Cinco minutos bastan para soñar toda una vida
Cuando miras a los ojos a una persona que te gusta, un segundo antes de posar tus labios sobre los suyos, el tiempo se paraliza, parece que todo es más lento, que puedes soñar y no despertar, y más tarde al recordar ese momento tienes la impresión de que ha sido fugaz.
Sin embargo, un día en el que nos comunican una mala noticia como el fallecimiento de una persona parece que los segundos se alargan varias eternidades y que el tiempo transcurre espeso y lentísimo ante nuestros ojos.
La percepción del tiempo
Podemos decir que existe un tiempo cronológico y un tiempo subjetivo que es el que percibimos en función de lo que nos transmite cada momento. Ese tiempo subjetivo supone que tengamos una noción de pasado, presente y futuro y lo utilizamos para entender la duración de los acontecimientos y situarlos en un momento determinado.
“No duermas para descansar, duerme para soñar, porque los sueños están para cumplirse”
-Walt Disney-
Nuestra sensibilidad en relación al tiempo influye también en tareas mentales como pensar en solucionar un problema, tomar decisiones o planificar el futuro. El psicólogo John Wearden, sostiene que la percepción del tiempo está relacionada con la memoria y la vista.
Si subjetivamente tienes la sensación de que el tiempo pasa despacio verás más cosas y recordarás mejor. El psicólogo Hudson Hoagland observó ya en 1920 que la percepción del tiempo se relacionaba con la temperatura corporal.
La esposa de Hoagland estaba enferma y tenía fiebre, él salió un momento y su esposa percibió que había tardado mucho en volver. Entonces Hoagland le hizo contar 60 segundos cada día y se dio cuenta de que cuanta más fiebre tenía más rápido contaba, es decir, cuando aumentaba la temperatura su reloj interno iba más rápido.
Una experiencia nueva activa nuestras neuronas
El neurocientífico David. M Eagleman está especializado en el estudio de los fenómenos relacionados con la percepción del tiempo por el cerebro humano. Realizó varias resonancias magnéticas y llegó a la conclusión de que cuando una experiencia es nueva o sorprendente, la actividad de nuestras neuronas para registrarla aumenta.
“Un día despertarás y descubrirás que no tienes más tiempo para hacer lo que soñabas. El momento es ahora. Actúa”.
-Paulo Coelho-
Ese fenómeno se debe a que prestamos más atención y guardamos los detalles en nuestra memoria, que en en los casos de experiencias nuevas es más densa. Cuando recordamos una experiencia nueva nos parece que duró mucho más.
Frena el tiempo para soñar
No podemos detener el tiempo, pero sí aprovechar al máximo cada segundo, ser conscientes de cada instante y sentirnos vivos. Todo lo que ocurre a nuestro alrededor, ya sea bueno o malo, nos enseña algo y si nos paramos un momento podremos aprender y recordar la lección.
Los segundos, horas, días, semanas, meses y años pasan implacables y nos los podemos parar. Lo que sí podemos hacer es ayudar a nuestro cerebro para que el paso de tiempo sea más lento y nos permita soñar. Estas son algunas formas para lograrlo:
Nunca dejes de aprender. Tener la curiosidad de un niño, explorar el mundo, hacernos preguntas, leer, nos permitirá activar nuestro cerebro y nuestra memoria y tendremos la sensación de que el tiempo transcurre más lento.
Descubre nuevos lugares. Visitar nuevos lugares, salir de tu rutina, viajar y conocer el mundo, te abrirá la mente y pondrá a trabajar a tu cerebro que guardará toda esa información del viaje y te transmitirá que el tiempo pasa más despacio.
Atrévete a conocer a otras personas. Nos movemos siempre en los mismos círculos de personas y creamos una rutina. Amigos, familiares, conocidos, compañeros de trabajo suelen ser siempre los mismos. Sal ahí fuera y habla con personas nuevas, deja que te descubran y atrévete a conocerlas.
Sigue a tu corazón y a tu intuición. Nos detenemos muchas veces en pensar demasiado para tomar decisiones sin darnos cuenta de que cuantas más opciones tenemos, más confusos nos podemos sentir. Sigue a tu corazón y a tu intuición, aprende a ser espontáneo, a soñar y disfruta de cada momento.
Puedes soñar una vida entera en un minuto y hacer que ese minuto se alargue y se extienda en miles de momentos. Es posible recordar un instante y que permanezca en nuestra memoria para sentir cómo olía, cómo latía nuestro corazón o quién nos acompañaba.
“Estar contigo o no estar contigo, esa es la medida de mi tiempo.”
-Jorge Luis Borges-