Cómo memorizar rápido y no olvidar la información
Si buscas algunas técnicas de estudio que te ayuden a memorizar rápido, de manera que retengas la información por más tiempo y que puedas repasar con suficiente anticipación a un examen, llegaste al artículo apropiado.
Aquí encontrarás una docena de estrategias efectivas para fortalecer tu memoria, esa capacidad mental que te permite registrar y poner en práctica los conocimientos. Desde reglas mnemotécnicas para vincular ideas y conceptos, hasta métodos sencillos como resumir temas, estas sugerencias te harán encarar con éxito tus desafíos académicos. ¡Comencemos!
1. Usar la regla 10-10-2
Con este procedimiento, lee en silencio 10 veces el material. Luego lo lees 10 veces más, pero en voz alta. Finalmente, redactas 2 veces lo que recuerdas de tus lecturas.
La regla del 10-10-2 responde al «efecto de producción», un estudio desarrollado por Forrin y MacLeod, que alude a los beneficios de escucharnos a nosotros mismos. Los autores resaltan que decir en voz alta lo que estudiamos, hace que esa parte sea más memorable; es decir, hablar y escucharnos cuando repetimos un contenido ejerce un impacto más beneficioso en la memorización.
2. Escribir y resumir lo que estudiamos
A medida que escribes lo que necesitas aprender, te familiarizas con ello. Es recomendable que ganes tiempo, adelantándote al día de la evaluación; así, en diferentes sesiones de estudio resumes lo que internalizas, considerando en tus redacciones los temas más relevantes. Puedes categorizar la información y resaltar datos complejos (como cifras o estadísticas), para destacar esos aspectos en tu memoria.
3. Recurrir al método loci
El método loci hace que el cerebro relacione datos con localizaciones puntuales. Su objetivo es formar la imagen mental de un lugar conocido, de preferencia agradable para ti, y poner en distintos espacios de este los datos o información que deseas memorizar. Veámoslo con un ejemplo propuesto por la Preparatoria Panamericana, en el que sugieren aprender el método científico asociándolo con tu casa:
- La entrada, por ser lo primero que vez, corresponde a la observación.
- En la sala estaría el problema de investigación.
- El pasillo que conecta a otros espacios correspondería a la hipótesis.
- Llegas a la cocina y contemplas la experimentación.
- La habitación de tus padres y la tuya, al estar conectadas con el pasillo, serían la aceptación y el rechazo de una hipótesis, respectivamente.
- El comedor representa el sitio donde expones tus resultados.
4. Ejecutar la regla de los tres pasos
Interpretar, crear una narrativa y memorizar; esta es la regla de los tres pasos. Eric Haseltine, el psicólogo autor de este método, dice que cuando la información se almacena de modo visual la recordamos mucho mejor. Por lo tanto, convierte el material que debes retener en tu memoria, en un cuento con personajes, elementos, enigmas o cualquier detalle que lo haga llamativo y fácil de evocar. Los tres pasos, extrapolados a un material de estudio, son estos:
- Interpretar: lo primero es darle sentido a lo que ves (en este caso, lo que estudias), prestar atención a los detalles y analizarlos.
- Armar una historia: lo segundo es, a partir de los elementos que identificas y analizas del material a estudiar, construir una narrativa que los conecte. Dicha historia tiene que ser clara y, de ser posible, extraña o curiosa, para recordarla con mayor facilidad.
- Memorizar la moraleja: el tercer paso es repetirte esta historia varias veces; si deseas puedes escribirla. La idea es repasarla hasta memorizarla y que la cuentes sin trabas, obteniendo de ella un aprendizaje o moraleja, que serían las conclusiones del tema.
5. Repasar
Sería perfecto que nuestra memoria fuera como la de un computador y que con solo una leída todo el programa de una materia nos quedara archivado. No obstante, una buena manera de que esto nos suceda es repasando lo aprendido, de lo contrario caeríamos en la curva del olvido.
Dicha teoría señala que, si no hacemos nada por retener lo aprendido, en un día podríamos olvidar un 50 % de ello, en dos días el 70 % y en una semana el 90 %. Partiendo de ello, es esencial incluir la repetición espaciada de cara a una prueba. Una vez que memorizaste el contenido, descansa unos minutos y vuelve a releer. Siempre que repases en intervalos crecientes, fortaleces lo almacenado en tu memoria.
6. Apelar a la regla de 24
Esta regla consiste en esperar 24 horas para repasar. No es más que espaciar la recapitulación del material durante un día, siempre que el tiempo antes del examen lo permita y que hayas releído varias veces el contenido.
7. Dibujar mapas mentales
Los mapas mentales son recursos visuales para organizar proyectos y facilitar la retención. Al conjugar figuras, textos, colores y creatividad, fortalecen la sinapsis neuronal, es decir, la transmisión de información entre neuronas, relacionada con la memoria y el aprendizaje. Su uso beneficia el manejo de diversos temas en pocos minutos, porque nuestra memoria apela a los apuntes gráficos para ubicar y desarrollar conceptos.
