7 estrategias para mejorar la empatía

¿Te gustaría fortalecer tus relaciones con los demás? Debes aprender a ponerte en su piel. Aquí te ofrecemos algunas claves para mejorar tu empatía.
7 estrategias para mejorar la empatía
María Alejandra Castro Arbeláez

Escrito y verificado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Última actualización: 17 mayo, 2023

La empatía es ese hilo invisible que nos une con otras personas. Es fundamental potenciar esta capacidad, ya que conlleva importantes beneficios: nos ayuda a establecer vínculos sólidos y satisfactorios, potencia nuestra inteligencia emocional y contribuye a nuestro bienestar integral.

Eso sí: desarrollarla supone un trabajo de tiempo completo. Se requiere de un proceso continuo para convertirse en una persona más empática. En este sentido, resulta necesario apelar a la escucha activa, entrenar la tolerancia y no dejarse llevar por los prejuicios. ¿Quieres profundizar en las técnicas para mejorar tu empatía? Continúa leyendo.

Breve definición de la empatía

A grandes rasgos, existen dos tipos de empatía: la empatía cognitiva y la empatía emocional. De acuerdo con importantes investigadores de la neuropsicología como Daniel Goleman, la empatía cognitiva implica tomar consciencia de los pensamientos y motivaciones. Lo que es lo mismo, ponerse en los zapatos de la otra persona. Por su parte, la empatía emocional hace referencia a la capacidad de sintonizar con las emociones de los demás: compartir la experiencia.

Es a partir de la complementación de ambos tipos que conseguimos comprender a las otras personas desde sus perspectivas personales y no desde la propia, además de adquirir herramientas valiosas para resolver conflictos de forma pacífica.

Por otro lado, la empatía es un constructo complejo, pero con una base biológica innegable. Las neuronas espejo, ubicadas en la corteza cerebral premotora, juegan un papel más que relevante en los comportamientos empáticos.

7 consejos para mejorar la empatía

Es cierto que a algunas personas les resulta muy sencillo interactuar desde la empatía. Pero para otros, es más complicado y tienen que esforzarse para lograrlo. A continuación, mencionamos algunas de las pautas para favorecer su desarrollo.

1. Pensar en el otro

La empatía es el arte de ponernos en el lugar del otro. Una forma de cultivarla es, sencillamente, pensar en la otra persona. Así podremos conectar de una forma más genuina con ella.

Esto quiere decir plantearnos qué opinaría, cómo actuaría o qué diría. Además, es importante considerar cuál es su historia, qué dificultades ha atravesado y qué metas persigue.

2. Salir de nuestro mundo

Otro aspecto para mejorar la empatía es dejar de creer que somos el centro del universo. Durante los últimos años se ha popularizado el término sesgo de egocentrismo emocional. Alude a la tendencia de confiar en exceso en el propio punto de vista al momento de examinar eventos y perspectivas emocionales en los demás.

Si bien es cierto que algunos asuntos nos pueden incomodar, a veces es productivo el esfuerzo de ceder y darnos cuenta de que todos cometemos errores. Asimismo, es fundamental ser consciente que nadie es poseedor de la verdad absoluta, sino que existen tantas realidades como personas en el mundo. Abandonar ese egocentrismo nos permitirá ser más tolerantes y compasivos.

Para salir de nuestro mundo, podemos empezar por escuchar de verdad al otro.

3. Practicar la escucha activa

Saber escuchar hace la diferencia. Pero esto no se reduce a oír las palabras del otro; la escucha activa supone estar presente en la conversación. Algunos investigadores la consideran una herramienta clave al momento de desarrollar la empatía, así como mejorar las relaciones interpersonales.

De cara a mejorar esta habilidad comunicativa superior, es importante tener en cuenta lo siguiente:

  • No interrumpir.
  • Mirar a los ojos.
  • Tomar una postura corporal de apertura.
  • Escuchar el mensaje sin juzgar.
  • Atender a los movimientos del cuerpo y gestos faciales.


