Autogestión, la clave de la asertividad

La autogestión juega un papel muy importante en nuestras metas. Posiciona y alimenta nuestra actitud, condicionando por el camino nuestra interpretación de la realidad.
Autogestión, la clave de la asertividad
María Alejandra Castro Arbeláez

Escrito y verificado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Última actualización: 22 febrero, 2020

¿Alguna vez te has imaginado qué pasaría si te conoces en profundidad? ¿Cómo cambiaría tu vida reflexionando sobre tus emociones? Hay habilidades que pueden ayudarnos en diversos ámbitos de nuestra vida. La autogestión es una de ellas.

A continuación, haremos un recorrido por esta increíble habilidad. Hablaremos de qué se trata, cómo desarrollarla y por qué es la clave de la asertividad. ¡Profundicemos!

“La habilidad de hacer una pausa y no actuar por el primer impulso se ha vuelto aprendizaje crucial de la vida diaria”

-Daniel Goleman-

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Autogestión, ¿de qué trata?

La autogestión se trata de un conjunto de habilidades encaminadas a la organización personal que nos ayudan a cumplir objetivos. Esta facultad aplica en el ámbito de desarrollo personal, psicológico, educativo y laboral. De hecho, es una competencia bastante buscada en este último ámbito.

Entonces, todos aquellos esfuerzos que nos sirven para la planificación y toma de decisiones de forma eficaz tienen que ver con la autogestión. Así, va encaminada a poder cumplir metas a través de procesos que lo propicien, teniendo en cuenta diversos factores:

  • Emocionales. Todo aquello relacionado con nuestro mundo afectivo, pues esto repercute en las áreas en las que nos desenvolvamos.
  • Cognitivos. Los pensamientos y conocimientos nos ayudan a llegar a nuestros objetivos.
  • Comportamentales. La interacción es fundamental para poder lograr lo que nos proponemos.

También, se trata de un proceso de autonomía, ya que la persona es quien administra lo que le sucede, cómo se relaciona y las decisiones que toma. Para ello, necesita de su criterio e implica responsabilidad y una constante reflexión en pro de mejorar.

Autogestión, ¿cómo desarrollarla?

Para desarrollar la autogestión, hay diversos caminos. Te mostramos algunos:

  • Responsabilidad. Se trata de que el ser humano se haga cargo de sí. Así, implica asumir las consecuencias y tomar decisiones.
  • Aprendizaje continuo. Se trata de tomar cada asunto como una forma de aprender, incluso de los fallos. Además, de estarse actualizando en conocimientos.
  • Tomar decisiones. Esta habilidad es inherente a las funciones ejecutivas, y es fundamental para conseguir llegar a la meta. Consiste en escoger la opción que más nos genere provecho. Sin dejar lo ético a un lado.
  • Evaluarnos de forma regular. Esto quiere decir que debemos estar en constante contacto con nuestros procesos para lograr aquello que nos proponemos, aprendiendo de todos nuestros aspectos.
  • Rendimiento. Significa realizar las tareas de acuerdo con nuestras posibilidades.
  • Compromiso. Con nuestras metas y responsabilidades.

La autogestión también implica dejar asuntos como la procrastinación a un lado. Entonces, consiste en estar centrados en el aquí y ahora para ser más productivos en cualquier ámbito de nuestras vidas.

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Autogestión: la clave de la asertividad

La autogestión nos pone en marcha para lograr la vida que queremos, pues aprendemos cada día de lo más profundo de nosotros. En el ámbito laboral, cada vez la necesitamos más porque tendemos a tener otro tipo de aproximación, por ejemplo, a distancia.

¿Por qué se trata de la clave de la asertividad? Cuando nos autogestionamos, emprendemos un viaje por lo más profundo de nuestro ser. Uno que nos lleva a saber cómo reaccionamos ante situaciones difíciles, cuáles emociones y pensamientos no sabemos gestionar, qué prejuicios tenemos, cuáles son nuestras mayores potencialidades y en cuáles queremos trabajar. Todo esto nos sirve para interactuar de manera efectiva con los demás.

Cuando somos asertivos, trasmitimos las ideas de la mejor manera, nos expresarnos de forma honesta, conociendo y defendiendo nuestros derechos sin dejar de respetar los de los demás. Esto nos permite aproximarnos de una forma sana al otro y a nosotros, lo cual nos facilita la vida.

La asertividad va conectada a la autogestión, porque no podemos interactuar eficazmente si no sabemos hacerlo con nosotros. Es complicado que lo hagamos si no comprendemos nuestros límites o si pisoteamos los de los de más. Se trata de un maravilloso balance.

También, puede parecer difícil, pero a medida que vamos construyendo un camino autónomo, responsable y que nos permita estar cerca de nosotros, iremos comprendiendo cómo conectar con los demás para potenciar las relaciones sanas. Además, nos permitiremos ir detrás de aquello que verdaderamente queremos, lo que implica salir de nuestra zona de confort, retirando sesgos y prejuicios.

En suma, la autogestión tiene que ver con dirigirnos a nuestros objetivos de manera eficaz. Una que no interrumpa nuestra autonomía, que respete nuestros límites y los de los demás, que haga de la interacción una forma de crecimiento y que ponga al servicio de los demás y de nosotros lo mejor que podamos dar.

Tomando decisiones, haciéndonos cargo de las porciones de responsabilidad que nos corresponden y controlando nuestras emociones y pensamientos en pro de nuestro bienestar. Además, como dice Daniel Goleman: se trata de una habilidad que nos impulsa al aprendizaje.

 


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