¿Cómo es el cerebro de los superdotados?
Siempre imaginamos que los superdotados deben de tener el cerebro más grande y trabajando mucho más deprisa que uno normal. Sin embargo, la ciencia indica que no siempre es el caso. La inteligencia más brillante se basaría en circuitos más eficaces, no más complejos. Por lo tanto, tendría cabida la famosa frase de: “menos es más”.
El cerebro, órgano principal del sistema central, no deja de suscitar interés en los investigadores. Y en lo que respecta al binomio conformado por cerebro e inteligencia, los estudios continúan revelando datos muy interesantes. Sin embargo, aún falta mucho para que podamos llegar a afirmar que lo conocemos todo acerca de este órgano tan fascinante.
Ahora bien, ¿qué se sabe del cerebro de los superdotados? Veámoslo a continuación.
Más grande no es mejor
En algunos estudios científicos en los que se analizaba la inteligencia se había observado una correlación entre el tamaño del cerebro respecto a la cantidad de materia gris. Sin embargo, algunos datos no encajaban. Por ejemplo, ¿sabías que Albert Einstein tenía un cerebro que pesaba unos 200 gramos menos que los de otros individuos?
El peso del cerebro suele estar relacionado con el volumen total del cuerpo, de allí en parte la explicación al por qué el peso del cerebro pueda variar entre una persona y otra. Respecto a esto, resulta muy interesante el hecho de que, en el caso de las mujeres, su cerebro puede llegar a pesar algo menos que el de los hombres, ya que el peso del cuerpo femenino es inferior al masculino.
Se ha comprobado que el peso del cerebro suele estar relacionado con el volumen total del cuerpo.
Un nuevo estudio detallado que se ha publicado en la prestigiosa revista Nature ha analizado la estructura del sistema nervioso en detalle. Han comprobado un aspecto curioso y es que tener mayor cantidad de materia gris no se asocia con tener una mayor cantidad de neuronas. En los cerebros de los más inteligentes no habría más neuronas sino una conexión más eficiente entre las neuronas.
Como se refleja en un artículo publicado en la revista Scientific American, el tamaño del cerebro no es lo que viene a tener relevancia, sino el número de neuronas y conexiones sinápticas.
Más eficacia con menos esfuerzo
Para el estudio se utilizaron 260 personas que respondían a la mayor velocidad posible a una serie de preguntas que tenían que razonar. Mientras hacían el ejercicio, se analizaban los cerebros y la actividad de las conexiones neuronales de los participantes. En el estudio participaron 260 personas que tenían que responder a la mayor velocidad una serie de preguntas razonadas.
Los investigadores observaron que los que tenían mejores puntuaciones en los ejercicios eran aquellos que tenían menos ramificaciones entre las neuronas. Es decir, que la manera más rápida para resolver los problemas se debía a que se conseguía el camino más corto pero más eficaz.
El cerebro de los superdotados piensa mejor gastando menos
El cerebro de los superdotados busca la forma de realizar menos esfuerzo, gastando así menos recursos, para poder ser más eficaz.
El cerebro gasta mucha energía metabólica ya que es tremendamente activo de día y de noche. Las neuronas del cerebro consumen 10 veces más oxígeno de lo que le correspondería por el peso del cerebro y 60 veces más de glucosa de lo que parecería razonable para un órgano que tan solo representa un 2 % del total del cuerpo.
En otras palabras, el cerebro consume oxígeno y glucosa de forma masiva. Por consiguiente, todo lo que en el cerebro permita una mayor eficiencia energética para conseguir una mayor actividad cerebral reduciendo el gasto metabólico se prioriza. Y ese parece ser el caso del cerebro de los superdotados: conseguir mayor eficacia con menos gasto de energía.
En esta línea, otros estudios apuntan que los cerebros de personas más inteligentes se esfuerzan menos y tienen una actividad metabólica más baja. En definitiva, las neuronas de los más inteligentes buscarían la conexión que reduzca los esfuerzos. Como explica el investigador neurólogo Erhan Genç, uno de los autores del trabajo científico: “Los cerebros más inteligentes tienen una red más delgada, pero más eficiente de neuronas”.
Así que ser más inteligente parece tener que ver con encontrar el camino más corto para llegar antes. Una reflexión interesante que se puede aplicar a otras muchas facetas de la vida.