Carta para ti, que me cuidas desde el cielo
Hace tiempo que tenía le preciosa necesidad de compartir con el mundo, con la vida, que te extraño, cada día más y cada momento más fuerte. Momentos donde me encantaría que tu alma estuviese como antaño junto a la mía, sonriendo, compartiendo un amor que todos merecemos vivir, pero muy pocos saben sentir.
No hace falta que te diga que sé que me observas desde arriba, con tus alas abiertas desde el cielo. Un cielo donde se juntan las estrellas y el mar. Un cielo donde lo más puro se convierte en lo más corriente, donde tú brillas con todo tu esplendor. Sé que me cuidas desde arriba, y se que tu también me echas de menos.
“Cuando todos los astros se apaguen en el cielo, cuando todos los pájaros paralicen el vuelo cansados de esperarte, ese día lejano yo te estaré esperando todavía.”
-Jose Ángel Buesa-
Mi sentimiento hacia ti es eterno
Jamás pensé que se iba a quedar tan grabado el día que nos dejaste. Sin embargo, lo más duro para mí no es recordar ese tipo de cosas, es pensar en todo lo que estoy viviendo y en qué dirías o qué comentarías con cada experiencia o acontecimiento que me sucede.
Me encantaría hacerte tantas preguntas: ¿Estoy haciendo bien las cosas? ¿Me sigues aceptando como soy? ¿Estarías orgullosa de mí? ¿Sonreirías cuando te cuente mis historias? ¿Qué me aconsejarías cuando te cuente mis problemas? ¿Estarías feliz de saber que he logrado muchas cosas que soñaba? Son demasiadas preguntas que jamás tendrán una respuesta, al menos no una tangible.
Todos los días ruego para soñar contigo y que al menos ahí puedas decirme si estoy haciendo todo bien. Me gusta que aparezcas cuando más necesito un consejo, porque siempre estás en mi mente. De mil maneras siempre te llevo conmigo. Sé que sigues allí, acompañándome en cada momento
Sé todo lo que sientes por mí porque lo siento muy dentro, en mi corazón y que sale al exterior por cada poro de mi piel a modo de amor eterno. Desde allí arriba. Desde allí donde descansas, desde donde a todos los seres humanos que seguimos aquí abajo viviendo y aprendiendo, regalas el don de la eternidad.
Allí arriba donde dicen, y tu me muestras con tu recuerdo, que todo es mejor. Donde reina la paz y las luces vitales se hacen más brillantes por cada paso que das. Pasos que das para hacerme sentir segura, que me extrañas, que deseas que esté bien.
Pasos que muy firme me permiten apoyo para continuar hacia delante. Da igual lo que me ocurra y lo que suceda en mi vida. Da igual que barreras se alcen en mi camino. Tu siempre estarás ahí y estás para guiarme.
Sé que no quieres que me estanque por haberte perdido, y soy consciente de ello desde el primer momento que te perdí. Ese momento en el que alzaste tus preciosas alas, esas alas llenas de luz, de amor por la vida y por mí. Esas alas que nos permitieron a ambas estar juntas, seguras, amadas, queridas y comprendidas.
Te recuerdo cada día
Todos me dicen que siga adelante. Que no mire atrás tan solo, como decías tú, para coger carrerilla y conseguir todo lo que me proponga. Pero se me hace difícil. Cada paso cuesta porque no estás, y no puedo evitar desear dormir y soñar que estás a mi lado otra vez. Un sueño que sé tu también sientes pero sabes esperar porque comprendes.
Siempre comprendiste la vida, su esencia y hermosura. Quién mejor que tu para acompañarme para aprender a sentirme viva. Tu canto, tus ojos, tu belleza, tu alma y sobre todo tu corazón. Todo lo que su ausencia me hace estar viviendo una realidad diferente en la que no estás tangible, y ya no volverás a estar…
¿Sabes qué? Sigues siendo la primera alma en la que pienso cuando algo estupendo me sucede, cuando deseo compartir, hablar, o cuando necesito ayuda. Y es cierto que ahora solo puedo hacerlo en mis sueños, cuando me pongo las manos en el pecho y siento los latidos de mi corazón.
Me faltó tiempo, demasiado tiempo para continuar disfrutando de la vida junto a ti. Y no sabes cuanto me arrepiento de no haber sido mejor para ti. Sé que hice las cosas bien, o todo lo bien que en ese momento creía. Pero nunca fue ni será suficiente para un ser tan excepcional como tú.
Te confieso que se me hace raro estar aquí y vivir todo sin que tu estés a mi lado. Se me hace extraño ir a tu habitación y no verte, sentirte, y no disfrutar tu sonrisa al verme y alegría. Te diré que es como vivir una situación totalmente ajena a mi corazón, donde no entiendes el por qué de la misma.
Eres mi ángel, mi ejemplo
Aún así, tranquila, porque sé muy bien que sigues ahí, a mi lado, cuidándome y acompañándome a cada paso que doy como siempre hiciste. Por todo eso, eres y serás siempre mi eterno ángel. Ese ángel de luz que todos los seres humanos tenemos en nuestra vida y nos acompaña.
Un ser espléndido y único que a pesar de no estar junto a mí, al menos físicamente y en la distancia, de no poder verte y escucharte, u olerte y sentirte, consigue invadir con su recuerdo y esencia mi alma, en cada momento en el que consigo ser fuerte o no…
Desde la tierra, desde donde piso y coloco con fuerza mis pies te dedico todos mis logros. Cada momento increíble es para ti y solo para ti. Porque lo comparto con aquellos que amo, claro que sí, y que siguen a mi lado. Tú tienes el poder de haberme hecho mejor persona, de haber hecho brillar mucho más aún mi corazón.
Por eso millones de gracias por ser siempre y eternamente tú. Porque continuamente pretendo seguir tu ejemplo y convertirme en alguien tan bueno y bondadoso como fuiste y eres tu.
Por ser ese ángel que nos ilumina entre todos aquellos que seguimos mirando al cielo, y dando gracias por habernos sentido tan vivos con ellos y ayudarnos a ser como somos. Porque nunca, jamás dejaré de mirar hacia arriba, hacia las estrellas y el cielo. Donde estás tú.
Tengo la sensación de que se me queda una cosa más por decirte: TE QUIERO. Es importante decirlo muchas veces durante la vida porque después te arrepientes. TE QUIERO, TE EXTRAÑO y te doy las gracias por hacerme mejor persona durante toda tu vida.
“Creo que si miráramos siempre al cielo, acabaríamos por tener alas.”
-Gustave Flaubert-