Cómo decir no de forma positiva a un niño
“No hagas eso, deja eso, para…“. Estas son algunas de las fórmulas más habituales que usamos los adultos para frenar las iniciativas de los más pequeños. Sin embargo, existen otras opciones para decir no de forma positiva a un niño que pueden ser más útiles y efectivas.
Se tiende mucho a educar en el no a los niños, y es común que no se haga de manera consciente. Es decir, suele ser habitual que lo hagamos sin pensar demasiado en ello. Esto a largo plazo podría ser negativo para el pequeño, que aprende a actuar con el constante no igual que ve en los adultos.
Descubre cómo decir no de forma positiva
Llega un momento que de tanto decir no en forma de prohibición, el niño acaba por no hacer caso. Abusamos en exceso del mensaje negativo que, además, no termina por funcionar como esperamos porque se convierte en costumbre en la mente infantil.
Es conveniente dejar el no para cuando haya algo importante. Por ejemplo, que el niño sufra algún tipo de peligro porque quiere cruzar la calle sin acompañamiento y con bastante tráfico, porque se asoma por un balcón o una ventana alta, etc. De esta forma, el peque, poco a poco, acaba por diferenciar entre lo que es realmente peligroso y negativo, y lo que no.
Pero, ¿cómo lo haremos? Con el uso de fórmulas positivas. Con mensajes que no entrañen negatividad, castigos, obligaciones, etc. Por ejemplo, diciéndoles que puedes jugar con ellos una vez que hayan recogido su cuarto, cuando haya terminado sus tareas, cuando dejen de usar su videoconsola o una vez que hayan cumplido con sus obligaciones cuales quieran que sean estas adaptadas a su edad.
“En cada niño se debería poner un cartel que dijera: Tratar con cuidado, contiene sueños”.
-Mirko Badiale-
Ideas y técnicas
Las estrategias que expondremos a continuación intentan sortear de alguna manera la prohibición directa (No hagas eso, deja eso, para…). Crear un contexto en el que el propio niño asimile la importancia de la norma y sea capaz de respetarla, incluso aunque la autoridad que la impone o la marca no esté presente en ese momento.
Sugerencias
Es decir, sugerir al niño que haga otra cosa. A veces, no se puede hacer algo, por ejemplo, ir al parque o a casa de un amigo. Sin embargo, no debemos ver esto como un fracaso, sino como una oportunidad.
Ofrezcamos al niño otras actividades que sí pueda disfrutar. Si llueve y no se puede salir, tal vez se podría pintar en casa, se podría optar por un juego de mesa en familia, por aprender a cocinar… La imaginación es el único límite en este sentido. Así que no digas no y ya está. Busca una oportunidad.
Posposición de la petición
A veces, no se puede hacer algo que quiera el niño por diversos motivos. Puede ser que estés cocinando, trabajando o sin fuerzas ni ganas. Sin embargo, que algo no sea posible en el momento no quiere decir que no pueda ser pospuesto.
Es ocasión de hablar con el niño para explicar de forma que entienda que, si algo no es posible en el momento, sí que se puede posponer, y de hecho, lo vas a hacer así y lo vas a cumplir cuando te sea posible. O sea, no digas no, di más tarde.
Consecuencias
Imagina que el niño está haciendo algo que consideramos malo. Por ejemplo, molestando a otro chico, rompiendo sus juguetes o enfocado en alguna actividad que no debe realizar.
En estos casos, más que ir directamente al no, hemos de explicarle las posibles consecuencias de sus actos. Por ejemplo, si pega a un amigo es probable que él no quiera volver a jugar con él. Además, es bueno animarle a que piense cómo se sentiría si el otro fuera él.
Pon normas claras
Para que un niño respete un conjunto de normas estás deben estar claras. Si existen dudas o interpretaciones variadas, es posible que los chicos traten de saltárselas. Sin embargo, si las formulas en frases cortas, has detallado las situaciones en las que deben imponerse y has expuesto las consecuencias de no cumplirlas, no tendrá excusa.
Por otro lado, aunque a veces pensamos que queremos niños que obedezcan, esto no es del todo cierto. Lo que de verdad nos gustaría sería que ellos comprendieran el porqué de esa norma, el contexto. Por ejemplo, podemos prohibirles comer determinado producto porque pensamos que puede afectarles de manera muy negativa a sus salud.
Lo que nos gustaría que terminara pasando es que ellos mismos fueran capaces de decir que no a este producto porque quieren proteger su salud, a la que valoran. Sin embargo, para que un niño pueda asimilar este tipo de motivaciones, los adultos debemos dedicar tiempo a explicárselas y, además, predicar con el ejemplo. Así, es muy difícil ser creíbles en nuestro discurso sobre lo importante que es la salud si luego fumamos.
No renuncies al sentido del humor
A veces, un poco de sentido del humor aligera una situación demasiado compleja. Por eso, para que los niños asocien las normas a algo que no parezca grave en exceso, podemos hacer uso de las bromas.
Con un toque de gracia y buen rollo, decir no de forma positiva a un niño es mucho más simple. El propio chico lo agradecerá. Ahora bien, tiene que tener claro que, aunque la situación parezca divertida, la norma prevalece.
Si no sabes cómo decir no de forma positiva a un niño, tal vez estas ideas te puedan servir de ayuda. Ponlas en práctica con paciencia y cariño, verás cómo tarde o temprano acaban por surtir efecto.
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- Cuesta, L. (2020) Castigar no es educar: Todas las ventajas de la Disciplina Positiva. Madrid: La esfera de los libros.