4. Leer entre líneas

En sintonía con el punto anterior, es esencial leer entre líneas. Es decir, ir más allá de las palabras que enuncia la otra persona. Estar pendientes de la comunicación no verbal y de su lenguaje corporal, nos aportará información sobre cómo se encuentra.

Se trata de captar el trasfondo y las emociones no expresadas de forma literal, que sostienen el mensaje. Pues este puede ser comunicado con felicidad, con miedo, con tristeza, con decepción.

5. Decir adiós a los prejuicios para mejorar la empatía

Solemos pensar que nuestra forma de pensar es la única válida. El problema es que si no nos ponemos en duda, rechazaremos toda opinión diferente. Tal y como señala un trabajo divulgado en Frontiers in Psychology en 2020, existe una relación inversa entre los prejuicios y las emociones empáticas.

A menudo nos dejamos atrapar por las suposiciones y los prejuicios. Damos por sentado que el otro debería reaccionar emocional y cognitivamente como lo haríamos nosotros, cuando lo que deberíamos hacer es focalizarnos en que la persona que tenemos enfrente tiene una historia personal y, por ende, un modo particular de ver el mundo.

6. Cultivar el interés genuino por los demás

El reconocido psicólogo especializado en inteligencia emocional, Daniel Goleman, destaca la importancia de demostrar un auténtico interés en las experiencias de los demás, de camino a mejorar la empatía.

Apelando a la curiosidad, podemos buscar la cercanía con las personas que nos rodean e incluir a la conversación comentarios personalizados, siempre y cuando el otro lo permita. En este sentido, hacer preguntas del estilo: «¿cómo te fue en el examen?» o «¿cómo te sientes en tu nuevo trabajo?» es de gran utilidad para fomentar una mayor comprensión y así fortalecer nuestros vínculos.

7. Jugar a ponerse en muchas pieles

Las personas que hacen teatro suelen tener muy desarrollada la empatía. Esta actividad los obliga a disociarse de sí mismos por un rato, y reflexionar en las respuestas emocionales ajenas. Por ejemplo, cuando un actor interpreta a un personaje, debe considerar los rasgos de personalidad, los miedos y las motivaciones del mismo.

¿Qué tal si intentas tomar el lugar de algún familiar, amigo o personaje de una película, y pensar cómo se sentiría o actuaría en una situación específica? ¡Tómalo como un juego! Recuerda que el fin es volverte una persona más empática con tu entorno.

Empatía no es sinónimo de simpatía

A menudo se confunden dos conceptos que, si bien tienen puntos en común, no son lo mismo: simpatía y empatía. La simpatía supone una vivencia positiva del mundo emocional de la otra persona y al coincidir con ella, tendemos a acercarnos con amabilidad. En cambio, la empatía implica respetar los sentimientos y pensamientos ajenos, los compartamos o no.



Esta diferencia es significativa, ya que es habitual que supongamos que estamos empatizando con alguien cuando, en realidad, no lo estamos haciendo. Ser amable con los demás no nos convierte en empáticos. Para lograr serlo, es importante dar un paso más, comprender a la otra persona desde su perspectiva y no desde la nuestra.

Ser empático es ver el mundo con los ojos del otro, y no ver nuestro mundo reflejado en los ojos de él.

– Carl Rogers –

Con paciencia y dedicación es posible mejorar la empatía

La empatía nos permite conectar con los demás y fortalecer nuestros vínculos con ellos. Razón más que suficiente para trabajar en ella. ¿Verdad?

No obstante, es fundamental saber que para comprender los procesos cognitivos y emocionales de los que nos rodean necesitamos tiempo y, por sobre todo, emplear ese tiempo de forma paciente. Al fin y al cabo, ponerse en los zapatos del otro no es algo que se pueda tomar a la ligera ni mucho menos lograr de un instante al otro.


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