Cinco claves para educar en sexualidad
Estamos acostumbrados a transmitir a nuestros hijos cariño, afecto y una educación basada en conocimientos y consejos. Pero tan importante es recibir conocimientos acerca del mundo que le rodea como de ese otro universo más privado, esa dimensión de los sentimientos, emociones y expresiones del propio cuerpo, ahí donde tanto el amor y el sexo son indispensables también para conformarse como una persona íntegra y feliz. Educar en sexualidad es también una forma de apreciar la vida, donde es indispensable saber entender, analizar y cuidar de nuestros cuerpos y nuestras relaciones.
EDUCAR PARA PREVENIR, EDUCAR PARA SER FELICES
Como padres, orientadores o profesores, sabemos que educar a los adolescentes en materia de sexualidad tiene varios fines, los primeros son prevenir embarazos no deseados, prevenir enfermedades de transmisión sexual y también, formar a nuestros jóvenes en valores y sentimientos positivos acerca de la sexualidad, una expresión que implica a dos personas donde deben saber entender, comprender y respetar. Para educar a nuestros adolescentes en el área de la sexualidad requiere en ocasiones revisar y valorar nuestras propias ideas sobre el tema, para, de este modo, acercarnos a ellos de forma sencilla y accesible, donde no encuentren barreras, sino confianza. ¿Cómo conseguirlo?
CLAVES PARA EDUCAR EN SEXUALIDAD
1. La educación en sexualidad no debe iniciarse exclusivamente a los 11 o 12 años, es decir, en esas edades en que aparece por ejemplo la primera menstruación, en esos momentos en que vemos que nuestros jóvenes empiezan a abrirse al mundo y a requerir más independencia. Educar en sexualidad requiere tener confianza con nuestros hijos, libertad para que ellos puedan expresarse, preguntar y comentar. La confianza debe empezar a conseguirse desde que son pequeños mediante un estilo de educación democrático, donde las preguntas siempre sean cómodas, donde las normas se dialoguen, donde no se limite únicamente a imponer sino también se favorezca la comunicación y la escucha. La sexualidad no debe ser un tabú en la familia ni una palabra prohibida, de ese modo pueden aparecer problemas en nuestros jóvenes, donde jamás tendremos su confianza, sino más bien la evitación.
2. No infravalorar los sentimientos de los adolescentes. En ocasiones, nuestros adolescentes sufren desengaños amorosos, nuestros jóvenes son cada vez más precoces y es posible que tengamos niños con 11 o 12 años que ya saben lo que es enamorarse y ser rechazado o abandonado. Lo último que debemos hacer es menospreciar esa experiencia, dejar caer comentarios como “eso no es nada, eso es una tontería”. Jamás debemos caer en esos errores, sus sentimientos están a flor de piel y las primeras experiencias nunca se olvidan, son muy importantes. Debemos estar ahí para apoyarlos en todo momento, dándoles comprensión sin sancionar, dando estrategias y ofreciendo apoyo.
3. Los adolescentes pasan por varias etapas antes de iniciarse en el sexo, en primer lugar atraviesan un periodo de introspección hacia su propio interior en busca de su propia identidad, de sus sentimientos, de su autoconcepto, su identidad sexual…un proceso en el que poco a poco van abriéndose a sus iguales, a sus compañeros de clase y a sus amigos. Los padres hemos de ser conscientes de sus relaciones, de sus necesidades, apoyarles ante cada duda, cada pregunta… intentemos en la medida de lo posible no dejar al adolescente que se encierre todo el día en su propia habitación, pendiente de su ordenador, de las redes sociales…etc. Debe haber siempre un momento del día donde poder hablar, valorar la jornada, ahí donde aparezcan los comentarios sobre sus amigos/as, sus relaciones, de ese modo podremos intuir su propia maduración.
4. Educar para la amistad y para el amor es esencial para un correcto desarrollo en la sexualidad. Siempre es recomendable que asocien al sexo el amor y la afectividad, a una expresión de sentimientos, donde exista comprensión y respeto. La introducción en el mundo de los anticonceptivos debe hacerse de modo normal, las primeras relaciones sexuales suelen darse entre los 14 y 17 años, de ahí que sea recomendable que les ofrezcamos con normalidad algún anticonceptivo explicándoles el correcto funcionamiento, dándoles confianza para que aparezcan preguntas, es más, los expertos recomiendan incluso que les comentemos experiencias propias en sus mismas edades para hacerles ver que las dudas siempre son normales y hasta necesarias.
5. Los mitos no son ciertos: Debemos tenerlo en cuenta, los colegios no ofrecen toda la información ni toda la educación, los padres también son indispensables. También hemos de tener en cuenta que los “adolescentes no lo saben todo”, el que tengan acceso a internet no va a solucionar todas sus dudas, en absoluto, los jóvenes necesitan apoyo y confianza para que puedan hacer preguntas. Los niños obtienen mucha información por muchos ámbitos: televisión, amigos, redes sociales… pero recordemos que el 70% de esa información no es útil.
La clave de la verdadera protección, salud, y comprensión de la sexualidad, es el propio conocimiento, y nosotros se la podemos facilitar si contamos con su confianza.