8. Aplicar un autoexamen
En el libro Make It Stick: The Science of Successful Learning (2014) proponen autoexámenes por temarios, con el propósito de comprobar si en realidad hubo memorización. Brown, Roediger y McDaniel, autores de este texto, argumentan que el aprendizaje complejo y duradero se logra mejor a través de la autoevaluación, agregando, a su vez, algunas complejidades en la práctica. De igual modo, aconsejan espaciar el repaso y alternar temas, para favorecer la retención de información y activar la concentración.
9. Usar acrónimos
Esta regla mnemotécnica recomienda agrupar unidades de información, formando palabras creativas que recordemos con mayor facilidad y rapidez. Por ejemplo, para memorizar cinco ciudades griegas, podrías tomar las sílabas iniciales de cada una y crear un nuevo término. Luego, cuando lo desgloses, entenderás por separado el nombre de cada una. En el caso de Patras, Trikala, Atenas, Níkea y Volos, sería: «PaTriANíVo».
10. Emplear tarjetas de memoria
Las flashcards o tarjetas de memoria funcionan como un juego. Después de estudiar, redactas preguntas relacionadas con el tema en un lado de la cartulina; al reverso escribes las respuestas. Ponlas sobre la mesa, con las interrogantes hacia arriba; toma una y, sin ver la respuesta, contesta cada planteamiento. Las que no aciertes son los temas que debes reforzar.
11. Segmentar la información
Un revoltijo de material desconcentra, nos genera ansiedad y desesperación, por no saber con exactitud cuándo acabaremos con ello. Lo adecuado sería dividir la información, desde apartados generales hasta los más concretos, subrayando las ideas principales y las complementarias. Si tienes este hábito de estudio, simplificas y agilizas la memorización.
12. Explicar los temas a un compañero
Una vez que estudias para tu examen difícil, poniendo en marcha cualquiera de las técnicas anteriores, hay una herramienta de memorización rápida que vale la pena practicar. Haz una exposición frente a un compañero, para corroborar que asimilaste el material. Intenta explicarlo con tus palabras, puedes valerte de ejemplos. Si logras que otra persona entienda lo que estudiaste, ten la seguridad de que la información guardada en tu memoria será útil para superar tu prueba.
Te invitamos a leer La relación directa entre la memoria y el aprendizaje
¿Por qué nos cuesta memorizar?
El proceso de memorización contempla tres fases. En primer lugar, está la retención, para almacenar nuevos datos en nuestra memoria declarativa, esa que nos permite traer recuerdos de modo consciente. Luego se pasa a consolidar la información en el cerebro. Por último, ocurre la evocación, con la que recuperamos lo que memorizamos. La falla en alguna de estas fases estaría acusada por lo siguiente:
- TDAH.
- Dislexia.
- Ansiedad y estrés.
- Problemas de sueño.
- Sobrecarga emocional.
- Dejar el estudio para última hora.
- Distracción con elementos del entorno.
- Aplicación de métodos de estudio inadecuados.
Por otra parte, existen obstáculos cognitivos que bloquean la adquisición de nuevos conocimientos. Podríamos mencionar, entre otros, la fatiga mental, la falta de motivación para estudiar y el exceso de información (a veces) innecesaria.
Combatimos estas dificultades, en un ambiente propicio y llevando un ritmo acorde. La memorización y el aprendizaje se dan mejor si estudias con temperatura y luz adecuadas, sin elementos que distraigan, además descansando algunos minutos, en vez de forzarte de forma continua durante horas.
Enfoque y concentración, las claves para memorizar con rapidez
Memorizar rápido no tiene por qué ser una acción vacía o momentánea. Procura que la información retenida te sirva para el examen y también para el futuro. Con este fin, es importante que comprendas lo que internalizas, y la única forma de conseguirlo en enfocándote en ello.
Cuando entiendes ese material que quieres archivar en tu memoria, no solo te nutres de conocimiento, sino que aprovechas el tiempo y cultivas tu intelecto. También logras agilizar tu mente, potenciar tu concentración y sentir satisfacción por el fruto de tu esfuerzo. Anímate y prueba las técnicas que te sugerimos, verás que consigues buenos resultados.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Brown, P., Roediger, H., & McDaniel, M. (2014). Make It Stick: The Science of Successful Learning. Harvard University Press. https://books.google.co.ve/books/about/Make_It_Stick.html?id=oneWAwAAQBAJ&redir_esc=y
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- Forrin, N. D., & MacLeod, C.M. (2017). Esta vez es personal: el beneficio para la memoria de escucharse a uno mismo. Memory, 26 (4), 574-579. https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/09658211.2017.1383434?scroll=top&needAccess=true
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