Claves para reducir el egocentrismo
El egocentrismo es una característica principal de la etapa infantil. La incapacidad para percibir el mundo desde una perspectiva diferente a la propia es común en los niños. No obstante, cuando no se produce un correcto desarrollo emocional, este comportamiento puede trasladarse a la edad adulta, donde puede proyectar serios problemas inter e intrapersonales.
Es que, al contrario de lo que a simple vista pueda parecer, las personas egocéntricas son infelices y se sienten inseguras. El sufrimiento que causan en su entorno con sus conductas es solo un reflejo de su inestabilidad y desasosiego interno. Es posible revertir esta situación, pero solo en la medida en que el principal implicado tome conciencia y decida hacer cambios.
¿Cómo son las personas egocéntricas?
Muchos de nosotros hemos tenido en algún momento el infortunio de cruzarnos con una persona egocéntrica. Si nuestro contacto ha sido superficial, su presencia habrá quedado en nuestra memoria meramente como una anécdota desagradable.
Sin embargo, para quienes establecen relaciones profundas con estos individuos las consecuencias pueden ser devastadoras. Ya que, si te vinculas con alguien que solo se mira a sí mismo, terminarás sintiéndote invisible.
Las personas egocéntricas se sienten el centro del mundo (y también la periferia). Piensan constantemente en sí mismos y se consideran importantes y especiales. Su única preocupación son sus propias opiniones e intereses, y no dudan en ignorar y menospreciar los pensamientos y sentimientos ajenos.
Son individuos déspotas, arrogantes y manipuladores. Se muestran excesivamente confiados y seguros de sí mismos. Sus relaciones personales se basan en el beneficio que de estas puedan obtener. El egocéntrico nunca mostrará reciprocidad, pues se ocupa únicamente de sus necesidades.
Estas personas suelen tener fantasías de éxito y poder. Creen que poseen un potencial ilimitado que, en cualquier momento, los conducirá al éxito más brillante. El culto al yo que profesan es tan elevado que puede volverlos completamente carentes de empatía.
La realidad del egocentrismo
Por todo ello, las personas egocéntricas se muestran ante los demás con una máscara de seguridad. Aparentan tener una enorme autoestima y una elevada confianza. Fingen ser independientes, autosuficientes, infalibles y exitosos.
Pero la realidad es que tras este velo se ocultan grandes inseguridades y carencias. Su pose de arrogancia y prepotencia es una mera sobrecompensación de su temor a que los demás descubran que son insuficientes. Pues esto es lo que verdaderamente piensan de sí mismos.
Su autoestima es frágil, por ello son hipersensibles a las más mínimas críticas. Exhiben su personaje ficticio para lograr la aprobación que ellos mismos no se dan, y que en el fondo sienten que no merecen. Se relacionan desde la manipulación, el control y el chantaje, porque no creen tener lo necesario para ser amados y aceptados un vínculo igual y reciproco.
¿Cómo reducir el egocentrismo?
Como vemos, el egocentrismo es una cualidad que genera sufrimiento tanto en el individuo egocéntrico como en aquellas personas cercanas. Es posible reducir o eliminar esta actitud y los comportamientos asociados, a través de distintas intervenciones:
- Será necesario modificar las distorsiones cognitivas que la persona egocéntrica tiene sobre sí misma. Ajustar a la realidad sus percepciones de importancia, grandeza e infalibilidad. Para ello habrá que llevar a cabo un proceso de reestructuración cognitiva, abordando los esquemas disfuncionales.
- Trabajar en lograr una autoestima saludable favorecerá que el individuo aprenda a darse a sí mismo un mérito y una aprobación reales. De este modo no será necesario proyectar el personaje ficticio para lograr las alabanzas y el reconocimiento externo.
- Por último será importante desarrollar la empatía y la capacidad de percibir los puntos de vista ajenos. El egocéntrico habrá de aprender a desviar el foco de sí mismo para hacerse más consciente de las opiniones, sentimientos y necesidades de quienes le rodean.
Finalmente, como seres sociales, todos deseamos y necesitamos mostrarnos verdaderamente ante los otros, así como establecer conexiones interpersonales íntimas y reales. Si nos escondemos tras una máscara, si nos negamos a mirar la realidad de los demás, nos estaremos condenando a vivir una vida solitaria, insatisfecha e irreal.
Aprendamos a aceptarnos como somos para poder mostrarnos sin mentiras. Permitámonos mirar a los demás y que estos nos miren. Los muros nos protegen, pero también nos aíslan.
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- Stark, M. (1988). Egocentricity, Coenocentrism, and the Nature of Human Fulfillment. Journal of Religion and Health, 27(3), 177-194. Recuperado 27 Febrero, 2020, de www.jstor.org/stable/27505974
- http://www.psicologia-positiva.es/wp-content/uploads/2015/09/AUTOESTIMA-SANA-UNA-VISI%C3%93N-BASADA-EN-LA-INVESTIGACI%C3%93N-ELIA-ROCA.pdf