¿Se puede bajar el ego a una persona?

Tratar con una persona egocéntrica es quizás una de las situaciones más incómodas. Aprende cómo tomar las riendas de la interacción y así contrarrestar su actitud.
¿Se puede bajar el ego a una persona?
Gloria Redondo

Escrito y verificado por la psicóloga deportiva Gloria Redondo.

Última actualización: 27 mayo, 2024

Interactuar con alguien egocéntrico es una tarea difícil. Es normal que su actitud nos irrite y que la reacción más natural sea alejarnos. Sin embargo, forma parte de la vida tratar con este tipo de personas y por eso hay que aprender cómo bajar el ego que las caracteriza.

En esta lectura abordaremos cómo disminuir el comportamiento de un individuo de ego elevado. Todo esto partiendo de la premisa de que no es posible transformar la actitud a una persona, pero sí podemos intervenir en ella y evitar situaciones incómodas.

¿Es posible cambiar la personalidad?

La primera cuestión que plantearemos es la posibilidad de cambiar la personalidad de alguien que tiene mucho ego. Es verdad que sería una meta ideal y resolvería los problemas de raíz. Sin embargo, la mala noticia es que no es posible modificar la forma de ser de nadie.

Cada uno de nosotros tenemos virtudes y defectos, y la única alternativa es aceptarlos para ser feliz una vez que nos manejamos con ellos.

Por tanto, así no sea posible cambiar una forma de ser ajena, no quiere decir que no podamos hacer nada para bajar el ego a una persona. Al final, depende de la manera en la que nos relacionamos y de nuestra capacidad para poner límites.



Cómo bajar el ego a una persona

Alguien ególatra se caracteriza por su afán de demostrar superioridad frente a otros, lo que tiende a incidir en las relaciones que establezca en su entorno, pues no todos se sienten cómodos con su actitud.

La única herramienta de la que disponemos para bajar el ego a esta clase de persona es la comunicación asertiva. A continuación, veremos cómo aplicarla para frenar el comportamiento de los ególatras.

1. Pon límites claros

Para no verte atrapado/a en la interacción es fundamental poner límites claros. Es la primera tarea, pero no la más fácil, y sin ella el resto no servirá.

Los límites ayudan a establecer un terreno psicológico seguro, en el cual tus derechos no se vean afectados por los derechos de los demás. Con el fin de llegar a este estado, lo mejor es ser directo y claro desde el primer momento. Precisa qué te dispones a aceptar y qué no. Procura no dejar lugar a las dudas o las interpretaciones personales, porque es probable que no se cumplan.

2. Comunica cuando sientas incomodidad

Las situaciones incómodas son inevitables, en reiteradas oportunidades. No obstante, se pueden manejar bien si en lugar de ignorarlas se hace el esfuerzo por mejorar la comunicación.

Se trata de decir a la otra parte qué es lo que nos genera emociones desagradables. Además, es recomendable señalar el sentimiento en concreto. Con esto lo que pretendemos es hacer consciente al ególatra de que sus palabras y acciones tienen consecuencias. Seguro que así su consciencia aumenta y poco a poco pondría más cuidado en la forma de tratar a los demás.

3. Aplica la técnica de la extinción

Un error muy habitual es reforzar inconscientemente conductas que aumentan el ego. Un ejemplo clásico sería sonreír en un momento de despliegue. Tal acción envía el mensaje de que la actitud es correcta, fomentándola en lugar de reducirla.

En cambio, es más efectivo aplicar la técnica conductual de la extinción. Se trata de algo tan simple como ignorar y pasar por alto los momentos de mayor vanidad. Pero no basta con hacerlo una vez. Tal y como afirma un artículo de la Universidad Konrad Lorenz, para que dicha extinción sea eficaz, hay que aplicarla de forma consistente y perseverante.

4. Intenta comprender de dónde viene ese comportamiento

Toda conducta o actitud no es innata, sino que se adquiere a través de la experiencia. Lo que queremos decir es que quien es egocéntrico no lo es de nacimiento, aprendió a ser así.

