las principales causas de este problema y cómo combatirlo.
¿Por qué se presenta la autofobia?
En una época en la que pasamos más tiempo aislados de los demás que nunca, pero que, a su vez, nos sentimos “acompañados” -a nivel digital-, el miedo a estar solos emerge como un problema que afecta a un gran número de personas. La preguntas son ¿qué está sucediendo? ¿estar conectados digitalmente nos une o todo lo contrario? ¿Evitamos nuestros miedos a través de estar permanentemente conectados?
Cada vez nos cuesta más quedarnos a solas con nosotros mismos. Es como si tuviéramos la obligación de estar ocupados constantemente y si por casualidad no tenemos nada que hacer, nos buscamos cualquier tipo de actividad. Lo que sea con tal de evitar pensar en cómo nos encontramos y qué queremos hacer. Y es que, como cultura, nos tenemos miedo a nosotros mismos.
Hemos recibido el mensaje de que la soledad es nuestra gran enemiga, de ahí que busquemos la estimulación constante. Y aunque esto es cierto en casi todas las personas, cobra mayor intensidad en quienes padecen autofobia, ya que experimentan un gran malestar que, en ocasiones, deriva en una ansiedad irracional y severa.
Las personas que padecen autofobia padecen un fuerte sentimiento de ansiedad ante la perspectiva de estar solos o tener que realizar actividades sin acompañante. Así, los síntomas son similares a los de cualquier tipo de fobia: presión en el pecho, dificultad para respirar, pensamientos irracionales, sudoración, miedo a perder el control… Sin embargo, ¿por qué aparece este problema? Según los expertos, hay dos causas principales:
- Necesidad extrema de validación externa.
- Miedo u odio hacia uno mismo.
Veamos cada una de ellas.
1- Necesidad extrema de validación externa
La primera causa de la autofobia tiene que ver con nuestra condición de animales sociales. Las personas necesitamos en cierta medida sentirnos parte de un grupo, ya que esto nos proporciona una identidad y un objetivo. Sentirnos parte de un grupo es condición necesaria para nuestro desarrollo como personas. De hecho, se trata de uno de nuestros principales instintos.
Este miedo, según las investigaciones, aparecería cuando pensamos que enfrentarnos al resto podría implicar perder su aprobación y hacemos cualquier cosa con tal de obtener la aceptación. El problema es que no nos paramos a pensar que, en ocasiones, es importante manifestar nuestro desacuerdo, de lo contrario perdemos nuestra libertad y nos traicionamos a nosotros mismos.
Quienes padecen autofobia piensan que pasar una tarde a solas o no estar acompañados es un claro indicador de fracaso social. Sin embargo, esto no es más que una creencia irracional. Es prácticamente imposible estar con gente todo el tiempo.
2- Miedo u odio a uno mismo
La segunda causa de la autofobia es menos evidente, pero está detrás de gran parte del sufrimiento que provoca este trastorno. Para algunas personas, quedarse a solas con sus pensamientos es un castigo. Esto es especialmente cierto en el caso de aquellos que padecen obsesiones o que cargan con un pasado demasiado crítico. Sin embargo, puede ocurrirle a cualquiera.
Y es que, como cultura, hemos aprendido a no examinarnos a nosotros mismos. Observamos y etiquetamos a nuestros pensamientos, nuestros deseos y nuestras emociones como si fueran enemigos. Tratamos de sentirnos bien todo el tiempo y de esquivar lo que no nos gusta. Nos incomodan el malestar y el sufrimiento. Y no nos damos cuenta de que estos también nos definen y nos ayudan a crecer a nivel personal.
Por estas razones, las personas con autofobia odian estar a solas, ya que en parte no quieren escuchar todo aquello que su mente tiene que decirles. El mayor problema de esto es una obsesión extrema por mantenerse ocupado cuando no están con otros. Para ello, buscan distraerse con cualquier medio a su alcance. Incluso con actividades que no les satisfacen realmente.
En principio no hay ningún inconveniente en querer hacer muchas cosas. El problema viene cuando una actividad se realiza para evitar el dolor, en lugar de porque estimule de verdad. Al final, este mecanismo de evitación tiende a crear más malestar a largo plazo…
Cómo combatir la autofobia
Cuando se padece autofobia en realidad se experimenta un profundo malestar con uno mismo, fruto de una no aceptación. La tarea pendiente es descubrirse para quererse y tratarse con cariño, de lo contrario dependeremos de la aprobación de los demás.
Como ocurre con cualquier otro tipo de fobia, nuestra estrategia es evadirnos, escapar del malestar, del vacío que experimentamos ante nuestro no reconocimiento. Si se experimenta una fuerte ansiedad y una sensación de bloqueo o paralización, lo recomendable es acudir a un psicólogo. Técnicas como la terapia cognitivo conductual o la terapia ACT pueden ser muy útiles para combatir este problema.
No obstante, siempre podemos hacer algo para combatirla. Las siguientes claves pueden ayudarnos.
- Poner a prueba nuestras creencias. Los pensamientos irracionales sobre la soledad están muy presentes en la autofobia. Por ello, es importante chequear qué nos estamos diciendo a nosotros mismos sobre el hecho de estar solos para ponerlo prueba. Cuestionarnos suele ser un buen ejercicio para desterrar miedos y preocupaciones.
- Realizar algunas actividades en solitario. Por lo general, cuando nos enfrentamos a un miedo, pierde gran parte de nuestro poder sobre nosotros. Se puede empezar por pequeñas actividades hasta que, poco a poco, nos sintamos más cómodo.
- Identificar y reconocer nuestras fortalezas y debilidades. Conocernos implica la valiosa tarea de saber cuáles son nuestros puntos fuertes, pero también nuestras vulnerabilidades. Chequearnos y reconocer todo aquello que somos es importante para acompañarnos.
Como vemos, el amor propio es el mejor antídoto contra la autofobia. Apreciarnos es el sostén de nuestra salud emocional, un fuerte cimiento al que podernos agarrar para alcanzar el bienestar.
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- Fromm, E. (2005). El miedo a la soledad. G. Germani, Traductor.) Barcelona: Ediciones Paidós Ibérica, SA.
- López, P. (1996). Entrenamiento en un caso de fobia a la oscuridad y miedo a estar solo en la cama. Análisis y Modificación de Conducta, 22, 823-833.
- Nardone, G. (2003). Más allá del miedo: Superar rápidamente las fobias, las obsesiones y el pánico (Vol. 42). Grupo Planeta (GBS).