La meditación, el lugar en el que nuestro cerebro encuentra paz

La meditación, el lugar en el que nuestro cerebro encuentra paz
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 12 agosto, 2019

 

Usar la meditación para relajarse y liberar el estrés es una práctica que cada vez se está poniendo más de moda por sus evidentes beneficios para nuestra salud mental. Sin embargo, es la meditación consciente la práctica que más atención está recibiendo, porque sus beneficios están mostrando ir más allá de la liberación del estrés.

La meditación consciente parece ayudar no solo a solucionar problemas psicológicos, sino también físicos, como problemas como de hipertensión, dolor crónico, psoriasis, además de problemas de sueño, ansiedad y depresión. También se ha demostrado que estimula la función inmunológica y ayuda a dejar de comer compulsivamente.

Pero, además de todo esto, se ha demostrado que la meditación, especialmente la meditación consciente o mindfulness, ayuda mejorar la función cerebral.

 

Estudios sobre meditación y funciones cerebrales

 

Un nuevo estudio realizado en la Universidad de California sugiere que uno de los efectos de todo esto enfocado y reorientación es el aumento de la conectividad cerebral. Los investigadores compararon la actividad cerebral de los voluntarios después ocho semanas de entrenamiento de la reducción del estrés basado en la atención plena con la de voluntarios que no pasaron por este tipo de práctica.

Las imágenes por resonancia magnética funcional mostraron conexiones más fuertes en varias regiones del cerebro, especialmente los los relacionados con la atención y el procesamiento auditivo y visual.

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En otro estudio posterior realizado en el Hospital General de Massachusetts, los investigadores usaron imágenes por resonancia magnética para documentar el antes y el después de los cambios en materia gris del cerebro. Los investigadores descubrieron que la meditación podría cambiar literalmente el cerebro, haciéndolo crecer de manera importante y mejorando con ello todas las funciones cerebrales.

Los investigadores explican que encontraron diferencias en el volumen del cerebro después de ocho semanas de meditación en cinco regiones diferentes en los cerebros de los dos grupos estudiados. En el grupo que practicó la meditación se encontró engrosamiento en cuatro regiones:

La principal diferencia la encontraron en la cingulada posterior, que está implicado en la mente errante, y la auto-importancia .

También hallaron diferencias en el hipocampo izquierdo, que ayuda en el aprendizaje, la cognición, la memoria y la regulación emocional.

La unión temporo parietal, que está asociada con la toma de perspectiva, la empatía y la compasión, también había aumentado

Por último, observaron modificaciones en el pons (puente troncoencefálico) un área de la base del cerebro donde se producen una gran cantidad de neurotransmisores reguladores .

También encontraron modificación de la  amígdala, la parte del cerebro donde se desencadenan las reacciones relacionadas con la lucha o huida, que es importante para la ansiedad, el miedo y el estrés.

Esa zona se hizo más pequeña en el grupo que pasó por el programa de reducción de estrés basado en la atención plena, también conocido como mindfulness, un tipo de meditación consciente. El cambio en la amígdala también se correlacionó con una reducción importante en los niveles de estrés.

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Meditación y cambios genéticos

 

Por el momento, los científicos solo pueden especular sobre la relación entre estos cambios en el cerebro y los beneficios para la salud asociados con la meditación consciente. Pero estas investigaciones se suman la creciente evidencia de que las prácticas de meditación pueden alterar el cuerpo en un nivel fundamental, incluso a nivel genético.

En este sentido, se está estudiando la respuesta de relajación que provoca la meditación, y como el estado de relajación profunda que provocan las técnicas de relajación (incluyendo el mindfulness y el yoga) pueden convertir ciertos conjuntos de genes en las personas que los practican con regularidad; genes podrían estar implicados en la forma en la que el cuerpo controla los radicales libres, los procesos de inflamación y la muerte celular.


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