Cómo aumentar la seguridad en uno mismo

Cuando no confiamos en nosotros mismos nos saboteamos y nos impedimos alcanzar el éxito que merecemos. Si deseas saber cómo aumentar tu seguridad, a continuación te lo contamos.

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz.

Escrito por Elena Sanz

Última actualización: 24 mayo, 2022

Existen en el mundo millones de personas con un potencial inmenso para ser felices y exitosas que, sin embargo, no logran ninguna de las dos cosas. Todos hemos conocido a alguien que pese a ser inteligente, válido y estar repleto de virtudes saboteaba sus propias oportunidades por miedo. La falta de seguridad en uno mismo nos impide vivir la vida que deseamos y para la que tenemos todo lo necesario.

Como dijo Henry Ford: “tanto si crees que puedes hacerlo como si no, en los dos casos estás en lo cierto” . Y es que las creencias que sostenemos sobre nosotros mismos pueden alzarnos o hundirnos. Por ello, es imprescindible hacernos conscientes del autosabotaje y trabajar nuestra autoestima de modo que dejemos de ser nuestro juez más crítico y nos convirtamos en nuestro mayor admirador.

¿Cómo aumentar la seguridad en uno mismo?

Estamos cansados de escuchar frases manidas que nos invitan a amarnos y aceptarnos, a luchar por nuestros sueños y a creer en nosotros mismos, sin que nos digan nunca cómo se hace eso. ¿Cómo voy a amarme de un día para otro tras años odiando mis defectos?  ¿Cómo hacerlo si en lo más profundo de mi interior no siento que sea una persona valiosa?

Pues bien, no existe ninguna varita mágica capaz de hacer que la confianza en ti mismo aumente en un segundo. El único que tiene la llave para abrir esa puerta eres tú mismo y para lograrlo has de generar varios cambios. No obstante, con motivación y constancia puedes aumentar tu seguridad y comprobarás como tu vida cambia radicalmente. A continuación te compartimos algunas pautas para lograrlo.

Cambia tu diálogo interno

A través de nuestros pensamientos las personas nos dirigimos mensajes a nosotras mismas. Nos recriminamos o nos felicitamos, nos juzgamos, comentamos nuestras actuaciones. Este diálogo interno muchas veces es automático y no nos percatamos de la cantidad de comunicaciones negativas que nos enviamos a lo largo del día.

Si quieres aumentar tu confianza en ti mismo tienes que modificar la forma en que te hablas. Sé indulgente, comprensivo y amoroso contigo mismo. Comienza a hablarte sobre lo que haces bien y enfoca tus errores como oportunidades de crecimiento. Si te machacas y te castigas mentalmente de forma constante es imposible que creas en ti mismo.

Piensa en un niño al que sus padres continuamente le señalan sus fallos y le asignan etiquetas negativas. El pequeño crecerá sintiéndose inseguro y poco válido. Por el contrario, si refuerzan sus éxitos y le apoyan y guían en sus fracasos, el infante se sentirá seguro y amado. Del mismo modo ocurre con nuestros pensamientos.

De forma adicional puedes crear una lista de afirmaciones y repetirlas ante el espejo cada día. Plasma en ellas aquello que deseas lograr, en primera persona y tiempo presente. Por ejemplo: soy una persona segura, confío en mis capacidades y vivo sin miedo. El cerebro se cree lo que le contamos, repetir cada día estas sentencias ayudará a fortalecer tu nueva forma de pensar sobre ti mismo.

Actúa como si

Una de las herramientas más eficaces para generar un cambio consiste en comenzar a actuar como si lo que deseamos ya fuese una realidad. Comienza a comportarte como lo haría una persona con gran autoestima y seguridad:

• Camina erguido y con la vista al frente cuando vayas por la calle.
• Acepta retos y llévalos a cabo como si confiases plenamente en tus capacidades. Si continúas estancado en la inseguridad, nunca te darás la oportunidad de desarrollar tu potencial. En cambio, cada vez que lo intentes descubrirás que eres mucho más capaz de lo que piensas y tu confianza en ti mismo aumentará.
• Comienza a poner límites aunque sientas miedo. Tal vez temas que los demás te rechacen si te niegas a sus peticiones o si expresas tu opinión. Igualmente, hazlo y repítete que no importa que el otro se enfade, es tu derecho cuidar de ti.

Reinterpreta tus miedos

Aunque no lo creas, el miedo y la excitación están provocados por la misma sustancia: la adrenalina; y aunque psicológicamente ambas emociones se experimenten de forma diferente, ambas guardan una similitud a nivel biológico.

Esto significa que, teóricamente, es posible reevaluar psicológicamente nuestras respuestas de ansiedad y transfórmalas en entusiasmo. Así lo comprobó un estudio publicado en la Journal Experimental Psychology, en donde la doctora Alison Brooks separó a un grupo de estudiantes en tres subgrupos y sometió a cada miembro a una actividad que suele generar ansiedad (una presentación individual mientras un jurado los evaluaba).

Sin embargo, previo a la actividad, se les dio una instrucción diferente a cada participante. En este caso, a los miembros del primer grupo no se les dijo nada; mientras que al segundo y tercer grupo se les pidió que repitieran en voz alta “estoy tranquilo” y “estoy entusiasmado“, respectivamente.

Los resultados arrojan que el tercer grupo, aquellos que intentaron interpretar sus nervios como entusiasmo en lugar de miedo, tuvieron un desempeño significativamente mejor en la tarea.

En este sentido, se puede afirmar que las personas pueden reevaluar la ansiedad como entusiasmo, utilizando estrategias mínimas como el diálogo interno (p. ej. decir “estoy emocionado” en voz alta) o mensajes simples.

En otras palabras, adoptar una perspectiva de oportunidad, en lugar de una mentalidad de amenaza, puede marcar la diferencia en el desempeño posterior.

La seguridad en uno mismo se construye

Finalmente, sé constante y perseverante con estas acciones. Todo cambio requiere tiempo y necesitarás un periodo de adaptación hasta que estas actuaciones surjan de ti de manera natural. Recuerda que el camino se hace al andar y la seguridad se construye practicándola. Háblate de una forma positiva y constructiva, date las oportunidades necesarias para desarrollar tu potencial y colócate siempre en el primer lugar de tu lista de prioridades.