Si tenemos esto en mente nos será más fácil entablar una conversación. Aparte, podemos ir más allá y tratar de comprender qué es lo que hay detrás de ese comportamiento. En muchas ocasiones la persona se protege frente a sus inseguridades construyendo una coraza de orgullo. 

5. Muéstrale otras formas de comportarse

Como ya dijimos antes, no es posible cambiar la personalidad de nadie. No obstante, sí que podemos proporcionar alternativas de conducta. Propón una nueva perspectiva sobre cómo vivir de una manera más cercana, sencilla y teniendo en cuenta a los demás.

Por ejemplo, lo que puedes hacer con las personas que tienen mucho ego en el ámbito laboral, es convencerlas acerca de los beneficios del trabajo en equipo.

6. Ten paciencia e intenta ponerte en su lugar

Ante todo, siempre que te relaciones con un ególatra, ten en cuenta que el problema le genera dificultades en su vida diaria, e incluso llega a sufrir por ello.

Ver el panorama desde el punto de vista de la compasión reducirá la distancia entre ambas partes. Aunque la actitud sea irritante, considera que lo hace porque es la única forma que conoce de relacionarse.

7. Céntrate en descubrir sus virtudes

Un ego demasiado alto es un defecto, pero de seguro no es lo único que define a ese individuo. Hacer el esfuerzo por encontrar los puntos positivos cambiará la percepción que tenemos. 

Eso ayudará a desactivar el ego, ya que no solo le veremos a través del fallo, sino que contaremos con una visión más completa en la que conviven una parte buena y otra mala.

8. Potencia tu autoestima

Cuando toca lidiar con una persona con mucho ego es normal sentirse ninguneado/a, así como en una posición de inferioridad. No obstante, esta dinámica potencia las actitudes negativas.

Por el contrario, si trabajamos en fortalecer nuestra autoestima, es menos probable que nos dejemos pisotear por cualquiera. También, dispondrás de la fuerza necesaria para alzar la voz cuando percibas algo que no te gusta.

9. Sé un ejemplo de conducta

Las palabras pueden llegar a tener mucho impacto, pero es fundamental mostrar el cambio no solo a través del discurso, sino de actos concretos. En este sentido, podemos ser el mejor modelo de cambio. No se trata de decir cómo se tiene que comportar alguien, sino promover la transformación de modo inconsciente mediante una actitud humilde.

10. Hazle críticas de forma suave

Uno de los problemas de alguien con el ego alto es que no suele hacer ningún tipo de autocrítica. Aun así, no quiere decir que lo hagan todo perfecto. Como todo ser humano, cometen errores, y no señalarlos no les favorece de ninguna manera.

Cuando se equivocan, conviene hacerles críticas de forma suave. Hay que ser cuidadosos para que no se lo tomen como algo personal. Lo más recomendable es centrar la crítica en la acción y no en el actor. Asimismo, ofrecer opciones para corregir el error.

11. En los equipos, fomenta una cultura de grupo

Las personalidades egocéntricas evidencian grandes dificultades para trabajar en equipo. Tienden a ir por su propio interés y no tener en cuenta a los demás, haciendo poco probable que el grupo prospere.

Por eso, si dentro de un grupo hay alguien que quiere sobresalir, debes recordarle los valores del equipo. El más importante es que ningún miembro está por encima de la garantía de los demás.



Manejar la situación no es sencillo, pero sí posible

Tratar con personas de mucho ego es una tarea que nos pone a prueba. No es para nada sencillo, pero la vida nos obligará en algún momento a compartir con ellas. Entonces, es esencial aprender a manejar estas situaciones, ya que de lo contrario nos veremos atrapados en una dinámica negativa.

Si tienes en cuenta los consejos aquí compartidos, conseguirás no solo mantener una buena relación con tales individuos, sino que cuidarás tu salud mental y hasta podrás bajar el ego que los distingue.


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